martes, 16 de junio de 2020

Entre locura y realidad

             Es la tercera vez que publico este artículo ligeramente corregido cada vez y , en mi opinión, no acaba de perder actualidad. ¡ Salud!

            Entiendo que vivir es un mix de conocimientos, desdicha, felicidad, súplicas, trabajo, preocupaciones, sentimientos, viajes, política, salud, experiencias, contradicciones, lo malo, lo bueno, etc. La mezcla es la esencia de lo cotidiano y a veces nos resulta difícil identificar lo fundamental porque, normalmente, se nos muestra disfrazado. Todo aparece formando parte de todo. Las conexiones dominan los espacios. Las interesadas más. Mientras, las mentiras forman parte de cualquier verdad, lo blanco se combina con lo negro y las sombras se confunden con la luz tejiendo zonas de penumbra. Lo que puede ser bueno para la Naturaleza y para la vida se convierte en un problema a la hora de intentar comprender las realidades social y política. Ante la galaxia de opiniones e intereses, estos escenarios cristalizan en ilusiones mentales difuminadas, en desvanecidas nubes sin perfiles: existen pero nos resulta muy difícil interpretarlos y llegan momentos en los que ¡¡¡Ya no sabes a quién creer ni lo que creer !!! Lo sencillamente complejo ha sido sustituido por lo complicado de la sencillez.

            Entiendo que tanta tergiversación, tanto retorcimiento, intenta que no comprendamos, y en ese maremagnun de falsedades, que no tengamos elementos de juicio claros para pensar por nosotros mismos. Todos nos mienten. Son unos embaucadores que pretenden que aceptemos sus mentiras como nuestra verdad, y sobre todo que seamos obedientes y sigamos sus consignas. Todos trabajan para convencernos, no de su bondad sino de la maldad del otro. La política ha pasado de ser el arte de lo posible al arte de la mentira. A mi entender esto explicaría el éxito de los populismos: mensajes directos y simples, concretos y políticamente incorrectos, aunque en el fondo sean más de lo mismo o incluso peor, pero entran mejor a causa de la ley del mínimo esfuerzo para entenderlos.

            Armas tradicionales son y han sido: El poder, lo pícaro, lo válido, el implacable tesón, lo práctico, el brillo, la confusión, lo útil, nuestros euros, lo manejable, las imposibles promesas, lo reutilizable, la vivienda necesaria, las trampas, la agresividad disfrazada de pacifismo, el pisotón, la discriminación, el bofetón, la exagerada adjetivación, la envidia, el engaño, la intolerancia, el enfrentamiento, la frialdad, el sentimentalismo, el futuro bienestar, la insensibilidad, el avasallamiento, el aislamiento, la soberbia, el quítate tú que me pongo yo, el engreimiento, lo vacío, la imagen, el marketing, la psicología social, los big – data, el doble rasero, la falta de compromiso, la falsa solidaridad, tusproblemassonmisproblemas, la tergiversación, el puro interés, el chantaje, el ocultamiento, el insulto vestido de alabanza, etc.

            Resultaría difícil, muy difícil, establecer una priorización y mucho menos una clarificación de estos componentes en una situación cotidiana o ante un problema social o sanitario grave. Se encargan de que esto sea imposible. Pero es terriblemente fácil darse cuenta de que lo que nos rodea contiene significativos porcentajes de todo lo anterior. Siempre lo hubo en el mundo. Siempre existió. Pero hoy parece estar más presente que nunca.

            Tigres disfrazados de payasos que inauguran cementerios. Reuniones de focas ordenadas y sentadas que se dan la palabra cuando el semáforo se pone verde. Fábrica de ideas enlatadas con precinto de garantía y con fecha de caducidad. Iglesias llenas de pájaros sentados con botellas de butano amarradas a la espalda. Cuerpos acostados en catres sin somier y sin colchón, sólo con sábanas. Pensamiento único. Escuelas llenas de paja esperando que lleguen los burros. Farmacias que venden menús de cócteles venenosos. Gobierno teledirigido desde la cárcel. Barcos con patas de avestruz que sustituyen al metro y al centímetro. Bolígrafos en estado de catalepsia. Uñas que crecen hacia dentro. Ballenas que incendian montes. Partidos de fútbol jugados entre serpientes con pelota de granito. Libertad presa… ¡No os preocupéis, todo va bien, es normal ¡

            Elefantes que caminan por los hilos del teléfono llevando cada uno una palabra. Asesinos que conferencian en universidades. Enamorados condenados a desenamorarse por tribunales de águilas. Latas de comida para el 3.500 donde los conservantes totalizan el 95 % de su contenido. Inútiles que legislan, gobiernan y dicen todo lo que se les ocurre a través de una cebolla microfónica. Robots vestidos con corbatas y papel higiénico haciendo el amor a un bidón de gasolina. Traficantes de droga repartiendo cuadros de Goya y Picasso entre buitres con corbata. Arquitectos que construyen hormigueros y panales para abejas de plástico. Presidentes y ministros vendiendo hamburguesas metálicas caramelizadas y sabor a fresa. Guitarras que tocan cuando se les sopla por una clavija. Manzano repleto de jeringas. Palabras sin letras. Cielo sólido. Políticos que escriben la Historia. Ministerios que no saben sumar muertos del Covid. Fallecidos sin rostro.

            No os preocupéis, todo va bien. Es normal. El tiempo camina a nuestro favor.

            Hospitales convertidos en supermercados, bancos transformados en cuevas de ladrones para perder miles y miles de patatas en metálico, periódicos con hojas de cemento, luz oscura, sol frio, nieve negra. Mares como sepulcros, llaves de azúcar. Granjas de tijeras medianas y pequeñas que hablan inglés. Mesas sin patas. Palacios de hielo convertidos en morgues. Ojos sin cara. Enanos mentales sinvergüenzas mutados en éticos intelectuales. NO TEMÁIS. TODO VA BIEN. ES NORMAL. EL TIEMPO AVANZA A NUESTRO FAVOR. NO HAY PROBLEMA. ESTAMOS TRABAJANDO. LO TENEMOS TODO CONTROLADO.

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