domingo, 19 de diciembre de 2021

Crecidas: precios, Ebro y coronavirus

 

Coronavirus

No se nos terminan los problemas en España. Tampoco en el mundo. A la crecida de los precios, en particular el de la electricidad, y de la inflación se unió el anunciado desbordamiento del rio Ebro y la paulatina, hoy ya veloz, subida de contagios por coronavirus.

La crecida del Ebro, ya controlada porque dejó de llover y gracias al trabajo de bastantes, es un fenómeno repetido a lo largo de los años. No es este el tema de hoy pero quiero dejar constancia de que esas subidas de nivel tienen soluciones, ninguna mágica por cierto. A mi modesto entender, se necesita un estudio profundo y detallado de la situación que debería cristalizar en tres compromisos-respuesta concertados entre Comunidades Autónomas y Gobierno Central: la periódica limpieza del cauce es necesaria pero no sería suficiente. Además habría que devolver espacios al rio y hacer determinadas infraestructuras hidráulicas. Me produce bastante desazón ver árboles ahogados, campos y carreteras anegadas, vecinos en alerta y pequeñas “venecias” temporales en Navarra, la Rioja o Aragón. También me causa una gran irritación comprobar la sequedad del Sur y el despilfarro del Norte. El problema del agua en España es asunto de Estado y en mi opinión, los trasvases no son de derechas ni de izquierdas, son una solución técnica que debieran contemplarse junto a la defensa del ecosistema Ebro. Es evidente que “las aguas” no son de las autonomías.

En cuanto a la inflación ya se toman medidas. El Banco de Inglaterra sube un cuarto de punto los tipos de interés. El Central Europeo finalizará sus compras de emergencia, debido a la pandemia, en Marzo del dos mil veintidós y el medio año siguiente mantendrá, o ampliará, su política estándar para comprar activos. Por su parte la Reserva Federal de EE.UU. propone recortar estímulos y subir los tipos el próximo año. Todo esto porque el exceso de liquidez nos ha llevado a cerrar el veinte veintiuno con una inflación próxima al cinco coma cinco %. La voluminosa masa de billetes puestos en circulación hacen que estos cada vez valgan menos y todo se encarece. Veremos cómo afectan estos recortes al proceso de recuperación que todavía mantiene a miles de empresas y trabajadores en los espacios UCI de la economía.

Y en cuanto al virus, después de tantas olas, ¿qué se puede decir? Parece que hay consenso en que la mutación Omicron (o) tiene un poder de contagio muy superior a la Delta () y que “ha aprendido” a regatear a las vacunas. Aun así es preferible ponerse la tercera [dosis]. La letalidad de ambas, si una mata más que la otra, está en discusión. De todas formas las dos variantes son traidoras y malintencionadas y no podemos olvidar que somos nosotros los que transmitimos el virus y sabemos de sobra lo que tenemos que hacer.

Nuestro Presidente de Gobierno, Pedro Sánchez parece haberse dado cuenta de que no tomar medidas provoca desconfianza y la ciudadanía se imagina cosas extrañas, quizás por eso ha decidido hacer hoy domingo, 19 de diciembre, una declaración institucional y no esperar a la reunión con los Presidentes Autonómicos, prevista para el miércoles 22, fecha coincidente con el cierre de los centros de enseñanza. La situación debe ser complicada pues los grandes bancos y grandes compañías de España han vuelto a permitir que desde el martes pasado, día 14, su personal teletrabajara. La ola hace semanas que se veía venir …. Austria, Alemania, Países Bajos, Reino Unido, etc…

Las circunstancias, en general no son alentadoras, pues al cansancio social se une un estado económico delicado y un sistema legal desarticulado, llegando a incomprensibles contradicciones entre territorios. Ante contradicciones judiciales y políticas se impone la necesidad de una línea de actuación común, unas normas básicas. Ciertamente las Autonomías gestionan pero el Gobierno Central debe marcar una política sanitaria para todo el país. En palabras de Ignacio Varela, Onda Cero, el Gobierno debe hacer una política de concertación con las Autonomías y con la oposición. No es hora para confrontaciones.

La ausencia de una ley de emergencia sanitaria nos lleva directamente a la Constitución, pero ya sabemos, porque lo ha dicho el Tribunal Constitucional, que no se puede aplicar el estado de alarma y suspender derechos fundamentales a causa de la pandemia. Así que la ciudadanía vuelve a ser pieza clave: Sabemos lo que tenemos que hacer y no podemos esperar a que nos lo digan: uso de mascarilla también en exteriores, gel, distancia, evitar aglomeraciones (cines, teatros, restaurantes, oficios religiosos, conciertos, discotecas, etc…), comer en pequeños grupos (también en casas), ventilación, prioridad de espacios al aire libre,…Tenemos que aumentar la responsabilidad de nuestras acciones y desde luego exigir que nos traten como adultos, nada de paternalismos estúpidos. Debemos exhibir nuestra madurez.

Desde luego seguir con la vacunación, de acuerdo con las autoridades sanitarias, es otra pieza de la solución para evitar el virus o sus graves consecuencias. Por último una reflexión: cuidemos a los centros y personal de Atención Primaria que son lugares hoy de máxima presión. No debemos acudir por menudencias, hay que respetar al personal y no agobiarlos, seguir sus instrucciones, evitar exigencias y voces, hacer consultas por internet o por teléfono….. Ayudar a que no colapsen forma parte de nuestra solidaridad, empatía y reconocimiento.¡¡Todos y todas vamos a salir ganando¡¡....También nos sentiremos mejor.

Esta Navidad, estas fiestas, es una ocasión excepcional para colaborar y hacer realidad el espíritu navideño que, estoy seguro, todos llevamos dentro. Feliz Navidad. Felices Fiestas.

 


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