jueves, 26 de marzo de 2020

¿IMPOTENCIA? ♫… ¡ Facciamo finta che…♫ ♪…y seguir!

               Algunos días, a ratos, ante el virus y algunas de sus terribles circunstancias, me da la depre. No tengo ningún síntoma de padecer el virus, pero me ataca en la distancia en medio de un ambiente bastante contagiado. Me siento vulnerable, disminuido, desconcertado ante la peli de ficción que estoy viviendo. La tele, los whatsapps o el transistor no dan noticias, dan martizallos. A veces, ante tal avalancha de porrazos, desconecto, me apago, me pongo en modo off. Mi voluntad y mi ánimo, llenos de moratones por los golpes, decae, entra en el desaliento y me convierto en carne de impotencia. La soledad que habita por los rincones de mi alma nunca me respondió.
Imagen Informe21.com
               La imagen de unos médicos, nerviosos, sin recursos ni miedo, haciendo de jueces, decidiendo a quién quitan de algún respirador se me vuelve insufrible. Y eso que no los veo, sólo los imagino. Abuelos indefensos en heridas residencias sin medios suficientes donde la muerte acecha dan vueltas por mi mente sin caras conocidas. La imagen de personas escupiendo a soldados que van para ayudar me revuelve el estómago. Me pregunto por qué, pero nadie contesta. Será que en su interior almacenan el odio, se me ocurre pensar. Un odio nauseabundo. Los hornos crematorios de virus con cadáveres ya no son suficientes y hasta para quemarlos tienen que guardar cola. Estos difuntos víricos nunca jamás pensaron que iban a estar tan solos presenciando el colapso de UCIs y crematorios. Un palacio de hielo de patinaje y jokey, como gran frigorífico, conserva a los que esperan su paso por el fuego.
               También me desesperan los intentos políticos de acaparar portadas: puro protagonismo de unos más que de otros. Resulta insoportable el cruce de reproches entre administraciones mientras muere la gente y aumentan los contagios. Que si las compro yo, que si las compras tú pero las mascarillas, los EPIs y las batas continúan sin llegar. Mientras, la ideología, con frialdad diabólica, impregna las noticias de los medios afines. Todos quieren pescar en las revueltas aguas de un virus coronado y seguro que a alguno le gustaría tener su poder de contagio, político se entiende. A veces las noticias son sólo propaganda.
               Dice la policía que el sistema informático de varios hospitales ha sufrido un ataque. ¿Se puede ser más malo? Las fronteras burócratas de las autonomías siguen siendo fronteras de hospitales y enfermos, pero no para el virus. Esto me reproduce un zarpullido enorme. ¿Qué pueda morir gente habiendo plazas libres en UCIs disponibles de autonomías vecinas? ¿Es eso lo legal? ¿Qué prescindibles médicos de otras autonomías – por su menor contagio - no acudan en auxilio de enfermos y hospitales? No lo puedo entender. Quizás las leyes muten hacia más sensatez.
               Y a pesar de que los cisnes negros sobrevuelan con fuerza…. Finjamos dulcemente que todo marcha bien… que el cielo es siempre azul, que todo está tranquilo, arroyos, prados verdes, arco iris, finjamos…. ¡Tutto va ben ¡ Finjamos y cantemos con una sola voz    Facciamo finta che… ♪…
               Escribir estas líneas me hace reflexionar y mi impotencia cede con el tiempo y lo escrito y observo que estando confinado, filtrando los mensajes, hablando con familia y gente tolerante, estirando las piernas sin salir del salón, pulverizando gotas de lejía por el suelo, investigando un poco sobre temas antiguos, leyendo en otros ratos, preparando comida,….y aplaudiendo a las ocho….la impotencia se va y así pasa otro día…..Llego a la conclusión de que mi colaboración – SIN SALIR DE MI CASA - ayuda a los demás y también me da fuerza, me quita incertidumbre…..porque ¡ Cada día sin contagio de gentes encerradas por millones es una gran derrota para el virus y una enorme victoria para todos!. Seguimos.






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