miércoles, 29 de septiembre de 2021

El corazón con que vivo


Esta novela, lo mismo que su autor, no necesitan presentación pues se presentan solos. Acompaño esta entrada de un extracto de la carta que envié al escritor después de su lectura.

 11 de noviembre 2020

A la atención de D. José Mª Pérez “PERIDIS”

Estimado Sr:

               Le dirijo estas líneas en relación con su obra “El corazón con que vivo”. He terminado de leerla hace unos días y antes de que se me enfríen las intenciones, me pongo en contacto con usted por medio de la editorial que gentilmente ha ofrecido el rol de intermediario.

                El principal motivo de escribirle es hacerle saber que comparto prácticamente el cien por cien de los objetivos / propósitos que su novela desprende. De alguna forma usted ha escrito el libro que a mí me gustaría escribir. Un tratado, evidentemente sui géneris, donde las personas están por encima de las ideologías y la reconciliación es la mejor salida al brutal enfrentamiento que fue nuestra guerra civil. Me identifico con esas actitudes de dignidad, perdón, humanidad y sana convivencia que se reflejan en multitud de páginas del libro. Hubo salvajes y gente digna en los dos bandos. Nunca me gustó esa división nítida entre malos y buenos. Colectivamente fue una enorme tragedia, pero en el ámbito local, familiar e individual todos sufrieron el desgaste de los roces diarios, del odio a flor de piel y de unas injusticias carentes de justificación. La lógica de la guerra se impuso y machacó a tirios y troyanos.

               Su libro me ha llegado porque, igual que en muchas familias españolas, la mía vivió su particular tragedia (........) siempre he pensando en la tercera España, la España del encuentro y reconciliación donde todos aceptemos que todos tuvieron errores.

               Desgraciadamente, en los tiempos que corren, algunos resucitan fantasmas del pasado interesadamente. ¡Qué le vamos a hacer! Pero ahí no me van a encontrar. Me quedo con la empatía que su obra manifiesta, con un común futuro, con una convivencia sin echar nada en cara … ya ha llovido bastante. Pero según parece …. hay mucho por hacer. Diferenciar los muertos entre nuestros y vuestros, después de ochenta años, genera desazón.

               Le agradezco el tiempo que ha dedicado a cultivar unos valores en los que creo y por los que seguiremos trabajando. Su libro me ha hecho sentirme menos solo. Desde hace mucho tiempo en mi casa se oraba por todos los caídos. Saludos cordiales y enhorabuena. Sbtn

 


martes, 28 de septiembre de 2021

Protección y bienestar animal

       

 Hace unos días debatíamos en participada tertulia familiar el futuro de las corridas de toros. Los grupos de opinión estaban claros: a favor, en contra y una mayoría, que no se manifestó, formó corro aparte y acabaron hablando del tiempo y de otras cuestiones. En mi opinión será ese colectivo silencioso, con matizada indiferencia, el que salve a los toros de morir en la plaza porque será difícil llegar a una prohibición radical y general del espectáculo: aficionados, toreros y el mundillo del toro siempre van a estar ahí…..que por cierto cada vez parecen menos, aunque más convencidos. Ahora bien, el enorme coste económico que implica montar una corrida con nombres de primera y animales con casta, o un pequeño festival, unido a frecuentes restricciones legales y tendencias sociales a la contra irán vaciando plazas y la recaudación disminuirá. A los toros los están sacando de las dehesas, calles, teles y chiqueros y los están metiendo en los parlamentos y eso, con el paso del tiempo, conseguirá que dinero y clientes disminuyan en medio de una ciudadanía callada que apostó por pasar del asunto.

               La fiesta nacional tiene unas fuertes raíces, una profunda trayectoria, una increíble historia y muchos intereses económicos, pero también conlleva grandes contradicciones. En los tiempos que corren parece que estas últimas, a medio plazo, pueden conducir a unas corridas más light donde la sangre brille por su ausencia o a una paulatina desaparición. Mi impresión es que los fabricantes de puyas, banderillas, estoques y rejones a corto o medio plazo estarán en fase de extinción. Igual tenemos que redefinir el modelo de torero ideal y al prototipo de toro de lidia.

               El asunto del maltrato animal lleva años conviviendo con nuestra sociedad y cada vez la legislación pide mayores garantías para evitarlo. En Francia, la tauromaquia está tipificada como delito en el 90 % de su territorio. Fue en 2012 cuando B. Bardot, A. Delon y JP. Belmondo pidieron al Consejo Constitucional galo la abolición de las corridas de toros en toda Francia. En Europa y América del Norte las corridas de toros no tienen ningún futuro, salvo Méjico. Creo que solo se torea en España y en algunos países de América del Sur….. y parece que cada vez menos. Las televisiones se piensan meter corridas de toros en su programación y las instituciones públicas – ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas,…- dan menos subvenciones o las camuflan dentro del espacio cultural.

               Mi percepción es que en la España del siglo XXI la gente hemos optado por los derechos de los animales y conforme pasan los años el maltrato va desapareciendo y donde se produce genera sonoras e interminables broncas, polémicas y denuncias.

               Si analizamos escenarios concretos podemos afirmar que los zoológicos están en el punto de mira de gobiernos, asociaciones y sociedades que amparan a los animales y las condiciones de vida en cautividad han mejorado ostensiblemente en los últimos veinticinco años. La sensibilidad por los animales ha crecido de forma espectacular. El diario El País informaba, el pasado mes de junio, que en España hay más hogares con mascotas que habitados por menores de quince años y que en 2018 contábamos con trece millones de mascotas entre perros, gatos, conejos etc…”

               En el asunto de los festejos las cosas están cambiando mucho en favor de los animales: así por ejemplo en Manganeses de la Polvorosa (Zamora) se prohibió en 2002 que una cabra saltara desde el campanario sobre una lona tensada: ahora la cabra que salta es de mentira. En el futuro será un holograma, en tres dimensiones, de la cabra el que brinque. Algo similar ha ocurrido en Tordesillas con el toro de la Vega: desde tiempo inmemorial este festejo, consistente en alanzar un toro, desde caballos, hasta su muerte, tuvo defensores y detractores que en ocasiones llegaron a enfrentarse con violencia, aparte de múltiples iniciativas judiciales. En mayo del 2016, la Junta de Castilla y León prohibió por decreto la celebración del Toro de la Vega en sus términos actuales: no se permitía ni la muerte ni el alanceamiento del animal. Con objeto de salvaguardar la fiesta y el turismo, en la actualidad se estudia colocar una divisa “en determinada zona del cuerpo del toro” como sustitución de tan medieval práctica y determinar así el jinete ganador.             

  Estamos asistiendo por tanto a un cambio de paradigma tanto en el mundo rural como en el urbano como en el industrial: cada vez somos más los convencidos de que los animales no solo experimentan sensaciones de hambre, dolor, calor o frío sino que pueden sentir algo más complejo como es el miedo, la alegría, el duelo, la tristeza o la melancolía. Eso nos conduce irremisiblemente a cambiar nuestros comportamientos con ellos. En lo rural, aparte del concepto de animal como negocio ha aumentado el cuidado y la protección; en lo urbano las mascotas – que cuestan un dinero y un tiempo - dan compañía y mejoran la salud mental de sus dueños y en la industria son muchos los mataderos que han cambiado drásticamente los métodos del sacrificio animal, caracterizándose por rapidez y ausencia de crueldad (sacrificio cero). Un detalle más: hay establos pre – sacrificio que disponen de hilo musical. Tampoco es casual el aumento de dietas vegetarianas y veganas.

               En el mundo taurino hay espectáculos no sangrientos (el toro ensogado, los encierros, el toro embolado, concurso de recortes, quiebros y saltos, los famosos "correbous" – de gran implantación en Cataluña -….) que nada tienen que ver con las corridas, pero a pesar de ello son cada vez más las voces que se alzan contra la utilización / humillación del toro bravo y colocan estas fiestas en entredicho o en dependencias de los juzgados.

            En España las peleas de gallos son competencia de las comunidades autónomas y están prohibidas en la mayor parte del territorio nacional. Con fuertes restricciones (no se puede apostar, ni que se catalogue como una tortura, ni que menores de dieciséis años puedan ver los combates, ni que asista público en general….) es una práctica legal en Canarias y en Andalucía y son frecuentes en el Levante y las Islas Baleares. De todas formas las corrientes que soplan estrecharán los márgenes de supervivencia de estas prácticas llevando al límite su existencia.

               En mi infancia, donde los niños jugábamos a los apedreos, apedrear a un perro era una escena frecuente. Afortunadamente eso ha desaparecido de nuestra vida social. Las clínicas de animales han proliferado por todos lados y no hay supermercado que se precie que no tenga varias estanterías de piensos, columpios para pájaros o huesos de juguete….por supuesto colchones para perros y gatos, botes de vitaminas y paquetes de chuches  animales….

               Detalle de gran sensibilidad es que el Colegio de Veterinarios de Sta Cruz de Tenerife recuerde que los ciudadanos afectados por la erupción del volcán de La Palma cuentan con un protocolo de atención a los animales de compañía de las personas. El sistema de atención cuenta con cinco puntos: veterinarios visitan a diario los centros de evacuación, asistencia diaria a instalaciones de algunas entidades protectoras de animales, acreditación a veterinarios que acompañan a técnicos para la búsqueda y rescate de animales en la zona afectada, envio de material sanitario y coordinación de urgencias veterinarias.

               La pena de todo esto es que muchos de nuestros políticos quedan en evidencia ya que no tienen con su adversario la misma sensibilidad que demuestran hacia su mascota o hacia el mundo animal …. si se tratarán con ese mismo espíritu seguro que a todos nos iría mejor.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Manuela y Miguel

Este relato recoge la realidad de unos personajes con nombres ficticios. Los hechos ocurrieron en un pequeño pueblo de Andalucía que pudiera situarse en Huelva, Córdoba o Sevilla. Lo mismo da. Ni los nombres de los protagonistas ni tampoco el del pueblo importan demasiado.

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Manuela y Miguel se casaron en 1920. Ella contaba con 23 y él acababa de cumplir los 27.

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Manuela había nacido en el seno de una familia venida a más gracias al enorme trabajo e inteligencia de su padre. Su madre, ama de casa, experta en el ahorro, en el coser y en la cocina la enseñó desde chica. También a sus dos hermanas. Su hermano, el más pequeño, era el ojo derecho de su padre y se le permitió estudiar. Eran tiempos en los que las mujeres – y más en un medio rural - tenían muy complicado romper los moldes que el modelo social les imponía, a pesar de manifestar brillantez, soltura y eficacia.

               El padre de Manuela, Santiago, desde muy joven se dedicó al comercio. Negociaba con cerdos que vendía a carniceros hasta que se dio cuenta que los márgenes de esta profesión eran muy superiores a los tratos de comprar y vender los animales vivos. Comprar al por mayor, un cerdo entero y vivo, y vender al por menor, un cerdo troceado y los productos derivados de su matanza, multiplicaba los beneficios. Así que, emprendedor, estableció su propia carnicería y se buscó personas expertas en la elaboración casera de chorizo, morcillas, curación de jamones, echar lomo en aceite, salazón de tocino, etc, etc… Manuela y sus hermanas se hicieron mañosas chacineras. El trabajo era duro y madrugón, pero con las ganancias y la atinada administración de sus padres, pudieron adquirir una huerta. Sin perderla de vista, pusieron a su cargo a un hortelano que con su oficio y trabajo mantenía a su familia y les entregaba cierto dinero al año, un pequeño alquiler. Además Santiago, con su recua de burros, daba salida a todos los productos que elaboraban: vendía por pueblos próximos, visitaba cortijos, ventorros, poblados de mineros,…. Su género era bueno y los precios ecuánimes. Vendió mucho y tuvo buena fama. De esta forma el ciclo productivo era perfecto: criar cerdos, matanzas casi diarias, producción de embutidos, venta de carnes y de lo elaborado, ahorro de varios años, compra de algún terreno (un solar, una cerca, un pequeño olivar,….). Y vuelta a empezar.

Todo lo anterior para explicar que gracias al trabajo de su padre, Manuela, óptima observadora, conoció bastante bien los negocios del padre y era una experta en tratar con la gente, aparte de ser una gran cocinera. Santiago, sabio él, le preguntaba algunos pormenores. Le gustaba escucharla. Se podría decir, sin tapujos, que había dejado atrás a su madre a pesar de su juventud. Era una familia que había vivido mucho en la calle, entre la gente. Algunos les estaban muy agradecidos por lo bien que comían al trabajar con ellos, por dinerillos extras y trato recibido.

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               Miguel era el séptimo de once hermanos. En su casa nunca faltó de nada pero tampoco sobró. Sus padres, Rafael y Eloisa, eran conservadores muy clásicos. Rafael siempre tuvo una tienda. Le venía de familia. Sabía leer, escribir y las cuatro reglas. Su establecimiento, propio del ámbito rural, era lo que conocemos por un colmado, un comercio mixto en el que se vendían todo tipo de mercaderías, desde alimentos y bebidas a zapatillas y herramientas. Era un hombre establecido, tranquilo, honrado y trabajador. Esa posición le permitió conseguir ser el delegado local de un conocido banco y concejal en el ayuntamiento. Podríamos decir que su posición social sería la de una clase media acomodada.

Eloisa llegó al pueblo como hija del recién destinado médico. Como tal fue sujeta de una esmerada educación, algo rígida y desde luego dentro de la Iglesia Católica, apostólica y romana. Le gustaba vestir bien. Había ido a la escuela y había tenido la oportunidad de aprender algo de música y francés con una institutriz. Sus modales eran refinados y la prudencia su norma. En la calle llamaba la atención por cierta distinción y unos ojazos negros y profundos que no pasaron desapercibidos para Rafael.

               En una casa con once hijos y en aquellos tiempos, Miguel había nacido en 1893, el ambiente era el de un semicuartel con horario fijo para todo y todos. Su padre se pasaba todo el día trabajando y siempre estaba fuera: no era fácil mantener a una familia tan numerosa. Eloisa, su madre, siempre dentro, se ocupaba de comidas, educación de los hijos, limpieza, compras, médicos, ropas etc, etc…. necesitó, a diario, la ayuda de dos mujeres, aunque a veces resultaban insuficientes. Los hermanos mayores se hacían cargo de los pequeños y de atender algunos recados. El orden en la casa, en los comportamientos y en las responsabilidades de cada cual, marcó a Miguel y a sus hermanos. Para algunos, como el caso de Miguel, fue norma de vida; otros optaron por el camino contrario y se desarrollaron como auténticos ácratas.

               Miguel y Manuela se casan y desde el primer momento son independientes de sus padres. Miguel regentaba un buen comercio y un bar que daba comidas. Manuela, era el alma de la casa y desde luego de la cocina. Miguel rígido de pensamiento y de obras, a veces tenía dificultades con algunos clientes, pero allí estaba Manuela con su sonrisa y sus frases cortas para limar asperezas. A veces bastaba su silencio o su mirada. Su inteligencia emocional y su empatía, desbordantes, solucionaban la situación. Era un soplo de aire fresco en medio de un sofocante calor, unas gruesas gotas de lluvia que aliviaban el secarral que marcan las empecinadas diferencias. Miguel autoritario, Manuela tolerante. Miguel creía en un Dios castigador, Manuela en un Dios lleno de misericordia. Miguel más hablador, Manuela estaba más por la escucha. Miguel muy vehemente, Manuela sosegada. Manuela supo desde el principio que tendría que trabajar a un abrupto Miguel, pero se enamoró de él porque era un hombre honrado, amigo de la justicia, del orden en libertad y que albergaba un tierno corazón. Juntos se equilibrarían. Su instinto le decía que marcharían bien.

               Tuvieron cuatro hijos y lucharon a tope por darles de comer y algo más: siempre fueron conscientes de la importancia de su educación, entendiendo por ello formación en la escuela y respeto a la gente y a las cosas. Se esforzaron muchísimo por sembrar en su interior unos valores cristianos y una cultura social sensible con los débiles, con aquellos que no habían tenido sus mismas oportunidades. Miguel les repetía a sus hijos, hasta la saciedad, el privilegio que tenían al poder disponer de botas en invierno, mientras que otros niños iban con alpargatas y los pies mojados. Incluso otros descalzos. Había mucha necesidad. A los casos más críticos de estas pobres familias les fiaba en su tienda y a otros no les cobró.

               Las cosas iban bien para Manuela y Miguel con las complicaciones propias de una familia en un pueblo andaluz, de ámbito rural y minero, con cuatro hijos y una tienda con bar.

La cuestión religiosa surgida en la Segunda República vino a enturbiar la tranquilidad de la familia. Para una persona como Miguel, educado en la ortodoxia católica y ambiente conservador, fue muy difícil de asimilar, por no decir imposible, la separación radical entre la Iglesia Católica y el Estado, tal como recogió la Constitución de 1931. España no tenía religión oficial (Art 3) y se prohibieron los colegios de las órdenes religiosas (Art 26), que luego se desarrollaría, en 1933, por la Ley de Congregaciones Religiosas. Pocas semanas después de haberse proclamado la Segunda República, se produjo la quema de conventos – entre el 10 y el 13 de mayo – primer conflicto grave de orden público que tuvo que enfrentar el recién nacido régimen. Decenas de edificios religiosos ardieron en parte o por completo, se destruyó patrimonio eclesial, cementerios de conventos fueron profanados, murieron varias personas y otras resultaron heridas. A Miguel todo esto le produjo una enorme desazón. Lo entendió como un mal presagio. ¿Qué estaba pasando?. Para una persona de orden como él le costaba entender ese brote de violencia.

Lo anterior fue definitivo para la progresiva radicalización de Miguel, militante de Acción Católica. Esta institución, fundada en 1922, fue consolidada por Pio XI en 1931 para evitar la aniquilación del apostolado seglar por el régimen fascista de Mussolini. Fue la respuesta del Papa por haber decretado” Il Duce” la disolución de cualquier asociación juvenil distinta de las ligadas al partido único. Acción Católica agrupaba a los fieles bajo la jerarquía episcopal para recristianizar la vida pública y combatir la influencia del laicismo. Miguel se reafirmó en sus convicciones, se agarró a ellas porque estaba convencido de su validez.

En abril de 1931 se funda Acción Popular, partido español confesional católico. En su pueblo Miguel frecuentaba sus mítines y no ocultó nunca su devoción por estas siglas. La fundación de Falange Española en octubre de 1933 fue otra de sus referencias pues simpatizó con este movimiento desde sus inicios y le sirvió para identificarse con un grupo de personas del pueblo, todas de derechas y católicas en mayor o menor grado. Miguel tiene 40 años. La ideología de Falange era un fascismo a la italiana, pero con un rasgo propio: su catolicismo.

               Miguel tenía bastante claro lo que significaba ser católico en la España de 1930: su madre le había enseñado a rezar, a bendecir la mesa. Hizo, por supuesto, la Primera Comunión. Se casó por la Iglesia, iba a misa los domingos y fiestas de guardar, todos sus hermanos fueron bautizados lo mismo que sus hijos y el cura era una autoridad local. Había apuntado a todos sus hijos a la catequesis de los sábados y había recogido firmas en el pueblo para protestar contra los apedreos de que eran objeto por asistir a un acto pro-religión. Era amigo de procesiones, de la Semana Santa y de la Navidad y disfrutaba colocando juguetes en el balcón de su casa el día de los Reyes Magos. Por las noches daba gracias a Dios y rezaba un Padre Nuestro antes de ir a dormir, como cuando era niño. Por medio de la tienda practicó actos de caridad anotando, en ocasiones, la mitad de lo comprado por familias muy pobres. Su mujer, Manuela, era el alma mater de la casa. La respetaba y la quería. Se quejaba de que le reñía más de la cuenta, según él, sin motivo.

               La palabra fascismo no sabía bien lo que significaba porque Miguel no tenía estudios, pero su origen familiar entre conservadores, sus opiniones en blanco y negro, su posición social (industrial) y su círculo de amistades le hicieron caer en las proximidades de ese territorio, aunque su verdadera y fundamental ancla fue siempre su religión, la religión de sus padres y de sus abuelos.

               Como expresión de su ideología de derechas bastante conservadora fueron sus manifestaciones en favor de la dictadura de Primo de Rivera (1923 -1930) y su disgusto cuando este cansado, abandonado y enfermo dimitió en enero de 1930. Para colmo su casa estaba cerca del cuartel de la Guardia Civil. Conocía a todos los guardias porque eran clientes del bar. A veces fue su confidente de necesidades y problemas y a alguno, incluso, llegó a prestarle dinero, por supuesto sin interés.

               Analizando el cúmulo de circunstancias que rodearon la vida de Miguel se llega a la conclusión de que estaba predestinado a ser una persona muy amante del orden, conservadora, defensor acérrimo de la Iglesia Católica y con cierta sensibilidad social. Nunca perteneció a los ricos del pueblo ni al círculo de caciques aunque si estaba incluido en la burguesía, una clase media acomodada.

               Su tienda era frecuentada por familias de obreros, mineros, trabajadores agrícolas y clases medias. Miguel tenía una libreta donde anotaba las deudas. Muchos tenían cuentas atrasadas que iban pagando, poco a poco, por semanas. Al bar iba algún maestro de escuela, los guardias, representantes, viajantes, camioneros, etc…Los platos que preparaba Manuela eran excelentes, abundantes y a muy buen precio. Varias veces a la semana en la puerta de su casa le dejaban pescado fresco venido desde Cádiz. El negocio tenía buenos pilares, entre otros las doce o catorce horas diarias que él le dedicaba.

               Miguel nunca fue de clase alta, era un trabajador por cuenta propia, un autónomo que nunca los obreros tomaron por uno de los suyos … un padre de familia católico, apostólico y romano. Nunca hizo daño a nadie, nunca explotó a ningún trabajador …. pero le gustaba definirse, prefería las cosas muy claras, por eso el 18 de julio de 1936 tomó partido por la sublevación, seguramente pensando en un golpe parecido al que dio Primo de Rivera, pero se equivocaba: ni el escenario político de 1923 era el de 1936 ni Franco era Primo de Rivera….. meses antes había sido detenido por dar vivas a la patrona de su pueblo en mitad de la calle. Estaba prohibido. La religión sólo podía manifestarse en los templos o en las casas.

Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Durante años Miguel había ido dando pasos hacia un negro destino, hacia un precipicio mortal. En agosto de 1936 Miguel, tras unos días en la cárcel del pueblo, fue cobardemente asesinado junto a otros vecinos después de darle el famoso paseo.

***

               Es aquí donde empieza la historia que permite incluir estas líneas en la etiqueta “Relatos para la Esperanza” porque cuando Manuela se queda sin marido es la parte que más nos interesa. Las líneas anteriores conforman el escenario que nos conducirá a comprender lo que sigue:

Tenemos una Manuela destrozada por dentro, viuda con 39 años, tres hijos menores de edad y otro movilizado en bando nacional, imposibilidad total para proseguir el negocio y viviendo en zona roja. Tampoco hay posibilidad alguna de recuperar el cuerpo de ninguno de los asesinados. Y es ahí donde aparece la grandeza del espíritu humano y la tremenda fortaleza de Manuela. La noticia de los fusilamientos ha recorrido el pueblo. Personas de derechas y de izquierdas no dan crédito a lo sucedido. Al parecer han tenido mucho que ver mineros llegados de otras latitudes. La gente habla de algunos de Linares puestos de acuerdo con algunos del pueblo. Muchas personas acuden a casa de Manuela y a todos les dice lo mismo: “Mi Miguel llevaba muchas papeletas y le ha tocado la lotería. Todo esto es una lotería. Había comprado muchas papeletas y le tocó el mayor premio de la rifa. No queda otra salida que perdonar y olvidar”. No hacía ni veinticuatro horas…. El personal se queda estupefacto. No saben qué decir. Esperaban una Manuela rabiosa, encabritada, …. Una Manuela que gritara asesinos, hijos de la g….p…., salvajes, cobardes, manada de lobos hambrientos de sangre inocente, malditos… Manuela con sus tres hijos alrededor solo llega a decir…”Ha sido una lotería. Llevaba muchos números….Perdonar y olvidar”. Desde el minuto uno su pecho no albergó ni un segundo de odio. Seguramente no tenía muchas fuerzas y las pocas que retenía las usó para intentar animar a sus hijos y explicarles tranquila la ausencia de su padre.

               Vecinos y clientes de derechas e izquierdas fueron a darle el pésame. Unos le llevaron comida, otros liquidaron las deudas que estaban apuntadas en la libreta azul de tamaño octavilla con lápiz y letra de Miguel. Fueron muchos los que lloraron la pérdida de Miguel y lágrimas de izquierdas y derechas se juntaron en los mismos pañuelos. Pero ¿Cómo? ¿Por qué?... Si Miguel no perjudicó a nadie, tenía sus cosas como todo el mundo pero ¿qué hizo para que lo mataran? Manuela, compungida y llorosa replicaba: “Son cosas de la guerra”. “Perdonar y olvidar”. En esto un familiar, creyendo consolarla, le susurró al oído: “Ya llegarán los nuestros y tendremos venganza”. Manuela abrió los ojos, la miró con coraje y apretando los dientes le respondió inflexible: “Eso nunca. ¿Me entiendes?, nunca”. Pero….algo habrá que hacer, le respondió la otra. “Perdonar y olvidar es la única salida” le dijo dándole un par de suavecitos toques en la mano.

               A Manuela, vecinos y familiares, la ayudaron durante varios meses. Todos querían mostrarle su cariño y solidaridad. Personas de la izquierda, avergonzadas por lo ocurrido iban a verla anochecido. Familiares y gente de derechas lo hacían a cualquier hora del día, pero sin señalarse mucho. Manuela les decía que no fueran a verla pues eso suponía un riesgo para sus propias familias. Manuela estuvo agradecida especialmente a una familia socialista que por la parte posterior de la casa, por el patio, le hacía llegar alguna cosa de comida. También a un carnicero que controlaba el racionamiento de carne: siempre guardó un trozo para su hijo que, empujado en la cola por hijo de fascista, lo relegaban al último lugar.

               Con el apoyo y ayuda de los vecinos y amistades y – fundamentalmente – de su padre ya viudo, Manuela pasó unos meses hasta que pudieron pasarse a zona nacional donde recibieron todo tipo de auxilio como viuda de guerra con tres hijos menores. Tuvo noticias de que al dejar su casa, esta fue saqueada. Se llevaron todo, todo, todo. Aparte de los muebles y todo su ajuar, arrancaron puertas y ventanas, cuentan que hasta los azulejos de la cocina. Al parecer las paredes no tenían ni las alcayatas en las que un día se colgaron cuadros. Manuela ante estos desmanes callaba y repetía: “Son cosas de la guerra. Las guerras vuelven locos a las personas”.

               El tiempo pasó y Manuela luchó por sus hijos lo indecible. Trató con sus escasos medios económicos, pero con gran sabiduría en sus palabras, de que sus hijos salieran adelante. Sobre todo entendió que la guerra pasó y que la envidia, el odio, el rencor y el resentimiento no debían de ser moneda de cambio en la postguerra. Lo que pasó, pasó. Su radio de acción no superaba a su familia, pero en su presencia nuca se habló de la guerra civil. Manuela estuvo callada durante años. Con su padre, su hermana + cuñado y sobrina vivó tranquila. Al menos aparentemente, a pesar de que el cuerpo de Miguel quedó en las profundidades.

               Un vecino allegado comentó que con motivo de la designación de su hijo mayor como alcalde del pueblo Manuela lo llamó y le hizo la siguiente recomendación: “Como yo me entere de que te vales de tu puesto de alcalde para tomar represalias contra aquellos que tuvieron que ver algo con la muerte de tu padre, me harás la mujer más desgraciada del mundo”. Habían pasado casi treinta años desde la finalización de la guerra incivil española, pero Manuela seguía manteniendo lo mismo que dijo al siguiente día del despiadado crimen. Su espíritu fue un terreno infértil para todos aquellos que intentaron sembrarle odio y resentimiento.

               Por todo lo contado el ejemplo de Manuela forma parte de estos Relatos para la Esperanza. A mi entender es una vacuna contra la intolerancia, la envidia, los odios y el resentimiento. Es una vacuna contra la división, los enfrentamientos y contra la posesión de la verdad. Hay actitudes humanas que marcan el camino del encuentro hacia los otros, los diferentes, los que no piensan como nosotros y Manuela, sin estridencias, sin ruido, en silencio, marcó el suyo. Estamos seguros que otras madres y esposas de muertos en la izquierda y en la derecha marcaron el mismo rumbo que Manuela: Perdonar y olvidar porque fueron cosas de una guerra entre hermanos.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

¿El motín del capitán? ¿Nuevos horizontes?

A la vista estaba que algunas cuestiones – o quizá muchas – no caminaban bien para el PSOE. Las encuestas le daban muy malos números y los resultados de las elecciones de la comunidad de Madrid, el pasado mayo, encendieron todas las alarmas. Lo venían diciendo también muchos socialistas. Algunos con mando en plaza. Otros con más años y con peso histórico. Aparte de la gestión de la pandemia y sus efectos, un PSOE coaligado en el gobierno con Unidas Podemos y necesitando el apoyo parlamentario de los independentistas, es visto como un PSOE desnaturalizado y eso detectaban – y parecen seguir manifestando - las encuestas: bajón acusado y remonte complicado. La concesión de los legítimos indultos – en contra del Tribunal Supremo - a los líderes catalanes independentistas presos, casi a mitad de junio, marcaba unos mínimos en la intención de voto sanchistasocialista. Personalmente a mí no me gustaron, pero reconozco que esas indulgencias, por ahora, han rebajado la tensión y han debilitado la posición de unos cabecillas condenados por sedición y malversación. Aun asumiendo la medida política, quizás sobró la dialéctica que contenía exceso de mimo y comprensión por parte del Gobierno de Sánchez.

               Mayo y junio fueron meses de intensas movidas. A estas alturas ya se habían quedado en el camino Ángel Gabilondo, number one socialista a la Comunidad de Madrid, y José Manuel Franco, secretario general del PSOE-M. También Pablo Iglesias había abandonado la política, entiendo que porque era consciente que estorbaba al restar más que sumar. A mitad de junio Espadas, candidato de Sánchez, gana las primarias del PSOE andaluz, forzando la salida de Susana Díaz. Este pequeño respiro era insuficiente. Supongo que a primeros de julio la situación debió ser crítica en Moncloa. Había que dar un giro ante la opinión pública española. No se puede olvidar que cualquier concesión al mundo indepe es una bofetada en pleno rostro a miles, millones, de españoles.              

La solución elegida por Sánchez se concretó en cesar a ministros: nuevas caras que no vayan asociadas a sus dos primeros de gobierno - con su mochila de contradicciones - ni a Pablo ni a Cataluña y le permitan afrontar el próximo vendaval electoral cuya silueta se otea por el horizonte. Así pasó a mejor vida, política se entiende, José Luis Ábalos, ministro de Transportes y Agenda Urbana. La salida de Ábalos nunca fue bien explicada y pilló por sorpresa a propios y extraños al ser hombre fuerte de Sánchez desde que ganó las primarias contra Susana Díaz y Patxi López. Junto a él, por desgaste, errores o significación, salieron otros seis ministros Arancha González Laya (Exteriores), Isabel Celáa (Educación), Juan Carlos Campo (Justicia, ministro de los indultos), Pedro Duque (Ciencia e Innovación) y José Manuel Rodríguez Uribes (Cultura y Deporte). Pedro Sánchez aprovechó el momento y cesó también – probablemente por los excesivos roces con Podemos - a Carmen Calvo, vicepresidenta primera, y a Iván Redondo, jefe del gabinete del presidente y su ideólogo estratega. Félix Bolaños es el nuevo ministro de la presidencia y Óscar López – fiel militante socialista – su nueva mano derecha.

               Todo este cambio de actores culminó con el cese de Adriana Lastra como portavoz en el Congreso de los Diputados. La sustituye el canario Héctor Gómez. Aunque parece perder peso, Adriana puede ser pieza clave de Sánchez para controlar el 40º Congreso del partido que se celebrará en Valencia los próximos 15 y 17 de octubre y que significará una gran renovación en la dirección del PSOE, posible meta final para tan profundos cambios.

               Eva Granados, también estrena cargo pues sustituye a Ánder Gil como portavoz del PSOE en el Senado. Este cambio no es igual que el de Lastra, ya que es imperativo: Gil fue nombrado presidente de la Cámara Alta después de que Pilar Llop, su antecesora, fuera escogida para ministra de Justicia. Granados es viceprimera secretaria de los socialistas catalanes.

               Los golpes de timón de Sánchez considero que se deben al evidente desgaste, a la necesidad y al marketing. Da la impresión de que el presidente quiere pasar página de estos dos últimos años y posiblemente también de los tirones de orejas – más o menos solapados – de una Europa que nos tiene en su punto de mira: ….ojito a como se nombran a los miembros del consejo del poder judicial; ojo a como se reparten e invierten los fondos europeos; reformas estructurales ligadas a pasta fresca; ojito con el déficit público; ojo con el asalto a la administración de justicia; a ver la emigración,…ojito con Marruecos, ojito con intervenir las eléctricas,……No tengo la certeza de que Francia, Alemania y los nórdicos le marquen el rumbo a Sánchez….pero creo que España tiene como país una polivalente brújula made in Bruselas y las vías de avance y desarrollo están más que supervisadas. Que esto se quiera reconocer es otra cosa pero seguramente estamos medio intervenidos porque debemos mucho dinero y no somos dueños de nuestro destino … alguien desde fuera marca el paso y los márgenes…..sobre todo algunos. En el cristal de mi retrovisor aparece Grecia.

               Los cambios de marineros han sido importantes y muy significativos. A mi entender también la carta de navegación: fondos europeos, vacunación, recuperación económica, nada de Cataluña – solo lo imprescindible - algo de la Formación Profesional, mejorar la gestión, comunicar de otra forma…..pero si no cambia el capitán, ni sus apoyos ¿cambiará el rumbo del barco? ¿Es Sánchez un actor que interpreta distintos roles y es ese su guión? Lo que sí parece es que Sánchez es más presidente que nunca pues aquellos que podían hacerle sombra se han disuelto, políticamente hablando. Estaremos atentos a las encuestas. A lo mejor es todo más sencillo y yo no me entero de mucho y es que la política es el arte de lo posible y Sánchez la estira como un chicle.