domingo, 14 de julio de 2019

Buen escenario para la abstención del PP

               Las cosas en política no ocurren de golpe. Necesitan su tiempo, pero si se deja pasar demasiado lo excepcional se convierte en regla y eso no es bueno. Ya han pasado más de dos meses desde el 28 A y el escenario para la formación del Gobierno de España presenta más sombras que luces. Una incertidumbre que suena a buscada y es mala compañera. A fecha de hoy, Pedro Sánchez cuenta con el apoyo de un simbólico y solo diputado: uno ligado a Cantabria y a Revilla.
               PODEMOS, en una situación de enorme debilidad, expuso sus cartas como si de ganador fuera, pero el PSOE sabedor de su endeblez y de los calentamientos de cabeza que su apoyo podría generarle, transformó la coalición en una muy ajustada cooperación que a don Pablo Iglesias no parece bastarle. Lo más lógico hubiera sido una suma de intereses entre socialdemócratas y liberales pero el afán de Rivera por desbancar al PP lo ha conducido a un laberinto que, con un poco de mala suerte, será su fosa política. Ciudadanos tenía que haberle hablado al PSOE de igual a igual, eliminando cualquier matiz de partido bisagra y advirtiendo a Pedro sobre cualquier veleidad con los independentistas.
               Pedroenfunciones no se queda atrás con sus tacticismos y estrategias monclovitas presionando a un PP, aún no recuperado, para que se abstenga y a un Ciudadanos nervioso que no parece encontrar comodidad en el espacio político que le ha tocado jugar. A mi entender, Pedro Sánchez trata de endosarle a los demás la responsabilidad que el Rey le confirió al ser su partido el más votado. No veo yo que haya hecho mucho por formar Gobierno, aparte de puntuales movimientos calculados para propiciar el desgaste de los demás. El NO estridente de Ciudadanos, muy atacado por sus pactos sordos con VOX y la muralla defensiva del PP, como ejemplo de derecha opositora civilizada, han inmovilizado por la diestra al Presidente interino que pretende gobernar España durante los próximos cuatro años. Metidos en el congelador los planteamientos de Podemos y el NO muy explícito de PP y C’s sólo dejan a Sánchez la arriesgada y carísima puerta de nacionalistas e independentistas. Es por ello que el PSOE saca a escena el fantasma de nuevas elecciones, donde el bipartidismo de toda la vida democrática podría aumentar considerablemente en detrimento de casi todos los demás.
               La sesión de investidura comenzará el próximo 22 de julio. Pedro no tiene nada atado que se sepa, pero quince o veinte días son una eternidad en política. Es aquí donde entro de lleno en el fondo de mi planteamiento:     El PSOE se desgarró por investir a Rajoy como Presidente del Gobierno. Ahora el PP, aparte de devolver el favor, podría demostrar su coherencia con el interés nacional y practicar el gesto elegante y reflexivo de una abstención explicada. El PP ha demostrado tener visión de Estado y ahora es momento de sacarla a relucir. No pasará nada grave porque en este caso la abstención es positiva, una salida natural antibloqueo. Sánchez es el único que puede ser Presidente de Gobierno con los actuales números y España necesita estabilidad. La abstención del PP daría al Gobierno una tranquilidad que necesita y alejaría cualquier concesión a soberanistas, siempre con la caña de pescar preparada y dispuestos a llevar hacia delante propuestas de rupturas y chantajes, siempre en el filo de la navaja. El PP tiene argumentos de sobra para facilitar la investidura de Sánchez. No es un capricho ni una ocurrencia, tampoco un bandazo de veleta. La ocasión es de oro. Tiempo habrá de hacer oposición.
               No se está pidiendo desde aquí un gobierno PSOE-PP, asignatura que p.e. en Alemania aprobaron hace décadas los similares partidos del lugar, se trata sólo de fijar un Gobierno ejerciendo una flexibilidad razonable y adecuada a las circunstancias. Al fin y al cabo, PSOE y PP fueron las dos fuerzas más votadas en las pasadas elecciones y suman 189 escaños en el Congreso de los Diputados, teniendo el apoyo de casi doce millones de votantes por lo que el respeto a los electores estaría totalmente garantizado. La fiel y leal oposición siempre puede hacer grandes servicios al país y a su ciudadanía. Creo que sólo tienen que pensarlo un poco. En todo caso parece ser que el PP, en caso de abtenerse, lo dejará para el final de la final, siempre que PODEMOS trague el jarabe de palo que Pedro no deja de suminstrarle.


No hay comentarios:

Publicar un comentario