sábado, 27 de junio de 2015

Introspección




Introspección es una especie de palabra compuesta que para mí significa algo así como inspeccionar tu interior. La RAE la define como observación interior de los propios actos o estados de ánimo o de conciencia. Podríamos decir que es una reflexión, una meditación, un análisis hacia lo más íntimo.

          En un mundo dónde la imagen esclaviza, dónde las personas nos afanamos por tener un cuerpo escultural o el mejor que se pueda, dónde las modas de ropas y complementos arrasan, dónde los tatuajes y el corte de pelo marcan la personalidad…..la introspección es la gran olvidada. Parece que molesta conocerse.

          Más o menos siempre fue así. Para mucha gente es y fue importante vivir en un determinado barrio, tener tal o cual modelo de coche, comprar o comer en señalados establecimientos, veranear en elegidos lugares o tener como amistades a las familias plin y plun. Lo más que se podía y se puede decir de una reina o un actor es que "sus cosas" marcan tendencia. La gente con menos medios bastante tenía y tiene con buscarse la vida. 

         Aunque cultivar la imagen no tiene una relación directa con el dinero, si es cierto que siempre preocupó más a gente famosa o adinerada, políticos, gente de la nobleza, toreros, empresarios de cierto nivel, artistas y similares. Para las clases medias y bajas todo era más estándar, menos artificial. En las últimas décadas del siglo XX, supongo que debido a la consecución de cierto estado de bienestar después de la II Guerra Mundial, la gente de clase media y baja empezaron a emular comportamientos de los sectores más ricos de la sociedad. En otro nivel, pero lo hicieron y se sigue haciendo. Veranear se democratizó en los años 60 – 70. Fue también en esa época cuando la ropa de marca fue asequible a más gente. La segunda residencia (más o menos pomposa), en el pueblo o en la playa, se hizo realidad. El progreso y el desarrollo económico vulgarizaron – de alguna forma – los comportamientos y hobbies de las élites. Y es que la imagen engancha a todo el espectro social, hace girar cabezas, provoca buenas vibraciones en la persona y aumenta la autoestima. Ser admirado por tu entorno o en las redes sociales es lo más para una persona que lo intenta. Hoy los móviles, las redes sociales, los viajes - aunque sean low cost - y los grandes almacenes unidos a tiendas de todo tipo para todos ayudan a mucha gente a estar presente, a tener un protagonismo. Si estoy en Facebook y Twiter y gasto algo, mi imagen tiene un sitio, existo.

          Cultivar tu imagen creo que está bien. El problema viene cuando dedicas la mayor parte de tu tiempo a eso, cuando esa imagen la adulteras de superficialidades, cuando “se viste” uno de lo que no es, cuando conviertes tu vida en una obra de teatro, en una realidad virtual. El efecto pantalla - estar pegado a una - del ordenador, móvil, televisión, tablet o video juegos te introduce en una verdadera nube de virtualidades que te dan imagen, pero te alejan de la realidad. Recuerdo una peli en la que el protagonista decía que su vida sólo era real cuando estaba encima del escenario. Esas exageraciones de gimnasios, viajes, ropas, maquillajes y cortes de pelo, copas diarias, conversaciones banales repletas de superlativos, uso de móviles de última generación, compras compulsivas etc……todo ese ropaje transforman a las personas de tal manera que las convierten en desconocidas para ellas mismas y para muchos de los que las rodean.

        Echo de menos algo más de tranquilidad, algo más de reflexión, algo más de introspección. Las personas tenemos un mundo exterior y un mundo interior y debe de existir un equilibrio. Alguien dice que la introspección es tarea de héroes. No estoy de acuerdo. Debiera ser tarea diaria de todas las personas. Encontrarse con uno mismo, mirarse en el espejo te sitúa y te ayuda a vivir. Te haces mejor y te ayuda a ponerte en la situación de otros. 

De alguna forma hago una llamada a la frase que utilizaban los romanos para atemperar a emperadores y generales victoriosos “Recuerda que sólo eres un hombre”. De alguna forma querían romper con ese exterior que los ensalzaba como dioses.

Llegado este punto y completando lo anterior, me permito recomendar este enlace:


 

 

 

 

 

 

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