martes, 5 de mayo de 2015

Secretos

Una vez más ha sido el ambiente político el que me ha motivado a escribir estas líneas. Ciertas personas – la verdad es que demasiadas -  iluminadas por todas las estrellas del universo transmiten todo lo que les llega o casi todo. Hubo un tiempo en el que la palabra civil era sagrada. Un trato verbal, una confidencia, un secreto familiar o unas fotos comprometidas eran respetados. La dignidad de las personas estaba en juego. Siempre hubo traidores a la confianza depositada, pero los criterios de honradez y respeto a la profesión, amigos o familiares prevalecían y se valoraban por encima del dinero, la fama o posibles ascensos. Da cierta vergüenza ver como compañeros de partido filtran a los medios pruebas inequívocas de las malas prácticas de algún padrino o camarada; en el ambiente judicial las filtraciones son continuas a pesar del secreto sumarial; la vida más íntima de los famosos se va conociendo por precisas y calculadas entregas en revistas y en los platós de TV; la policía – a veces – filtra detalles de operaciones que se van a realizar por razones que desconozco; los periodistas con el derecho a informar que la Constitución les reconoce rozan límites de dudosa legalidad; ¿Qué decir de los amantes despechados que cuelgan fotos íntimas de su pareja o revelan secretos “a deux” por celos o por desacuerdos?. Prueba de todo lo anterior es que los juzgados están repletos de causas, querellas y denuncias por estos motivos o similares. Siempre creí que es mejor un acuerdo dialogado – aunque no sea el mejor - que un buen pleito.
Los motivos de tantas filtraciones pasan por venganzas personales, dinero, envidia, vanidad, ganas de hacer daño, posibles ascensos o descensos en el ámbito compartido, publicidad, ganancias electorales……a veces se filtran hasta mentiras y ¡ hasta se insiste en ellas con el ánimo de convertirlas en verdad!. Otro factor importante es el tiempo: Hay personas que son capaces de guardar un secreto durante años y ante una incidencia de última hora, publican todos los dimes y diretes tan concienzudamente guardados. La fecha, el tiempo de la difusión es clave. También se dan casos de que sea el mismo /a interesado/a el/la que revela detalles y matices para arrastrar al fango a la persona que fue su cómplice.
Quiero pensar y pienso en los secretos de la sociedad que deben seguir siéndolos. Pienso en las conversaciones privadas que han de mantenerse como tales y en las informaciones íntimas que, lógicamente, tienen que formar parte de la intimidad. No es mi intención fomentar la cultura de la boca cerrada, no. Si creo que las personas y los medios tenemos que aprender qué cosas podemos y debemos decir y qué cosas podemos y debemos callar.
Es normal que los profesionales de la medicina se enteren de las enfermedades que padecen sus enfermos. A veces los enfermos tienen grandes responsabilidades públicas. En otros casos lo importante son las circunstancias familiares que rodean a enfermos y enfermedades. En otros son las repercusiones sociales de su enfermedad….estoy pensando en artistas, toreros o futbolistas. Creo que no estaría bien que los médicos hicieran fotocopias de determinados informes y los repartieran a los medios. Si un medio publicara la enfermedad de un ciudadano traicionado por su médico ¿estaría bien? ¿Qué pasaría si eres tú - periodista - el traicionado, el perjudicado? ¿Comprenderías que un compañero hiciera pública tu enfermedad filtrada por tu sanitario?.
¿Cómo veríamos que un sacerdote compartiera las confesiones de sus feligreses en un reality show? ¿Cómo se sentiría una persona al ver que sus “faltas” son comentadas y analizadas en una tertulia? ¿El medio – canal de TV, emisora de radio, el periódico – y el periodista serían asépticos en un caso así?.
¿Qué podríamos decir del secreto profesional de un maestro? . Como docente y tutor he tenido la oportunidad de conocer detalles de mis alumnos, enfermedades o situaciones familiares de compañeros, familias y adolescentes. He realizado miles de anotaciones de reuniones, de problemas......Son pormenores que permanecerán en el baúl de los recuerdos y no estaría nada bien que yo cediera información o lo publicara directamente en las redes sociales….por mucho morbo o mucho interés que mis revelaciones pudieran tener.
Nunca me pareció bien el secreto bancario y más cuando se usa para tapar evasión de impuestos, dinero del narcotráfico o de la venta de armas. Unas entidades privadas que ayudan a esconder las ilegalidades de otros hay que denunciarlas y cerrarlas. Comprendo que en el ámbito de la investigación científica o industrial haya secretos siempre que estos no perjudiquen a la vida cotidiana de la ciudadanía. Temas de patentes o de fórmulas, dónde suele haber grandes inversiones de recursos humanos y económicos, deben de tener el ambiente necesario para que nadie diferente a sus autores se apropien de ellas. Asunto difícil – este de la investigación - cuando se trata de multinacionales: Tengo claro que las multinacionales deben de estar “por debajo” del Gobierno de un país y no al revés. 
Sobre secretos de los Estados – muchos de ellos militares – puedo decir que es un tema que se me escapa por completo. Desconozco ese ámbito y digo que no me gustan pero creo que resultan inevitables. Sí tengo claro que deben de ser los mínimos. Hay ámbitos – que la democracia debe definir - que llevan circunstancias intrínsecas y una de ellas es no revelar determinadas informaciones. Todo el mundo no puede saberlo todo.
 
Por último está el secreto ibérico, que no se refiere a ningún secreto de la península como todo el mundo sabe, sino a la parte interna del lomo de cerdo – lomito – en lo que sería su axila, con una textura y sabor excepcionales. Este secreto está para revelarlo a voces por su exquisitez, en particular si procede de los cerdos ibéricos del Valle de los Pedroches.

Secretos  del alma, secretos compartidos, secretos de mujer, secretos y mentiras, secretos del paraíso, secretos grandes, secretos de cocina, secretos del corazón, secretos del abuelo, secretos de amor, secretos cantados y secretos contados.....son secretos.

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