Portada. Foto ANSEDE y JUANES Arvhivo familia Villalobos |
Desde estos “Relatos para la
Esperanza” queremos dar a conocer la figura del doctor Filiberto Villalobos. No
vamos a opinar sobre él ni sobre sus conductas ya que todo eso está muy bien
analizado por personas que conocen, con detalle, su personalidad y su
biografía. Desde aquí solo pretendemos llamar la atención para que lo conozcan.
Nuestro objetivo es la difusión de hechos y actitudes enmarcados en la
concordia y en la esperanza de un mundo mejor.
En 2005 hubo una exposición[1]
en Salamanca que utilizando la figura de D. Filiberto mostró las peculiaridades
históricas de esta provincia y de la nación entre 1900 – 1955. La exposición ya
no está, pero nos dejó interesantes pistas de sus contenidos:
En primer lugar está el libro –
catálogo “Sueños de Concordia: Filiberto
Villalobos y su tiempo histórico (1900-1955)”, es una obra fiel de lo que
se expuso. Coordinado por Ricardo Robledo Hernández y editado por Caja Duero es
un trabajo bien hecho: fantásticamente documentado cuenta con la colaboración
de decenas de personas muy preparadas y de entidades depositarias de “sabrosos”
fondos. Una obra muy completa con fotos e imágenes alusivas que ilustran a la
perfección exquisitos y curiosos textos repletos de información. Su lectura es
muy recomendable. Aunque está descatalogado la obra se puede encontrar en
librerías dedicadas al sector de la “segunda mano”.
En esta dirección https://revistas.usal.es/index.php/0213-2087/article/view/1021/1119,
en su página 323, pueden encontrar una magnífica reseña del libro anterior
escrita por Glicerio Sánchez Recio[2].
Esta sería la segunda pista.
En cuanto a la tercera se trata
del tríptico que se hizo con motivo de la citada exposición, el cual
transcribimos a continuación:
“Filiberto Villalobos González
(Salvatierra de Tormes, 1879 – Salamanca, 1955) fue un médico con generosa y
constante dedicación a su consulta, aunque desarrolló intensa actividad pública
desde sus tiempos de estudiante hasta el estallido de la guerra civil, tras
haber ocupado el Ministerio de Instrucción Pública en tres Gobiernos de la II
República.
Los problemas de la tierra y de
la educación ocuparon sus fundamentales afanes políticos, pero también se volcó
en la atención a la infancia para curar y prevenir la enfermedad al tiempo que
se mejoraba la instrucción [formación] de los niños. Estos perfiles son los que
nutrieron esencialmente, el relato expositivo que, desde criterios historicistas
y con su figura como hilo conductor, recreó medio siglo de la vida salmantina y
española. Villalobos figuró como un actor comprometido con su provincia y su
país y, en el desarrollo de su tarea, dejó un reconocido sendero de trabajo y
afán de mejora de las condiciones sociales. Por ello, en su recorrido vital
llama la atención la propuesta moral de un hombre que persiguió la búsqueda de
la convivencia, el respeto y el ansia de concordia.
La exposición, con las huellas de
Villalobos como guía, arrancó con la presentación de una Salamanca en la que el
entonces estudiante de Medicina estrenó el siglo y su dedicación pública. En
esta tarea, siempre con el republicanismo firme como motor, Villalobos cubrió
etapas en el Ayuntamiento de la capital, donde dejó una estela de eficacia a
través de sus propuestas modernizadoras con saneamientos, abastecimientos,
dotaciones escolares y sanitarias, inquietudes que trasladó a partir de 1913 a
la Diputación, donde añadió la mirada y gestión en torno a los problemas
agrarios que mordían los pueblos con la derrama de gentes hacia la emigración.
La exposición apuntó esas
situaciones con referencias salmantinas y del conjunto del país a través de
documentación tanto de imágenes como de textos, así como piezas de referencia y
la aportación de obras de arte que apoyan el relato expositivo. Desde su
inicial condición de diputado a Cortes por el distrito de Béjar desde 1918,
Villalobos vivió intensamente la vida pública, como apuntó la exposición a
través de sus propuestas y actuaciones parlamentarias, que se cortaron con la
Dictadura. Pero en ese periodo el médico desplegó una dedicación que se ha
reconocido como ejemplar con la labor desarrollada en la edificación de
escuelas desde la Caja de Previsión social, de la que fue consejero – delegado,
al tiempo que consejero de la Caja de Ahorros de Salamanca. Los edificios
salmantinos se dotaron de edificios escolares en una operación que sirvió de
modelo para otros puntos del país.
Uno de los símbolos de la II República (Archivo de Basilio Martín Patino). |
En abril de 1934, el Dr.
Villalobos entró a formar parte del gobierno de R. Samper, y en la Instrucción
Pública continuó en el Gobierno que formó A. Lerroux en octubre. Pero dimitió
de su cartera a causa de la obstrucción de la derecha, que se opuso a sus
actuaciones y planteamientos reformistas en educación. De nuevo volvió al mismo
Ministerio en diciembre de 1935, con el Gobierno Portela Valladares hasta que
las elecciones de 1936 introdujeron el gobierno del frente popular.
La exposición mostró como el
estallido de la guerra civil sorprendió a Villalobos en su clínica, en la que
se encontraba cuando en agosto de 1936 se le comunicó su detención e ingresó en
prisión, con acusaciones por sus ideas y programa político. Hasta julio de 1938
permaneció en la prisión provincial de Salamanca y durante varios años soportó un
expediente de responsabilidades políticas.
La postguerra la vivió D. Fili, como era conocido, dedicado a
su clínica y con renovada atención a los enfermos necesitados, pero sin
presencia pública. Un infarto de miocardio terminó con su vida el día 13 de
febrero de 1955, y su entierro constituyó una gran manifestación de duelo.
En las diferentes salas que acogieron
la propuesta expositiva, a través de una serie de “escenas”, se presentó una
vida intensa y solidaria, con profundo peso moral y ansias de concordia,
siempre dentro del entramado salmantino y español en diferentes momentos del
siglo XX.
[1] Esta
magnífica exposición tuvo lugar en las Escuelas Menores de la Universidad de
Salamanca entre el 12 de febrero y el 31 de mayo de 2005.
[2]
Catedrático de Historia Contemporánea
de la Universidad de Alicante. Experto en la historia política e instituciones
durante la Guerra Civil y el régimen franquista, es autor de Justicia y guerra
en España. Los tribunales populares, 1936-1939 y Sobre todos Franco.
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