martes, 29 de marzo de 2022

La bofetada: otras realidades en España

Will Smith abofetea a Chris Rock. Los Ángeles 27/03/2022


               La interconexión de las comunicaciones es algo brutal en el mundo de hoy. Apenas dos minutos después del bofetón de Will Smith a Chris Rock, su onda expansiva – como si de una super giga explosión nuclear se tratara – estaba en boca de todos los comentaristas del mundo – prensa, radio y TV - a pesar de que la censura americana actuó raudo tapándole la boca al agresor y permitiendo ver la bofetada. Curiosa hipocresía. La "gran torta" eclipsó cualquier tipo de noticia y por si misma se adornó del don de la ubicuidad en el planeta Tierra.

               El hecho en sí, para mí, no debería generar tanto ruido pero lo universal de los Oscar y la fama de los intervinientes hizo que la noticia se difundiera a la máxima velocidad que las tecnologías permiten: penetró como un tsunami en todos los escenarios y actuó de tapón de problemas y realidades mucho más dolorosas, próximas e importantes, aunque ciertamente con un perfil menor de su morbosidad. ¡Es la globalización, estúpido!.

               Y es que los flecos que rodean – y rodearán - a la gran bofetada son interminables. Al parecer más de quince millones de personas vieron el manotazo en vivo y en directo, aunque esta cifra está sometida a revisión. Dos cómicos, millonarios, negros, sala repleta a rebosar de actores, actrices, modelitos – todos casi exclusivos – noche mágica poblada de ilusiones y de millones, sonrisas amplias de famosos … cualquier detalle es digno de mención, pajaritas, zapatos de charol, colas en los vestidos, tensión ante la incertidumbre de los premios, sofisticados trajes de tela negra …. De repente, en unos instantes, todo salta por los aires al hilo de la broma, en público, de Chris sobre la teniente O’Neil II: el tiempo se detiene, se ve a Will sonriendo, su esposa, Jada Pinkett, que sufre de alopecia, observa descompuesta e incómoda, Will abandona su asiento y camina seguro hacia el escenario, Chris lo ve venir y no sabe qué hacer, espera, recibe un soberbio guantazo, ¡¡guuauuu!! dice poco después. Will se da la vuelta, el público se ríe pues piensa que todo es guionizado, Chris – perplejo – reacciona como un profesional auténtico y acierta a decir “Will Smith me ha dado una buena”, el público vuelve a sonreír, esta vez levemente, y desde su silla, Will Smith, fuera de sí, grita por dos veces “Mantén el nombre de mi mujer fuera de tu puta boca”. “Lo haré” responde Chris. Silencio general. La gente percibe que todo esto es real. Chris le dijo al colega que estaba loco, que su broma fue un chiste. Comentó que lo vivido “había sido uno de los momentos más grandes de la historia de la TV”.

               Tras la sorprendente interrupción la gala siguió con el orden previsto y Will Smith alzó la estatuilla de los Oscar como mejor actor protagonista en “El método Williams”, premio que debiera mantener por su talento como actor. En la entrega agradeció la distinción y pidió perdón a los compañeros galardonados y a la Academia, pero no al agredido, con el que Smith tuvo otro atranque, esta vez dialéctico, en 2016, también por el motivo de su esposa y su no invitación a la ceremonia de los Oscar. En sus palabras Smith continuó diciendo que “Debes tener cuidado, pues, en tus mejores momentos es cuando el diablo viene a por ti”. Se autojustificó al afirmar que “el amor te conduce a hacer locuras”. Aborrecible excusa.

               Chris dice que no presentará denuncia. La Academia, al finalizar el acto, sacó una nota en la que condenaba la violencia y parece que junto a la policía de Los Ángeles van a abrir sendos expedientes para analizar lo ocurrido desde sus respectivas perspectivas, claro. 

               ¿Conocía Chris la alopecia de Jada y su lucha contra la enfermedad? ¿Hasta dónde pueden llegar las bromas en público y como casa eso con la libertad de expresión? ¿Hay cierto matiz machista al actuar Will como gran protector, en público, de su señora? ¿Debió ser Jada la que se enfrentara con palabras a la inoportuna broma de Chris? ¿Condicionó Smith con su bofetada la posible respuesta de Jada? ¿Qué hubiera pasado si uno de los dos fuese de raza blanca u homosexual? ¿Se hubiera atrevido Will si la broma la hubiera gastado una mujer? Es evidente que Will Smith se pasó siete pueblos. Unas palabras para cortar la broma de Chris, desde su silla, hubieran sido lo más inteligente. La violencia siempre lo complica todo un poco más….aunque claro... ¡todos nos hemos calentado en alguna ocasión!. Con 97 palabras  colgadas en Instagram Will ha pedido disculpas a Chris, el cual ha visto dispararse la petición de entradas para asistir a su show.

               Ocasión para reflexionar y obtener conclusiones. Por cierto la enhorabuena para Alberto Mielgo por su Oscar al mejor cortometraje animado que pueden disfrutar en https://www.rtve.es/play/videos/somos-cine/limpiaparabrisas-corto/6452065/

               Qué duda cabe que el terrible bofetón tiene sus enseñanzas, pero su enorme eco mediático no puede hacernos olvidar la realidad que nos visita cada día a todos los españolitos de a pie, una realidad mucho más cercana y con más repercusiones que una enorme bofetada entre famosos, para terror de Hollywood.

               La guerra de Ucrania nos ha cambiado la vida, y los valores, bastante más de lo que podríamos pensar: aparte de la división en la coalición PSOE-UP por el envío de armas, la variación de postura del Gobierno de España sobre el Sahara, asumiendo la denostada tesis de Marruecos, responde – a juicio de la opinión pública española – a la estrategia global de los EE.UU. al necesitar un Magreb propicio a sus intereses: Marruecos le puso precio a esa colaboración más íntima y EE.UU. ha ejercido de mensajero exigente. España se olvida un poco más del referéndum de la ONU para los saharauis y el Sahara será una provincia – autónoma – bajo el Gobierno de Marruecos. El cambio ha sido brutal, sobre todo por el fondo, las circunstancias y la tremenda falta de explicación por parte de Pedro Sánchez: Se ningunea al Parlamento, a la oposición, al Jefe del Estado, a algunos de sus propios ministros, a Argelia, al pueblo saharaui, etc y nos tenemos que enterar por un comunicado de Marruecos. Algunos llaman a esto pragmatismo [realpolitik], otros hipocresía. Otros pocos “los intereses del poder”. La estabilidad de Ceuta y Melilla también ha estado de boca en boca, asunto en el que Marruecos no ha dicho una palabra. Argelia ha retirado a su embajador y cambia a Italia como socio preferente en el asunto del gas. España deberá aumentar su presupuesto de defensa hasta llegar al 2% del PIB. Algunos cambios sí que hay. No podemos olvidar la subida del precio del gas y sus consecuencias en el sector energético.

               El paro en el transporte por carretera parece remitir aunque lo acordado resulta insuficiente para la plataforma “minoritaria” que ha paralizado a media España. La tesis del Gobierno, divide y vencerás, y el desgaste de los autónomos después de quince días de huelga va devolviendo los camiones a la carga y descarga, aunque el sector está bastante cabreado junto a los ganaderos, a los agricultores y a los pescadores. El precio de los combustibles y las materias primas ha aumentado considerablemente, además de un año subiendo la inflación desde el 1’3% (marzo 2021) al 7’4% (marzo de 2022).

               El precio del megavatio hora ha pasado de ser insignificante y olvidado a convertirse en la columna vertebral que sostiene al Gobierno. De los inalcanzables 180 € para algunos ministros, tope máximo fijado en España para el 2019, llevamos todo el 2022 por encima de la citada cantidad, con picos de hasta 500 €. Conocedor de lo que se jugaba, Pedro Sánchez plantó el viernes pasado al Consejo Europeo e hizo mutis por el foro. Otra vez el eslogan “España es diferente” junto con Portugal. Europa no modifica su sistema de fijación de precios de la electricidad, pero permite – aunque lo considera un error – que “la isla energética ibérica” modifique su sistema y presente su plan – está sin hacer – que Bruselas tendrá que aprobar. Algo excepcional y transitorio en palabras de un Sánchez oxigenado por esta concesión. España y Portugal recuperan soberanía nacional desacoplándose del tren energético europeo: ¿Volvemos a la Europa de dos velocidades en algunos sectores?

               Hoy el Consejo de Ministros aprobará un plan de medidas, excesivamente demorado y unilateral, para paliar los efectos de la guerra, el cual contará con 16.000 millones de euros, 6.000 en ayudas directas y rebajas de impuestos y 10.000 millones en créditos ICO, cantidad esta última que se sumará a un sobrante de 36.000 millones del plan Covid que están sin utilizar porque son muchas las empresas que no pueden endeudarse más. Ese plan contra los efectos negativos de la guerra en la recuperación económica afectará a familias y trabajadores, al tejido empresarial, al transporte y a la ciberseguridad. Los alquileres – diferenciando los grandes de los chicos -  limitarán su subida al 2 % y el ingreso mínimo vital – con miles de peticiones sin resolver – aumentará en un 15 %. 600.000 nuevos hogares se beneficiarán de la extensión del bono eléctrico y todas las familias tendremos una bonificación de un mínimo de 0’20 € por litro de combustible hasta el 30 de junio, medida populista que aumentará la inflación. Todo esto se aprobará por decreto ley y luego se llevará al Parlamento para su convalidación: curiosa y reiterada manera de pedir el apoyo de una Cámara democrática. Veremos los apoyos que el Gobierno recoge. Su mismo socio de legislatura, el PNV acusa al Presidente de actuar con demasiada frecuencia como “el llanero solitario”. Por su parte, el nuevo PP de Feijóo espera que el Presidente cumpla la promesa que hizo, en la isla de La Palma, a los Presidentes de CC. AA. allí reunidos: bajar los impuestos. De todas formas hay que reseñar que bajo el título de "medidas para paliar los desastres de la guerra" se está colando un preocupante intervencionismo del Estado: limitar los precios de los alquileres atenta contra la propiedad privada en un mercado que, en general, no está disparatado y que no se pueda despedir a los trabajadores en empresas que reciban ayudas directas parece contradecir la propia reforma laboral que el Gobierno vendió como gran éxito hace tan solo un par de meses. Salirse de la normativa europea del precio de la energía puede beneficiarnos, pero es otra intervención más del Gobierno de España. Ultimamente siempre hay una razón para aumentar el control sobre la ciudadanía, sea la pandemia, la guerra o el precio del mega vatio hora. ¡Aviso a los navegantes! 

               Somos muchos los que pensamos que el problema de España, económicamente hablando, no se resuelve con medidas coyunturales (parches), sino estructurales y acordadas por una mayoría consistente en el Parlamento, una mayoría que piense en España como país, al objeto que no dependan del Gobierno de turno y privilegie a las zonas con mayor renta per cápita (eso debe de ser anticonstitucional). Soy firme defensor de enseñar a pescar a la ciudadanía en vez de dar pescado. Quizás sea esa la causa de que, después de treinta y seis años en Europa, cada vez que salta una crisis (financiera 2008 [casi rescate], pandemia 2019 [caída de más de un 10% en el PIB], guerra de Ucrania 2022 [salirnos del marco europeo de la energía]…) estemos en el grupo de naciones que peor la encajan. Quizás tener una tasa de paro que dobla la media europea, ser líderes en déficit público en la UE y el elevado endeudamiento exterior que presentamos tengan algo que ver en la España arruinada. Mis abuelas pensarían que a lo mejor, como nación, estamos gastando por encima de nuestras posibilidades y que seguramente estemos gastando mal. Tengo la sensación de que entre la España que derrocha y aquella que aumenta las ganancias se llevan lo que la otra parte de España necesita.

               Echo de menos – seguramente estará hecha pero no divulgada – una gran auditoría de ámbito nacional que nos indique con claridad ¿qué hemos hecho mal? o bien ¿qué hemos dejado de hacer? para que en cada crisis que se presenta viajemos en el vagón de cola. Lo que no se evalúa, se devalúa. Cuando el dedo señala la luna el tonto mira el dedo. No es Sánchez mi objetivo. Mi meta es el país.

viernes, 18 de marzo de 2022

Rusia invade Ucrania: ¿Por qué?

Institute for the Study of War/BBC/liveuamap.com/
Ministerio de Defensa U K

               Todas las guerras muestran la fragilidad de la paz, la vulnerabilidad de la población civil y la impotencia de una mayoría de espectadores sensibles y empáticos que observan a distancia la catástrofe. Es por eso que se ha de trabajar por la paz todos los días y así no tener que lamentar el triste espectáculo de muertos inocentes, refugiados pálidos, desorientados y llorosos y multitud de hogares descarnados y humeantes a causa de los salvajes bombardeos.

               No soy, ni mucho menos, el único, pero lo terrible de la situación y la catástrofe humanitaria me impactó – y me impacta – profundamente y eso me condujo a escribir con vehemencia sobre los horrores de este trágico desastre que nos hace retroceder en progreso social, en humanidad y en paz.

               Equilibrados y difíciles acuerdos internacionales han saltado por los aires, literalmente se han evaporado. La guerra de Putin no tiene ninguna justificación pero detrás de todo este inmenso lio hay unas causas, una explicación, aunque la responsabilidad última es de Putin y su entorno. Los bombardeos indiscriminados sobre población civil indefensa son abominables, una monstruosidad. Los soldados rusos, obligados a invadir, también tienen que estar pasándolo mal. Estoy seguro. Aunque no los veamos, en miles de hogares rusos se llora e impera el luto.

               Como siempre “entre todos la mataron y ella sola se murió”. Alrededor de este conflicto hay muchos intereses y muchos actores. El foco es Rusia y Putin pero hoy todo el mundo reconoce que hay más protagonistas responsables merodeando por el escenario.

               Dos son los contendientes más visibles: la Rusia que golpea y la Ucrania que recibe y trata de defenderse, pero siempre ocurre – y hoy más con la globalización – que los contendientes principales tienen amigos, rencillas, intereses y deudas repartidos por todo el mundo. También acuerdos inconfesables. Es evidente que la guerra de Putin no es para nada ajena al mundo del dinero y al de la geopolítica: Economía e influencia – poder en roman paladino – son los grandes motores que siempre movieron al mundo. Es más que evidente que China y EE.UU. han tenido que ver, tienen y tendrán cosas que decir sobre el desarrollo de esta guerra y su solución final. En cierta manera es un enfrentamiento solapado. Espero que a la Unión Europea la dejen estar presente en la solución.

               Llegados a este punto, creo que conviene recordar un poco de historia:

               La OTAN, como alianza militar intergubernamental fundada en 1949 y que se rige por el Tratado de Washington, no es ajena a todo lo que está pasando. A sus doce socios iniciales[1] se han ido uniendo varios más: Grecia y Turquía (1952), Alemania – RFA (1955), España (1982) y Alemania – RDA (1990). Su principal objetivo era contener un posible ataque de la URSS. Para contrarrestar a la OTAN los soviéticos lideraron otra alianza militar: el Pacto de Varsovia[2], fundado en 1955.

               En julio de 1991 desapareció el Pacto de Varsovia y en diciembre Gorvachov anunció la disolución de la Unión Soviética debido a la proclamación de la independencia de varias de sus exrepúblicas y al colapso económico del gigante rojo. En agosto de ese año Ucrania renació – una vez más – como república independiente tras 70 años de rusificación no conseguida.

               El 5 de diciembre de 1994, el primer ministro ucranio, Leonid Kuchma, firmó el llamado Memorándum de Budapest por la ciudad que lo acogió. En el acuerdo se implicaron también Estados Unidos, Reino Unido y la Federación de Rusia. Se puede resumir en dos grandes ideas: (1) las diferentes partes se comprometían a respetar las fronteras y límites de Ucrania, reconociendo su soberanía sobre el territorio. (2) El ex satélite soviético asumía el compromiso de deshacerse de su armamento nuclear. Tras la firma, Ucrania lo envió a Rusia para que lo desmantelara.

               A partir de ahí, ante una Rusia en busca de nueva identidad, la OTAN se nutrió de exrepúblicas soviéticas. Así en 1999 se incorporaron a ella Hungría, Polonia y la República Checa y en el 2004 lo hicieron Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumania. Aunque hubiera ciertas presiones y contrapartidas, las incorporaciones fueron por decisiones libres de los propios países. Sobre estas ampliaciones podemos citar que a finales de 1940, las publicaciones de George Kennan, diplomático americano muy buen conocedor del régimen soviético, inspiraron la política exterior estadounidense de la contención de la URSS, pero poco después comenzó a criticar las mismas políticas que había ayudado a implantar. Estaba convencido de que negociar con los soviéticos era la mejor salida pero no se le hizo caso y la Guerra Fría tomó una forma más firme y militarista. Kennan advirtió en los noventa que la expansión de la OTAN hasta la frontera rusa era un grave error y que Rusia podría hacer cosas terribles, algo que viene ocurriendo desde que Putin – evidentemente no está solo – asumió los cargos de primer ministro o de presidente de la Federación.

               Vladímir Putin pertenece al partido conservador ultranacionalista Rusia Unida que gobierna la Federación desde 1999 y es Presidente de la misma desde mayo del 2012. Reelegido en 2018 terminará su presente mandato en el 2024.

               Siendo Putin Primer Ministro, tuvo lugar la guerra ruso – georgiana, conflicto armado entre Georgia y Rusia que contó con el apoyo de las autoproclamadas repúblicas prorusas de Osetia del Sur y Abjasia (Agosto del 2008). Tras un acuerdo de paz auspiciado por la Unión Europea, Georgia perdió el control sobre el valle Kodori y otras partes de Abjasia y Osetia del Sur.  Ambas repúblicas fueron reconocidas oficialmente por Rusia. Occidente asumió esa realidad.

               En 2008 Ucrania inicia su proceso de adhesión a la OTAN que deben respaldar un referéndum de ámbito nacional y la totalidad de los países miembros de la Alianza. En 2013 se produjo la revolución ucraniana (Euromaidán) que terminó con la destitución de Viktor Yanukóvich [3], la cual fue calificada por Rusia como un golpe de estado. Este asunto generó un conflicto en el sureste de Ucrania, Crimea y Sebastopol, con mayoría rusohablante, que reclamó estrechar sus relaciones con la Federación Rusa. En 2014, ya con Putin de Presidente, la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol fueron separadas de Ucrania por una serie de procesos políticos – militares y se las integró en la Federación Rusa como dos sujetos federales. La ocupación militar rusa se fusionó con un supuesto derecho de autodeterminación. Occidente terminó por aceptar.

               En febrero de 2015, con el ánimo de aliviar la guerra del Donbás se firmaron los acuerdos de Minsk entre los gobernantes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania. Este territorio vive un conflicto armado desde abril de 2014 entre las milicias prorrusas separatistas de la República Popular de Donetsk (RPD), la República Popular de Lugansk (RPL) y el Ejército Ucraniano. Los acuerdos de Minsk, I y II, intentaron poner orden en el conflicto mediante la firma del alto el fuego y crear una franja de tierra de nadie y algunas medidas políticas del Paramento ucraniano que favorecieran la autonomía local de esos territorios. A día de hoy todo indica que no se ha conseguido ninguna de las dos cosas, es más se ha agravado, aunque alguna prensa internacional dice que lo firmado en Minsk, retocado, podría servir como base de un futuro acuerdo entre Rusia y Ucrania.

               En junio de 2017 el Parlamento de Ucrania acuerda que la prioridad de su política exterior es su integración en la OTAN, aspiración que la Alianza reconoce oficialmente en el 2018. En septiembre de ese año, el Parlamento ucraniano enmienda su Constitución para hacer de la adhesión a la OTAN y a la UE el principal objetivo de sus compromisos internacionales.

               El 24 de febrero de 2022 Rusia, tras anunciarlo en repetidas ocasiones la información estadounidense, invade Ucrania. Se inicia una guerra de imprevisibles consecuencias.

Mi relato no deja de ser una aproximación a una realidad compleja donde se está cociendo un nuevo orden internacional. Los intereses geoestratégicos, comerciales, financieros y políticos son gigantescos. Las medidas de Occidente para castigar la economía rusa pueden resultar letales incluso para el propio Occidente. A nadie le va a salir gratis esta guerra porque sus efectos colaterales van a ser gruesos e infinitos: nadie es una isla. Putin ha abierto un melón de consecuencias incalculables. Lo peor de todo los muertos, los refugiados – casi tres millones de personas huidas – y un sufrimiento atroz para cientos de miles. Ver ciudades ardiendo y devastadas en el corazón de Europa es apocalíptico y muy triste.

Las conclusiones tendrá que sacarlas cada lector pero todo apunta a que no se ha trabajado a diario para la paz. La paz tampoco es gratis. Es vergonzoso ver como conversan algunos líderes del mundo por videoconferencia, no tienen prisa, incluso se permiten algunas sonrisas de cara a la cámara por aquello del marketing…. Esta guerra, como todas, es un gran fracaso colectivo del que todos los gobernantes deberían aprender.

¿Calculó bien la OTAN sus sucesivas ampliaciones y sus previstas incorporaciones? ¿Guarda la Federación rusa los tics expansionistas de la antigua URSS? ¿Por qué China le deja hacer a Putin? ¿Quién o quienes ganan con esta guerra? De momento la PAZ parece que tendrá que esperar. Termino: Croacia ha sido advertida sobre su hipotético ingreso en la OTAN ¿Fake new o realidad?. La guerra de la desinformación forma parte de la guerra. Seguimos.

 



[1]OTAN en 1949: Bélgica, Canadá, Dinamarca, EE.UU., Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido.

[2] Pacto de Varsovia en 1955: Albania, Alemania Oriental, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía y la Unión Soviética. Como observadores estaban China, Corea del Norte y Mongolia.

[3] Víktor Fiódorovich Yanukóvich (Yenákiyevo, 9 de julio de 1950) político ucraniano, presidente de Ucrania entre 2010 y 2014. Fue el líder del Partido de las Regiones, uno de los principales partidos políticos de Ucrania, y jefe de Gobierno ucraniano en tres períodos. El congreso del Partido de las Regiones lo expulsó de sus filas el 29 de marzo de 2014. Fue destituido en un golpe de estado por la Rada Suprema el 22 de febrero de 2014 por supuesto «abandono de sus funciones», a raíz de su huida, primero a Jarkov y luego en dirección desconocida, reapareció a la semana en Rostov del Don (Rusia). Actualmente se encuentra buscado por Ucrania por motivos de alta traición.

jueves, 10 de marzo de 2022

Ucrania: ¿un abismo?

 


               Tengo que admitir mi falta de conocimientos para analizar con profundidad y rigor la invasión rusa de tierras ucranianas pero la magnitud del desastre y lo terrible de la situación me llevan a explicitar mi solidaridad con Ucrania y el derecho que tiene, como nación, a decidir su futuro en libertad, sin el yugo de los perversos de turno. La violencia putiniana es inadmisible: bombardear instalaciones y personas indefensas es un crimen de lesa humanidad: hacerlo injustificadamente y con una vergonzosa superioridad raya en una maldad prepotente, ambiciosa e infinita. Imperdonable. No quiero que la impotencia me paralice. De esa incapacidad dominada nacen estas líneas.

1ª.- Putin y sus allegados han declarado la guerra unilateral, caprichosa y premeditadamente. La acumulación de fuerzas soviéticas en las fronteras de Ucrania así lo hacía presagiar. Era la crónica de una invasión anunciada a pesar de que Ucrania nunca ha sido una amenaza para Rusia. ¿Cómo puede amenazar una paloma a un halcón?

2ª.- Me pregunto ¿por qué ahora? Lo achaco a varias razones: La llegada de Biden a la presidencia de los EE. UU. es la primera. Putin temía más al ultranacionalista, fanfarrón e imprevisible Trump que a un más que previsible Biden. Tampoco es casualidad que Ángela Merkel haya desaparecido de la escena política europea. Ángela tenía un liderazgo y un peso que aún no tiene el actual canciller alemán Olaf Scholz. Los dos están recién llegados, situándose y en sus perfiles políticos no asoma ni la agresividad ni un fuerte liderazgo. Una tercera razón es que Putin necesita tapar la maltrecha economía rusa: no hay nada mejor que buscarse enemigos en el exterior y huir hacia delante. El circo de los militares entretiene mucho. Sabedor de que las democracias no resisten diez muertos y él, ex - espía de la KGB y opresor, puede resistir miles y de que China no iba a interferir en sus planes, la embestida estaba cantada. La experiencia de la anexión de Crimea y de Sebastopol apuntaba a su favor. La excusa del acercamiento de Ucrania hacía la Unión Europea no parece ser suficiente razón aunque supongo que algo habrá tenido que ver la afinidad con la Europa libre de la parte noroccidental de Ucrania y la tendencia rusófila de la zona suroriental, compuesta en su mayor parte por rusos étnicos y ucranianos rusófonos. El carácter empecinado, implacable, ambicioso y sin escrúpulos de Vladimir Putín hizo lo demás. Amargado como espía, sin respeto por nada ni por nadie, la KGB moldeó un carácter de presidente matón con miles de cabezas nucleares. Está claro que, exceptuando a Mijail Gorbachov, Rusia no ha tenido suerte con sus gobernantes. De todas formas, a la vista de lo que Putin ha hecho con sus opositores, políticos o periodistas, podríamos deducir fácilmente su comportamiento con los ucranianos y todo aquel que lleve la contraria a sus planes expansionistas.

3ª.- La brutalidad y desproporción de la agresión sobrepasa todos los límites legales y éticos y hace saltar por los aires los acuerdos internacionales. De todas formas, tengo la impresión de que, conforme pasa el tiempo, Putin aumenta su cabreo. Empezando por él, todos estamos sorprendidos de la resistente respuesta de los ucranianos y de las ucranianas. Esto parece que será para largo porque además una cosa es invadir un país y otra ocuparlo. Deseo fervientemente que los tanques soviéticos encallen en el barro, gasten su combustible o que los militares rusos – que los hay razonables – den un golpe de estado y paren esta estúpida e innecesaria guerra. La asfixia económica y financiera de Rusia llevará tiempo. Veremos.

4ª.- Acoger a los refugiados y ayudar a Ucrania sin molestar a Putin va a ser difícil. Las sanciones económicas pueden tener un efecto boomerang. Con los precios de los combustibles por las nubes, una inflación galopante, y gran parte de Europa dependiente del gas ruso será difícil que Putin no se salga con la suya. Vladimir, autócrata en estado puro, le ha dado un puñetazo al antiguo tablero y espera ganar posiciones una vez se vuelvan a colocar las piezas en un tablero diseñado por él. Además, en la cresta de su ola, se permite amenazar a Finlandia y a Noruega y a estrangular a la Europa libre, energeticamente hablando.

               ¿Hace bien Europa en no echar más leña al fuego para no ampliar el conflicto? Entendemos que sí a pesar de la vergüenza que se siente dejando sola a Ucrania, pero ¿hasta dónde llegará Putin? ¿Tocará o rozará a algún país de la OTAN? ¿Debe decidir Putin los países que entran a formar parte de la UE o de la OTAN?

5ª.- Estoy de acuerdo en el papel determinante de China. Sin su apoyo implícito Putin no se hubiera atrevido. Mientras más se meta Putin en problemas más dependerá del apoyo de Pekín. Eso puede convertir a Rusia en una provincia más del Imperio Amarillo. China lograría así echarle la pata encima a los EE.UU. De esta forma pasaríamos de la era de las super potencias a la época de una giga potencia.

6ª.- El diálogo debe ser el terreno de juego pero es más que evidente que Putin no quería dialogar o bien quería dialogar desde la posición de fuerza de una Ucrania invadida, así marca el escenario y también los acuerdos. El diálogo de Putin son los hechos consumados por la fuerza de las armas. ¡Pena de ocasión que han perdido dos ministras del Gobierno de España para convencer a Putin de que se quedara en Rusia! Quizás si Puigdemont y los implicados en el famoso procés catalán hubieran utilizado sus conexiones kremlinianas ahora estaríamos en otra cosa.

               La guerra es cosa de fanáticos, soberbios empedernidos, locos ambiciosos de poder y de grandezas, iluminados por el más acá o por el más allá, … Nadie en su sano juicio quiere una guerra……y nadie se mete en una guerra que sabes perdida de antemano, pero pregunto: Ante la realidad de una Rusia invasora ¿Tienen los ucranianos derecho a defender a sus familias, sus casas y su territorio? La Rusia de Putin tiene que tener su tendón de Aquiles, espero que entre todos sepamos encontrarlo y sirva como amortiguador de su ánimo guerrero. Por cierto a Putin hace días que no se le ve. Cuentan que podría estar enfermo. Cualquiera sabe.

               Ojalá que las conversaciones que van a mantener hoy en Turquía los ministros de AA.EE. de Rusia y Ucrania consigan parar la guerra. No nada más hermoso y añorado que la PAZ … sobre todo después de haberla perdido. A ver qué condiciones se ponen sobre la mesa y si son capaces de cumplir lo que firmen, sin vencedores ni vencidos, aunque los incumplimientos de Putin sobre los corredores humanitarios conducen con rapidez a la desconfianza…. Pero sentarse a hablar es un buen punto.

Putin ha convertido a Ucrania en un abismo por el que corremos el peligro de despeñarnos todos. A pesar de ello no vamos a perder la esperanza de una PAZ sólida, pronta y duradera. Somos muchos los que la queremos.