En otoño, las hojas volverán a caer......
Las
vacaciones del señor presidente del Gobierno de España suenan más a retiro estratégico
de la circulación que a un merecido descanso…. Ni la triplicación del precio en el recibo
de la luz, ni el catastrófico fracaso en Afganistán, ni las 20.000 hectáreas arrasadas
en el incendio de Ávila, ni las devoluciones de menores de edad a Marruecos
desde Ceuta han hecho que Pedro Sánchez dé la cara. Ante lo de Afganistan, Ángela
Merkel, Macron y Boris Johnson han aparecido en escena. Mario Draghi se está
moviendo…. Ante causas típicas y provechosas de la izquierda en España, o en el
extranjero, a Pedro le cuesta manifestarse y también por cierto a los sectores
progresistas de nuestra sociedad. Quiero pensar que tenemos una escala en
vacaciones y otra el resto del año. La verdad es que no lo sé.
Me
pregunto qué le impide a Pedro Sánchez aparecer en determinados escenarios. ¿Por
qué se aleja? Para un hombre forjado en duras batallas políticas, dentro y
fuera de su partido, no creo que le perjudicaran unas fotos con enfermos de la COVID,
otras de recepción a mujeres afganas o visitando un centro de menores en Ceuta
o unas montañas avulenses devastadas por el fuego. ¿Por qué ese huir de los
problemas diarios? No lo logro entender.
El
atronador silencio del que se rodea Sánchez en algunas ocasiones me recuerda,
aunque no sea comparable, al de Naciones Unidas.
La
ONU está siendo laminada por la presiones de los más grandes. Tengo la
impresión de que la referencia ONU ha sido sustituida ya por China, EE.UU.,
Rusia, el G20 o el G8. Siempre fue más o menos así, pero ahora es descarado. ¿Está
Pedro presionado por poderes superiores o su comportamiento como político guadiana responde exclusivamente a las
recomendaciones de sus asesores? Claramente me inclino por el marketing.
En
su defensa hay que decir que tampoco la oposición está para tirar cohetes. El
color que predomina en la derecha es el gris apagado, salvo algunos destellos –
más o menos afortunados- de Feijoo, Ayuso o Almeida. El nacionalismo catalán se
está buscando a sí mismo y no tardarán en salir a escena. Los más listos de la clase son los
vascos, siempre pendientes del detalle, la ocasión y con la mano puesta. De todas formas parece que la ignorancia es valorada tanto por la izquierda como por la derecha. Menos
mal que algunos jueces nos recuerdan - solo a veces - que España es un Estado de Derecho, un Estado en el que la Ley parece molestar al "poder". Nunca lo pensé.
Esperemos que septiembre
refresque el ambiente, la economía se recupere un poco, el coronavirus baje,
las vacunas sigan subiendo y los políticos encuentren sendas de entendimiento
en pro de la igualdad y el bien común de la ciudadanía. ¡ojalá Pedro Sánchez fuera el presidente de todos!
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