miércoles, 10 de febrero de 2016

El cambio

               Palabra mágica, sufrida, polisémica y de gran utilidad. En Física la palabra cambio implica una variación, hacia arriba o hacia abajo, pero variación al fin y al cabo. Las cosas pueden inflarse y desinflarse, calentarse o enfriarse, subir o bajar, salir y entrar. Es decir la palabra cambio, así a solas, puede significar una cosa y la contraria.

              En sociología política el cambio se suele vender con un significado positivo por parte de la persona que lo dice. El defensor del cambio lo usa siempre a mejor aunque esto ni lo explica ni lo aclara por lo que el cambio se transforma en una opaca realidad, en una caja negra cerrada que necesita de intérpretes. Y ya se sabe: traductore traidore.

             Cuando alguien elige un slogan de este tipo, p. e. "Por el cambio" nos está tomando miserablemente el pelo porque la palabra cambio encierra una gama de colores, un espectro de posibilidades. Infinitas combinaciones de múltiples variables están encriptadas en la sencillez de la palabra " cambio". Lo curioso es que nadie se encarga de matizar, de concretar, de especificar: ¿Qué cambios? ¿En qué? ¿Cómo? ¿Hacia donde?. Da la sensación, casí una certeza, que los personajes que manosean el cambio no tienen ni idea de a qué cambios se refieren y si lo saben no se atreveran a exponerlos hasta que su riesgo sea menor o cero. Mientras tanto vociferan cambio, cambio , cambio. Cambiar qué y para qué? Cambiar cómo? ¿Cambiar cuando?.

Resulta imprescindible que la ciudadanía exija quince o veinte líneas - mínimo - que recojan, aunque fuera de forma aproximada, los contenidos concretos de esos cambios. Estamos hartos de palabras huecas, consignas, slóganes y frases altisonantes producto del marketing político......Todas esas son las herramientas de los malos políticos, políticos que usan  su demagogia verbal para luego hacer lo que les venga mejor sin tener en cuenta a los ciudadanos. Es un  lenguaje poco comprometido, con muchas lagunas y ausente de soluciones.

Pregonan la transparencia con luz y taquígrafos pero no muestran sus verdaderas intenciones. De ahí que intentemos leer entre líneas, escuchar lo que no dicen y no fiarnos de unos cocinados titulares casi ajenos a una realidad que intentan ocultar.

Nota: Ni que decir tiene que el cambio lo utiliza la derecha, la izquierda y los medio pensionistas. Todos quieren cambiar pero muy pocos son los que explican qué.

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