viernes, 20 de agosto de 2021

Más de lo mismo

En otoño, las hojas volverán a caer......


20 de agosto, hemos vuelto de vacaciones y seguimos atrapados en las mismas políticas, las mismas triquiñuelas, las  mismas excusas, los mismos métodos. En cierta manera, esta repetición de rutinas, este comprobar que sigue ocurriendo lo mismo que ocurría, este preservar la imagen del presidente, este comportamiento evasivo ante los periodistas, las cámaras y el Parlamento, me exaspera y me aburre. Sánchez cambió en julio su colección de ministros y ministras pero no ha cambiado sus estrategias ni los pilares de su mandato: aparece solamente ante lo positivo, es más plasma que Rajoy, beneficia a los nacionalismos a costa de menos Estado y más desigualdad, se pelea con sus socios de gobierno, se apropia de las campañas de vacunación, culpa al PP de los males pasados, presentes y los que tengan que venir y se escuda en Europa dando la sensación de ser uno de sus líderes top. Al menos al Rey, de momento, lo han dejado tranquilo. Veremos hasta cuándo.

               Las vacaciones del señor presidente del Gobierno de España suenan más a retiro estratégico de la circulación que a un merecido descanso…. Ni la triplicación del precio en el recibo de la luz, ni el catastrófico fracaso en Afganistán, ni las 20.000 hectáreas arrasadas en el incendio de Ávila, ni las devoluciones de menores de edad a Marruecos desde Ceuta han hecho que Pedro Sánchez dé la cara. Ante lo de Afganistan, Ángela Merkel, Macron y Boris Johnson han aparecido en escena. Mario Draghi se está moviendo…. Ante causas típicas y provechosas de la izquierda en España, o en el extranjero, a Pedro le cuesta manifestarse y también por cierto a los sectores progresistas de nuestra sociedad. Quiero pensar que tenemos una escala en vacaciones y otra el resto del año. La verdad es que no lo sé.

               Me pregunto qué le impide a Pedro Sánchez aparecer en determinados escenarios. ¿Por qué se aleja? Para un hombre forjado en duras batallas políticas, dentro y fuera de su partido, no creo que le perjudicaran unas fotos con enfermos de la COVID, otras de recepción a mujeres afganas o visitando un centro de menores en Ceuta o unas montañas avulenses devastadas por el fuego. ¿Por qué ese huir de los problemas diarios? No lo logro entender.

               El atronador silencio del que se rodea Sánchez en algunas ocasiones me recuerda, aunque no sea comparable, al de Naciones Unidas.

               La ONU está siendo laminada por la presiones de los más grandes. Tengo la impresión de que la referencia ONU ha sido sustituida ya por China, EE.UU., Rusia, el G20 o el G8. Siempre fue más o menos así, pero ahora es descarado. ¿Está Pedro presionado por poderes superiores o su comportamiento como político guadiana responde exclusivamente a las recomendaciones de sus asesores? Claramente me inclino por el marketing.

               En su defensa hay que decir que tampoco la oposición está para tirar cohetes. El color que predomina en la derecha es el gris apagado, salvo algunos destellos – más o menos afortunados- de Feijoo, Ayuso o Almeida. El nacionalismo catalán se está buscando a sí mismo y no tardarán en salir a escena. Los más listos de la clase son los vascos, siempre pendientes del detalle, la ocasión y con la mano puesta. De todas formas parece que la ignorancia es valorada tanto por la izquierda como por la derecha. Menos mal que algunos jueces nos recuerdan - solo a veces - que España es un Estado de Derecho, un Estado en el que la Ley parece molestar al "poder". Nunca lo pensé.

Esperemos que septiembre refresque el ambiente, la economía se recupere un poco, el coronavirus baje, las vacunas sigan subiendo y los políticos encuentren sendas de entendimiento en pro de la igualdad y el bien común de la ciudadanía. ¡ojalá Pedro Sánchez fuera el presidente de todos!

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