jueves, 1 de septiembre de 2016

Sectarismo, intransigencia y burbuja de seguridad.

Intransigencia
        España me está pareciendo un país lleno de sectarismo y de intransigencia preocupantes. El ejemplo que en ciertas ocasiones  han dado y están dando líderes políticos, algunas autoridades religiosas, varias instituciones de peso en el país y sectores de la ciudadanía que publican a diario sus cerradas opiniones en las redes sociales me parece realmente malo para la convivencia y para la vida.
         Para alguna gente los comunistas siguen llevando rabo y cuernos, los de derechas son fachas directamente, las personas homosexuales son enfermos, la religión sigue siendo el opio del pueblo, los empresarios son explotadores profesionales de la clase obrera y los trabajadores son unos vagos redomados a los que hay que atar corto. Un separado o una separada son unos perdidos y la juventud lleva la droga en su ADN. La mujer sigue sufriendo todo tipo de ataques o vejaciones porque es inferior al hombre o porque “es mía”. La gente está parada porque quiere. Todos los rumanos son mala gente, los sudamericanos unos vagos y los refugiados de las guerras posibles terroristas. La gente se ahoga en el Mediterráneo porque no sabe nadar y porque salen de su país. Musulmanes y gitanos, en principio, no son de fiar.
        Reconozco la complicación de la situación que estamos viviendo donde la revolución del transporte, las calamidades y miserias sociales, la pobreza, las guerras y el terrorismo, etc….unidos a la mayor sociedad de consumo que haya existido nunca provoca enormes desequilibrios y enormes problemas. En ese marco es terriblemente importante situarte como persona, tener una opinión como individuo y no caer en simples clasificaciones de situaciones y personas. Simplificar situaciones complicadas es propio de demagogos y gente interesada exclusivamente en su propio bien. ¡ Descalifica que algo queda ! . Simplificar simplemente es mentir. La sugerencia es “salir de nuestra burbuja de seguridad” e intentar conocer más circunstancias, más detalles de esa persona o realidad para tener una opinión más completa, más contrastada. Generalizar también es mentir. No a las calificaciones fáciles, sencillas, ingeniosas e improvisadas. Tampoco se trata de no opinar de nada hasta que no se tenga un conocimiento exhausitivísimo……..basta con recordar que tenemos una boca, dos orejas y dos ojos, es decir sobre 100 minutos deberíamos de emplear 40 para escuchar, 40 para mirar y sólo 20 para hablar. La prudencia y nuestra escala de valores harán el resto.

         Afortunadamente existen personas responsables, tranquilas, trabajadoras, solidarias, comprometidas con buenas causas, prudentes, sabias, simpáticas, empáticas, escuchantes, generosas, humildes, siempre dispuestas a ayudar …….su presencia anima y disminuye los problemas. Son la sal de la Tierra, la chispa de la vida, el agua en el desierto, el buen vino en la boda. Tienen brillo propio y son nuestra referencia porque alumbran desde lejos. Mi gratitud y mi deuda permanente con ellas.


       
       Para España solicito más tolerancia, más respeto, menos descalificaciones, más escucha, más informarse, más visión global y actuación local, menos envidia, más prudencia en las redes sociales no vendría mal, más empatía, más reflexión, más solidaridad………más acuerdos y menos judicializar……más dialogar.....menos TV y menos móvil.......Tengo la sensación – percepción (puro subjetivismo) de que aguantamos ¿poco?  ¿nada? y que estamos instalados en nuestra comodidad. ¡ Allá cada cual ! 

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