domingo, 26 de enero de 2020

Oscurantismos

     
Foco (Imagen captada de Montilla Digital)
          Recuerdo cuando hacía mi propia renta con calculadora, lápiz y goma. Tenía las idea claras y era dueño y responsable de lo que ponía. Ahora soy responsable pero me lo tiene que hacer un asesor y con un programa que no consigo entender y una complicación extraordinaria de conceptos y matices financieros. ¡ vamos que como no sé lo que hago, no la hago!

         Hace algún tiempo, cuando se fundia la luz del coche, con algo de paciencia conseguía colocar una lámpara nueva. Ahora esto se ha complicado tanto que han tenido que cambiar la normativa de trafico y ya no te multan cuando llevas una lámpara fundida. Tienes que ir a un taller o buscar a un amigo que sepa, aparte de la multitud de tipos de lámparas diferentes que existen en el mercado.

          Si alguien se hace un seguro de lo que sea......la letra pequeña y la grande, unidas a innumerables referencias legales te imposibilitan entender el contenido del papel que resignadamente firmarás si quieres asegurar el piso o el coche.

          ¿Alguien ha conseguido entender el recibo de la luz?. Hay que ser un lince para descifrar lo que dice....Además de que cambian la legislación cada dos por tres. Lo último que han dicho es que vamos a pagar en función de la hora en la que hagamos el consumo. Por cierto que en casa hemos cambiado todas las lámparas incandescentes por las de bajo consumo y el recibo ha subido......¡ un gasto más y una tomadura de pelo más!.

         Creo que nadie debería de morirse sin tener la experiencia de pedir un préstamo en el banco o gestionar una hipoteca. El lenguaje es sanscrito, jeroglífico y codificado. Lo único que acabas entendiendo es que cada final de mes......300 euritos....de lo demás no se preocupe.....ya nos preocupamos nosotros por usted. Ese puede ser el principio de que la entidad se quede con la casa de tus padres y media nómina de tu hermana. Las consecuencias, mas o menos implícitas, de lo firmado son infinitas y siempre benefician al poderoso.

           Dicen que los españoles no leemos los manuales de instrucciones de los aparatos. Creo que es cierto. Pero también es cierto que uno lo intenta y tras repetir la operación veinte veces acaba aburrido porque aquello no va. Los manuales de funcionamiento de multitud de aparatos están escritos por gente que sabe de que va y dan por sabido un montón de cositas que uno - que no es del gremio - no las sabe. Allí me tienes echando mano del cuñado de turno o del vecino espabilado para conectar el ordenador a la tele u ordenar los canales de manera nemotécnica. La última moda es echar mano de las didácticas explicaciones que podemos encontrar en Youtube....Los tutoriales se consultan para casi todo y la verdad es que te sacan de múltiples apuros. Da lo mismo el tiempo de cocción de una codorniz que conectarte a Netflix que descargarte una aplicación para configurar mejor tu impresora.  Las consultas on - line han universalizado el "hágalo uste mismo".

         Si te coges un B.O.E. o un B.O.J.A. eso ya es para morirse.....los boletines que recogen la legalidad en España sólo pueden ser interpretados por super - mega - especialistas.....a veces ni los tribunales de justicia se ponen de acuerdo en una única interpretación. Es tal la maraña de leyes estatales, autonómicas, provinciales y locales  - todas con un lenguaje y vocabulario jeroglificado - que resulta imposible entender nada sin la ayuda de personal especializado.

        El oscurantismo ha llegado también a los medios de comunicación, todos afectados de la fake news y de sus propias versiones de la realidad, normalmente bastante parciales. Pero es que además una noticia, por muy importante que sea no resiste 24 horas: el bombardeo de agencias, gobiernos, canales de televisión, asesores políticos, periódicos, tertulias etc....sobre la ciudadanía es total: Todos y todas quieren imponer su visión machacando, insistiendo hasta la saciedad, comiendo el coco de mala manera.....la conclusión es que ante tal avalancha de noticias y tan contradictorias no te acabas enterando de lo que realmente pasa. Así se da la paradoja de que en la era de la información es cuando peor informados estamos, salvo que estés super - pendiente de todo y dediques un tiempo importante a contrastar informaciones. Todo esto recordando una regla de oro de los creadores de opinión: "Lo más importante es lo que no se publica".

          Lo cierto es que cuando los poderosos del mundo no les interesa algo lo esconden, lo disfrazan o te dan su interpretación: así ha ocurrido en todos los estados del mundo (secretos de estado, policias secretas), religiones (creencias, dogmas y misterios), bancos ( secreto bancario), medios de comunicación ( no declarar sobre sus fuentes) o la desconocida fórmula de la Coca - Cola. Tambien las familias esconden sus secretos, los científicos e inventores idem de idem y hasta la Naturaleza los guarda - por supuesto el Universo - en sus más recónditos rincones. Sí. La oscuridad siempre formó parte de la vida. Lo de la ininteligibilidad del libro de instrucciones es casi pura anécdota. Posiblemente este mundo no este demasiado preparado para digerir la verdad. Hasta la Luna y las personas tenemos nuestro lado oscuro.




sábado, 4 de enero de 2020

Vida virtual

               Todo se ha desnaturalizado. El vino no tiene alcohol, el café lo hacen sin cafeína y los caramelos ya no tienen azúcar. Los tomates se producen todo el año artificialmente, las manzanas no tienen gusano y a la Constitución la apodan ordenamiento jurídico democrático. ¡ Chúpate esa mandarina!.
Imagen FUNIBLOGS

               La política también se desnaturaliza en España y al ataque sedicioso al estado de derecho, democrático y constitucional dado en Cataluña  se le llama conflicto político. La nula disponibilidad de “Pedro en funciones” con los medios es un silencio estratégico o una comunicación interrupta transitoria. Mientras tanto el Gobierno ayuda, por no decir presiona, al Tribunal Supremo para que acate la decisión del Tribunal Europeo sobre la inmunidad de Oriol Junqueras.

               Dentro de esa aparente realidad el cine y la tele te trasladan a la selva africana, a la España medieval, a la América profunda o a la última galaxia, recién descubierta. ¡Es lo que tiene el progreso tecnológico! Te hace ignorar al vecino pero puedes tener sexo on line en la cocina de tu casa mediante una videollamada narcotizado con media botella de tinto. Además, por la mañana, te despertarás diciendo que fue una noche fabulosa: ¡Qué bien he dormido con mi medio Orfidal! La intoxicación de realidades virtuales no tiene límites. Es una dependencia total y real. ¡Mientras más tomas, más necesitas!

               La tele no te hace pensar en nada: ¡Perfecto! Conseguido el soma ¡inalámbrico! Pero como no puedo parar y esta noche estoy de suerte, me voy a un casino a ver si mis virtuales ensoñaciones económicas aterrizan en lo real. Llevo 100 euros y una tarjeta de crédito que no pienso utilizar. Unas monedas en máquinas. Normal, las pierdo todas. Menos mal que en la puerta me vendieron unos porros y unas pastillitas chicas que ponen barbaridad. Las fichas de la ruleta me emocionan un montón. Una buena jugada – con total suerte - no vale por cinco malas. Acabo perdiendo los 100 euros y el crédito que me da la tarjeta de mi amigo financiador interesado: el banco. No nos damos cuenta de que los bancos nos aman tanto que nos permiten ser felices en cómodos plazos de euros. ¿Cómo no agradecérselo? Para compensar mi bajón por la pérdida del dinero saco otra pastilla amarilla. Potente alucinador. Me tomo un wisky y un frenadol, para el resfriado me dijeron. Me recupero.

               En plena fantasía me meto en Twiter, Whatsapp e interneteo. Estoy en Vietnan y en el Congo a la vez. El Louvre se mezcla con incendios en California y visito San Petersburgo a pesar de que nunca estuve allí. Hago surf en Tenerife mientras mi tabla navega por la curvada cúpula de San Pedro en el Vaticano. Una delicia que me despierta delante de unos polis que me piden el DNI. Se lo doy, me dejan ir y les oigo decir que tenga cuidado. Me recoge un taxi – autobús que me deja en la puerta de casa. A la mañana siguiente me levanto con un fuerte dolor de cabeza y unas bragas rojas y amarillas que tapan mis vergüenzas. No consigo recordar dónde me puse esa original prenda. Tampoco si alguien me la puso. Me preparo café con un Valium y dos paracetamoles. Necesito estar bien para ir a trabajar.

               En el trabajo la realidad me aplasta, necesito evadirme. Voy por un cafécafé bien cargadito. De paso me fumo un cigarro y rapidito, en el bar de la esquina, una copita de anís para aliviar esta resaca que tanto me mortifica. Hay que compensar la dura realidad laboral de alguna manera. Al salir practicaré algo de deporte escuchando música. Es genial disfrutar de las dos cosas a la vez. La aplicación del móvil, conectado con mi reloj digital que llevo en la muñeca me va marcando los pasos, los kilómetros, las calorías que quemo, la tensión arterial y los latidos por minuto que da mi corazón. Pura tecnología punta que me da tranquilidad. Pienso en cómo podrían vivir los antiguos sin todo esto. Para mí ya es imprescindible. La música y el deporte me relajan. Mejor no pensar. Es mejor no plantearse ni de dónde venimos ni a dónde vamos. Es mejor vivir la vida de otros que la propia, mejor soñar dormidos y despiertos. Sí. Es mejor esnifar el futuro que vivirlo.
ComputerHoy.com

               Termino mi ejercicio y me conecto a la nube para repasar fotos de los viajes que he hecho. Busco por internet un restaurante próximo y leo los comentarios. Todos son excelentes ¡Ni que los hubieran puesto los hermanos, primos, sobrinos y parientes del dueño! Pienso que a lo mejor. Pero decido que son gente variada, clientes satisfechos y agradecidos que quieren que yo disfrute tanto como ellos lo hicieron comiendo allí. El restaurante es un chino que me traslada al Pekín de 1900 sin moverme del barrio dónde vivo. Todo un lujo. El personal que lo atiende son dos familias de Alcorcón.

               Durante la comida comparto la mesa con tres personas más. Todos comemos mirando al móvil. Lo pasamos muy bien. Yo me conecto a Facebook y chateo con un grupo de amigos que no conozco. Es muy divertido saber que una reside en Moscú y es periodista. Otro está en Mozambique con una buena beca que le permitirá doctorarse en costumbres del pais. El tercero, un islandés, es camarero en Taiwan. Un tipo interesante. Levanto la cabeza y me doy cuenta que me he quedado solo. Pienso que al menos he comido acompañado.

               No me puedo quejar. Tengo todo lo que deseo.

               Sí. Lo confieso. Mi normalidad es huir de los problemas y complicaciones, reunirme con los jóvenes y desertar de los viejos, ser vivo ejemplo del forever young, ampliar a medio mundo mi burbuja de confortabilidad y cortocircuitar a todas las personas y situaciones que puedan inquietarme. He hecho verosímil mi vida virtual y me siento feliz. Definitivamente, la vida real es invivible…..Por eso he procurado buscarme una vida virtual que sea mejor.