martes, 21 de febrero de 2017

Se muere, luego pago: El impuesto de sucesiones

           Puede ser que hablar de dinero entre una pareja resulte poco romántico o de mala educación – yo entiendo que no lo es porque aclarar las cuestiones monetarias es fundamental para que una pareja llegue a buen puerto – pero hablar de dinero público, impuestos y tasas, es saludable y yo diría que imprescindible para la salud democrática de la sociedad civil.


En mi opinión es un tremendo engaño hablar del impuesto español de sucesiones y donaciones porque como tal no existe. Existen versiones. Ahí están el impuesto vasco, el asturiano, el madrileño o el andaluz.....porque en cada Comunidad Autónoma se traduce en una singularidad discriminatoria respecto a las demás.


       Aquello del Artículo 14 de la ofendida[1] Constitución Española “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social” es un cuento chino. Cada día hay más desigualdad entre los territorios y entre la ciudadanía de esos territorios[2]. El trato que dan las Administraciones públicas al impuesto de sucesiones y donaciones es un buen botón de muestra. Mientras que en Madrid el Gobierno Regional ha impulsado la práctica eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones dentro del ámbito familiar (padres, hijos, cónyuges y parejas de hecho), gracias a la bonificación del 99% de la cuota del Impuesto, en [3]Andalucía el tipo impositivo empieza en el 7,65% para los primeros 7.993,46 € y alcanza un máximo del 36,50% para bases imponibles superiores a 797.555,08 Euros. Estas cifras corresponden a la cantidad que cada uno de los beneficiarios recibirá, no al valor total de los bienes. Como podemos apreciar las diferencias son abismales.

           Para mayor escarnio, el 3 de septiembre de 2014, RTVE.es publicó[4]: “El Tribunal de Justicia de la UE declara ilegal el impuesto español de sucesiones y donaciones”. Tras la sentencia, el Presidente del Sindicato de Técnicos de Hacienda, Carlos Cruzado, ha apuntado a RTVE.es que el Ministerio “tiene que tomar alguna determinación” para adaptar la legislación y que “lo más razonable sería aprovechar para modificar la ley de sucesiones y donaciones en su conjunto”. Añade que la competencia entre Comunidades Autónomas ha llevado a” diferencias muy altas” entre residentes de diferentes territorios y que “una nueva regulación estatal” debería eliminar las discriminaciones como recomendó en su día el comité de expertos en su informe sobre la Reforma Fiscal.

            Resulta vergonzante que en las varias campañas electorales del año pasado se puso de moda eso de que “vamos a tener en cuenta las necesidades reales de la gente”. ¿Habrá necesidad mayor que la igualdad ante la ley?. Pues nada, tanto el Gobierno Central como la mayor parte de los Regionales hacen caso omiso al citado Artículo 14 y a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2014. Aquí el Gobierno Central permite que cada autonomía haga lo que le dé la gana con el impuesto de


sucesiones y donaciones. ¿Por qué?. El Tribunal europeo dicta la ilegalidad de las cláusulas suelo y en menos de un mes se empieza a devolver el dinero indebidamente cobrado por los bancos, sin embargo el mismo Tribunal declara ilegal el impuesto de sucesiones y donaciones y nadie hace ni pastelero caso. ¿Por qué esta desigualdad? ¿Por qué esta humillación si el dinero heredado ya ha pagado todos los impuestos que debía?. Está claro que en muchas Autonomías la Hacienda Pública se ha convertido en el principal heredero cogiendo una buena tajada por mover unos papeles, vamos sin despeinarse. Eso si no se queda con todo porque a los herederos no les merece la pena gestionar la herencia.
         Un matiz importante es que la mayor parte de las herencias en España vienen de la clase media. Personas que a lo largo de su vida se han dedicado a trabajar y a ahorrar…..por lo que pudiera pasar. Han gastado poco, han vivido bien pero sin despilfarrar, sin lujos, han educado a sus hijos en la moderación del gasto y a mirar por las cosas……Si esas personas vieran “los bocados” que la Hacienda Pública les pega a sus ahorros seguro que se levantarían de la tumba. No quiero gobiernos populistas que me perdonen impuestos, tampoco quiero gobiernos populistas que me saquen los ojos. Como español quiero, exijo igualdad ante la ley. Quizás en Madrid se paga poco, no lo sé, pero en Andalucía se paga muchísimo. De lo que ocurre con  ciertos privilegios de las herencias de las grandes fortunas no me quiero ni enterar.
        Se tendrían que tomar medidas para evitar un peregrinaje fiscal de ciudadanos hacia comunidades con menor presión impositiva. La anécdota de una persona de 82 años – me niego a llamarla anciana – recogiendo 100.000 firmas para acabar con las diferencias autonómicas del impuesto de sucesiones es mucho más que una anécdota.
        Y todo esto ocurre en medio de políticos corrompidos por dinero, administraciones públicas duplicadas / triplicadas, obras públicas innecesarias cuasifaraónicas, cursos de formación trufados de engaños, recortes generalizados, subvenciones indebidas, puertas giratorias entre la política y las grandes empresas……etc…..
Algunos prefieren llevárselo
         ¿Por qué las Administraciones Publicas ponen más celo en inspeccionar las cuentas de la ciudadanía que en inspeccionar sus propias cuentas?. La imagen de un Hacienda ávida y carroñera que acude a lo que dejan los pequeños ahorradores muertos todavía calientes será difícil de desterrar. Las políticas impositivas elevadas y desiguales en esta España nuestra unidas a gastos innecesarios y gestiones manchadas de corrupción, configuran un autorretrato muy negativo de una Administración que dice velar por los intereses de la ciudadanía y que se preocupa por los problemas reales de la gente. La desigualdad en el impuesto de sucesiones muestra todo lo contrario.




[1] En España se ofende a diario la Constitución de 1978 porque se incumple, se manipula, se retuerce a gusto del incumplidor, del manipulador o del retorcedor. ¡¡ Y no pasa nada!!.
[2] ¿Quién se preocupa de lo común?. Para mí las Autonomías son unas hijas mal criadas por España. Entiendo, admito y respeto las diferencias pero, en mi opinión, teníamos que haber definido con claridad las competencias del Estado sobre todo en Seguridad Social, Sanidad, Educación, Fiscalidad, Exteriores e Infraestructuras. Veo al Estado a remolque de las Autonomías y eso es poner el carro delante de los bueyes. Las cesiones del Estado han generado demasiada desigualdad.

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