jueves, 3 de marzo de 2016

La no investidura

Si quieren, pueden.
          El pleno del Congreso para la no investidura se celebró ayer. Pedro Sánchez y Albert Rivera pusieron toda la carne en el asador pero su suma no sumó.
           Como tantos otros españolitos, ante un folio en blanco me planteo: ¿ que vi desde el sillón de mi casa?. Tengo que decir que la retransmisión fue perfecta. Ningún comentario de presentador ni de periodistas. Ningún juicio de valor. Ninguna interferencia. Sólo la imagen, los discursos de los protagonistas, las réplicas y contraréplicas. Por momentos tuve la sensación de estar sentado en el Congreso de los Diputados.
¿Qué me queda a las 24 horas de esa histórica – ahora sí – sesión de ayer por la mañana?.
          No pude ver a Pedro Sánchez el martes, día uno por la tarde. Los medios hablaron de su moderación, de sus ganas de sumar, de su permanente invitación al pacto, de su rechazo frontal al PP, de las sanas intenciones de sus acuerdos con C’s, ……cuentan los analistas que sus palabras más repetidas fueron gobierno, cambio, acuerdo, España, españoles, años, mayoría, diálogo, ley, política, ciudadanos etc…..” Un Gobierno del cambio para decidir acuerdos sobre España y los españoles durante los próximos años con una mayoría de diálogo, respetando la ley y haciendo política para los ciudadanos……” es la frase que he conseguido formar con sus palabras más citadas.

           De Rajoy puedo decir que fue duro. Quizás fue más duro con Pedro Sánchez que con el PSOE. Despreció a Ciudadanos – sin demasiada sangre – y dejó claro que con Podemos no va ni a recoger billetes de 500. Reivindicó y reivindicó ser el partido más votado pero confundió la hípica con la política porque es un caballo ganador que se puede quedar sin premio. El Parlamentarismo que recoge nuestra Constitución está por encima del más votado cuando este no llega a la mayoría absoluta. Rajoy es un buen orador y su ironía contra los socialistas fue sublime pero los lastres de su inmovilismo y de la corrupción, unidos a la falta de autocrítica lo desplazaron a la tercera fila.

             Pedro Sánchez, ante Rajoy lo vi crecidito, contundente pero no demasiado. ¡Creo que a Pedro le falta chispa! Demasiado serio, demasiado tenso, demasiado actor ?. Su tono es monótono – invita a desconectar – y repetitivo. Ha mejorado en el último mes de forma considerable, pero parece que no lo suficiente. Muchas muletillas, muchas frases hechas, …….si yo formara parte de su asesoría política le daría una hoja con doce – quince ideasconceptoacuerdos y que él las desarrollara con sus palabras. Con seguridad perdería precisión pero ganaría corazón, llegaría mejor a la gente. Que Rajoy sea “tieso” lo esperamos (tiene una edad, es de la antigua escuela, es del PP,…..) pero el líder del PSOE no puede ser tan elegantemente artificial. La gente no lo capta del todo y por tanto no les llega. Creo que necesita más convicción, más seguridad.

         Pablo Iglesias no asaltó el Paraíso, pero si el Congreso. Su discurso fue avasallador en el fondo y en la forma. Parecía enfadado con todos. Por un momento pensé que se había tomado una pastilla de furia española, pero lo descarté cuando oí la frialdad de sus afirmaciones y la mala intención de sus pensadas acusaciones?. Vamos que el PP no tiene ni derecho a hablar porque su padres políticos fueron franquistas, el PSOE debe de esconderse y debe de protegerse de muchos de sus antiguos militantes y Ciudadanos es el IBEX -36 rejuvenecido. Se enfrentó a la bancada socialista, tuvo su rifi-rafe con el Presidente del Congreso y compartió “pico light” con Xavier Domènech. Sus exagerados aspavientos, su tono de voz, sus palabras como dardos y sus formas de cow – boy justiciero me decepcionaron por completo. Reconozco que me sorprendió, porque esperaba y deseaba algo más constructivo. ¡No dejó manga sobre hombro y entró en el Congreso como elefante en cacharrería!. Dividió el Congreso en buenos y malos, a la sociedad nos separó en débiles y poderosos y el arco iris sólo tiene dos colores: blanco y negro. Si esa es la nueva forma de hacer política…..¡estamos apañados!. Volvió a confundir el diálogo con la imposición, el Congreso con unos estudios de TV y dejó claro que ayer pasaba de todos. ¡O conmigo o contra mí!. Sólo le faltó decir “Yo he venido aquí a hablar de mí y de Podemos que es lo único puro y demócrata que hay en este Parlamento. Punto”. Se me ha pasado por la cabeza que el Sr. Iglesias quizás prefiera la revolución a la democracia, el caos frente al orden y a tener enemigos en lugar de adversarios. Quiero suponer que no, pero no es postura que favorezca a la mayoría caminar siempre por el filo de la navaja y despotricando a diestra y a siniestra.¡ Las políticas de encuentros siempre serán superiores – en eficacia y en moralidad – a las políticas de confrontaciones!, de ahí la reciente frase de Manuela Carmena que “……sería bonito que Podemos facilitara un Gobierno del PSOE”.
           Tengo la impresión – progresando hacia la certeza – que Pablo Iglesias se mueve muy bien en mítines, platós de TV y campañas electorales pero tiene mucho que aprender sobre las responsabilidades de gobierno, la gestión del mismo, las formas y el respeto en los actos públicos Sus actuaciones son efectistas por antonomasia pero está por demostrar la puesta en práctica y efectividad de sus medidas: los decorados son excelentes pero el desarrollo de la obra puede ser bastante mediocre por la impericia y engreimiento de los actores. Es evidente que no me gusta lo que se desprendió de la actuación del Sr Iglesias ayer en el Congreso. Creo que su actuación dejó claro que su mente está en periodo electoral y que cada mañana se desayuna con un trocito de PSOE….!aunque lo de ayer fue un atracón ¡. Menos mal que Pedro Sánchez le plantó cara y algo, algo le paró los pies.

Histórica foto: Pactos de la Moncloa
       Albert Rivera tuvo un discurso ágil, integrador, conciliador y modulado por el espíritu de la Transición. No podía ser de otra manera al situarse en un centro derecha y haber firmado sus acuerdos con el PSOE. A mi entender consideró que Rajoy está más que amortizado y al mismo tiempo solicitó la colaboración del PP. Sin complejos, sus palabras no fueron arrebatadoras pero sí convincentes y con cierto sentido del humor. Se le notaron tablas y reflejos pero no intentó evitar meter el dedo en el ojo de sus adversarios. Sus puentes no llegaron a ninguna orilla porque alguien tiene que construir desde la otra, pero dejó muy clara su disposición y la de su grupo para tirar de España hacia delante. Son tiempos de leal colaboración.

              Salvando las peculiaridades de cada cual creo que las estrellas fueron Pablo y Albert por la novedad de sus presencias y las expectativas levantadas. Pedro ocupó un segundo puesto y Mariano, siendo brillante e importante, quedó eclipsado por los hechos de los demás.

En un parlamento tan fragmentado no hay que desdeñar la presencia de todos los demás grupos políticos. Ser diputado en el Congreso hoy cotiza bastante, pero las fronteras de todo tipo que los distintos grupos han levantado entre sí dejan al país lleno de interrogantes. Es fácil: Están ahí para resolver nuestros problemas no para enzarzarse en discusiones partidistas con una espectacular pérdida de tiempo. ¿Lo entenderán?.


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