Estoy
relleno de notificaciones sobre el coronavirus y de cierta congoja.
Declaraciones, opiniones, publicidad política, algunos mítines….Si, materialmente
estoy relleno como un pavo de pascua. Sobre todo de números de contagios y de
víctimas…. Desde mi posición, desde mi casa, lo que me llega me suena a pura
lucha electoral … y siento algunas nauseas. Observo que se hacen muchas cosas
que siempre están envueltas en siglas de partidos ....las haga quién las haga
.... Y pienso que ASÍ NO. El coronavirus, los afectados, los recursos y algunos
colectivos de personas están siendo utilizados para dar cobertura a un claro
tercer frente. Está la lucha contra el virus, luego se inicia la batalla
económica en una encrucijada de caminos posibles y entre las dos emerge una
tercera ofensiva ideológica cargada de elecciones que, haciendo mella contra
las dos primeras, enturbia su trabajo y sus éxitos, les quita fuerza, y lo que
es peor, se insiste en separar los buenos y los malos. ¡Menudo gran error! ¡Otra
vez dividir! Siento consternación, aunque eso sólo sea un sufrimiento mínimo en
medio de tanta pesadumbre, más dura y dolorosa, que afecta a los enfermos y
personal que atiende o sigue trabajando.
La
situación creada por el virus, o yo qué sé, hace que algunos líderes no se
comporten como tales, apareciendo como gallos de corral. Creo que se trata de
fortalecer la sociedad civil y no debilitarla. Me gustaría una unión más nítida
y sincera entre la oposición y el Gobierno legítimo. Podría estar de acuerdo con
lo que se hace pero bastante menos en el cómo se está haciendo. Si se toman
medidas que afectan a la empresa y a sus trabajadores es lógico pensar que se
cuente con ambos. El Gobierno ganaría autoridad y los demás prestigio. Si las
medidas son de orden sanitario los Colegios de Médicos y Enfermería, junto a
los Sindicatos deben de estar presentes. Cuando se solicita el apoyo político
de todos los partidos que menos que explicarles razones y argumentos y hacerse
algunos selfis. Es evidente que las Autonomías, amparadas y escuchadas por el
Gobierno Central, reforzarían su papel y este saldría robustecido de ese
intercambio. El Gobierno no puede sólo y es fundamental que solicite apoyo, un
apoyo que entiendo que todos los demás están deseando prestarle. Pero lo tiene
que pedir. Es la única salida. Son demasiados frentes para afrontarlos solo.
Han de buscar el cómo, algunos qués y acuerdos. ¡Se consigue más con la miel
que con la hiel!
Es
clave percatarse de que las cosas no cambian por el BOE. El papel es sufrido y
caben muchas cosas. Será la realidad la que mande y por eso, mientras más se
parezca el BOE a la realidad, mejor para el Gobierno. No, no me voy a cansar de
repetir que la verdad no existe, que la realidad está hecha de trozos de
verdades y que todos llevamos un gajo de razón. Por eso y muchas cosas más el
diálogo, el consenso, la unión, la confianza, compartir decisiones, etc… son
imprescindibles, indispensables. Moralmente la clase política está obligada a
desarrollar una lealtad recíproca en todos sus actos, dejando los protagonismos
y las veladas acusaciones para un debate democrático posterior y en mejores
circunstancias, sobre todo con mayor tranquilidad, sin la presencia del virus
en enfermos y hospitales. No podemos permitirnos ser tan torpes.
El deseable diálogo es la mejor opción y debe ser real: diálogo y consenso entre
los responsables públicos y privados, castrenses y civiles, religiosos y ateos. Así que “Dejen de dividir y de buscar culpables y busquen
soluciones” porque perdemos fuerza. No estamos de elecciones y, desgraciadamente, aún queda mucha pandemia que curar. Los demás nos seguiremos quedando en casa, pero queremos estar tranquilos viéndolos trabajar juntos por España. A mi memoria acuden unos "Pactos de la Moncloa" en los ámbitos sanitario y económico.
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