lunes, 12 de septiembre de 2016

Todos somos Pinocho

           Siempre desde mi percepción y con mi prisma escribo de cualquier cosa. Las nuevas tecnologías y el estado de derecho en el que me muevo me lo permiten. Y normalmente digo lo que pienso con la tranquilidad de que opinar es bueno, participar en los debates de opinión es sano y democrático y de alguna manera me sumo a la sociedad civil de forma activa, una sociedad que los políticos no ven con demasiados buenos ojos. De ahí que elinternet esté controlado o prohibido en algunas dictaduras del mundo. La información siempre será poder y los demagogos de turno lo saben. Es por eso que intentan acallar voces y opiniones. Lo que no coincide con ellos es molesto y subjetivo. Lo que coincide es pura objetividad y se acerca a la verdad.

           Tras observar el comportamiento de políticos, medios de comunicación y sectores sociales de peso en nuestro país he llegado a la conclusión de que todos mienten, todos mentimos. Mi conclusión es que atacar a un partido, a un sindicato, a un ayuntamiento, a una comunidad autónoma o a una multinacional desde un partido, un sindicato, un ayuntamiento, una comunidad autónoma o una gran empresa acusándolo de mentiroso/a es un absurdo porque nadie dice la verdad…….simplemente porque no les interesa. A toda acusación de mentira se le puede dar la vuelta y acusar de mentiroso al ético acusador. Para colmo la acusación no suele basarse en pruebas contrastadas, sino en intuición, sensaciones, parece ser que….., estoy seguro que….., estoy convencido,……Esto de darle la vuelta no significa que el acusado sea inocente, es muy posible que sea culpable, lo que ocurre es que el acusador también es un mentiroso y entonces el acusado tiene margen para escaparse y para acusar.
  
         ¿Cuenta Rajoy todo lo que sabe de la Gurtel?. Pues seguro que no. ¿Y Susana Díaz, cuenta todo lo que sabe de los ERES?. Pues tampoco. ¿Quién puede asegurar que Pujol dice la verdad ? ¿Y Arnaldo Otegui contó todo lo que sabe de ETA?. Es evidente que mentir es no decir la verdad, pero mentir también es decir medias verdades. ¿Cuáles son las verdaderas razones por las que Pedro Sánchez no contribuye a la formación de un Gobierno de España? . Que el PSOE es antiPP eso es más que evidente pero hay otras razones que no comenta, razones internas del partido que todos intuimos…..pero él no las dice.

       ¿Qué podemos decir de los medios de comunicación?. Unos porque son privados y defienden legítimos corrientes de opinión, otros porque son públicos y están al servicio del partido gobernante en el Estado, en la Comunidad Autónoma o en el Ayuntamiento, otros en fin porque defienden intereses de grandes empresas, etc……ninguno dice la verdad….son verdades maquilladas, verdades amputadas..…Por cierto que lo más importante de un medio de comunicación suele ser lo que no les interesa decir o lo que dicen en una determinada fecha. Todos mentimos – y lo sabemos – cuando simplificamos o cuando exageramos, miente la mayor parte de la publicidad, nos mienten las películas que muestran una historia maravillosa en un mundo edulcorado que empalaga y de las redes sociales no te puedes fiar porque forman parte de la ceremonia de la confusión global ……se miente con las identidades de las personas y con los comentarios ya que algunos son mentiras como templos.
          En la política suele mentir el Gobierno – independientemente de su color – y acostumbra a mentir la oposición hasta tal punto que una mentira repetida hasta la saciedad la puede convertir en una verdad. Mienten los portavoces de todos los partidos falseando declaraciones o sacando una frase del contexto. En fin si nos vamos a la declaración de la renta, a las bajas laborales, a juicios de faltas, a contratos sin Seguridad Social, a cobrar el paro o subvenciones y a las facturillas de fontaneros, carpinteros, albañiles, mecánicos, electricistas, abogados, médicos etc…etc….la mentira lleva un fraude añadido. Por eso están los servicios de inspección y los tribunales. Si cada vez que dijéramos una mentira nos creciera la nariz como a Pinocho no podriamos circular por las calles: nuestras narices tropezarían con todos y con todo. La cirugía estética sería la profesión con mayor futuro. No nos crece la nariz pero crece nuestra hipocresía y nuesra indignidad.

         ¿Cómo sería un mundo donde todos dijéramos la verdad?. No me atrevo a imaginarlo. Posiblemente fuera hasta peligroso. Evidentemente la sinceridad es un valor a cultivar, un valor fundamental, pero en el mundo de hoy predomina el culto a la imagen, al envoltorio y muchas personas no están dispuestas a descubrir el contenido. De ahí la importancia de una educación, de una formación crítica sólida para evitar que “los listos” nos tomen el pelo. Admitido que todos mentimos, también tengo que admitir que unas mentiras tienen mayores repercusiones que otras y que hay profesionales de la mentira y mentirosillos del tres al cuarto. Tampoco podemos olvidar las mentiras piadosas que normalmente responden a intentar hacer el menor daño posible.

   La mentira o hacer creer ideas falsas es un recurso que nació con el hombre que obedece al interés personal. Platón ya hablaba de esto en La República y Pascal, Kant y otros filósofos le han dedicado sabrosos comentarios y nos han hecho ver sus grandes repercusiones.

   Lo peor de todo es que socialmente grandes mentirosos suben social y económicamente y amplios sectores de la ciudadanía los consideran tipos listos. Hasta los admiran y quisieran parecerse a ellos. Así son las cosas.
    Decir la verdad es respetar a los otros. Es importante ser prudentes en nuestros juicios y tener cuidado con calificar a alguien de mentiroso si tú no das ejemplo.

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