jueves, 10 de marzo de 2022

Ucrania: ¿un abismo?

 


               Tengo que admitir mi falta de conocimientos para analizar con profundidad y rigor la invasión rusa de tierras ucranianas pero la magnitud del desastre y lo terrible de la situación me llevan a explicitar mi solidaridad con Ucrania y el derecho que tiene, como nación, a decidir su futuro en libertad, sin el yugo de los perversos de turno. La violencia putiniana es inadmisible: bombardear instalaciones y personas indefensas es un crimen de lesa humanidad: hacerlo injustificadamente y con una vergonzosa superioridad raya en una maldad prepotente, ambiciosa e infinita. Imperdonable. No quiero que la impotencia me paralice. De esa incapacidad dominada nacen estas líneas.

1ª.- Putin y sus allegados han declarado la guerra unilateral, caprichosa y premeditadamente. La acumulación de fuerzas soviéticas en las fronteras de Ucrania así lo hacía presagiar. Era la crónica de una invasión anunciada a pesar de que Ucrania nunca ha sido una amenaza para Rusia. ¿Cómo puede amenazar una paloma a un halcón?

2ª.- Me pregunto ¿por qué ahora? Lo achaco a varias razones: La llegada de Biden a la presidencia de los EE. UU. es la primera. Putin temía más al ultranacionalista, fanfarrón e imprevisible Trump que a un más que previsible Biden. Tampoco es casualidad que Ángela Merkel haya desaparecido de la escena política europea. Ángela tenía un liderazgo y un peso que aún no tiene el actual canciller alemán Olaf Scholz. Los dos están recién llegados, situándose y en sus perfiles políticos no asoma ni la agresividad ni un fuerte liderazgo. Una tercera razón es que Putin necesita tapar la maltrecha economía rusa: no hay nada mejor que buscarse enemigos en el exterior y huir hacia delante. El circo de los militares entretiene mucho. Sabedor de que las democracias no resisten diez muertos y él, ex - espía de la KGB y opresor, puede resistir miles y de que China no iba a interferir en sus planes, la embestida estaba cantada. La experiencia de la anexión de Crimea y de Sebastopol apuntaba a su favor. La excusa del acercamiento de Ucrania hacía la Unión Europea no parece ser suficiente razón aunque supongo que algo habrá tenido que ver la afinidad con la Europa libre de la parte noroccidental de Ucrania y la tendencia rusófila de la zona suroriental, compuesta en su mayor parte por rusos étnicos y ucranianos rusófonos. El carácter empecinado, implacable, ambicioso y sin escrúpulos de Vladimir Putín hizo lo demás. Amargado como espía, sin respeto por nada ni por nadie, la KGB moldeó un carácter de presidente matón con miles de cabezas nucleares. Está claro que, exceptuando a Mijail Gorbachov, Rusia no ha tenido suerte con sus gobernantes. De todas formas, a la vista de lo que Putin ha hecho con sus opositores, políticos o periodistas, podríamos deducir fácilmente su comportamiento con los ucranianos y todo aquel que lleve la contraria a sus planes expansionistas.

3ª.- La brutalidad y desproporción de la agresión sobrepasa todos los límites legales y éticos y hace saltar por los aires los acuerdos internacionales. De todas formas, tengo la impresión de que, conforme pasa el tiempo, Putin aumenta su cabreo. Empezando por él, todos estamos sorprendidos de la resistente respuesta de los ucranianos y de las ucranianas. Esto parece que será para largo porque además una cosa es invadir un país y otra ocuparlo. Deseo fervientemente que los tanques soviéticos encallen en el barro, gasten su combustible o que los militares rusos – que los hay razonables – den un golpe de estado y paren esta estúpida e innecesaria guerra. La asfixia económica y financiera de Rusia llevará tiempo. Veremos.

4ª.- Acoger a los refugiados y ayudar a Ucrania sin molestar a Putin va a ser difícil. Las sanciones económicas pueden tener un efecto boomerang. Con los precios de los combustibles por las nubes, una inflación galopante, y gran parte de Europa dependiente del gas ruso será difícil que Putin no se salga con la suya. Vladimir, autócrata en estado puro, le ha dado un puñetazo al antiguo tablero y espera ganar posiciones una vez se vuelvan a colocar las piezas en un tablero diseñado por él. Además, en la cresta de su ola, se permite amenazar a Finlandia y a Noruega y a estrangular a la Europa libre, energeticamente hablando.

               ¿Hace bien Europa en no echar más leña al fuego para no ampliar el conflicto? Entendemos que sí a pesar de la vergüenza que se siente dejando sola a Ucrania, pero ¿hasta dónde llegará Putin? ¿Tocará o rozará a algún país de la OTAN? ¿Debe decidir Putin los países que entran a formar parte de la UE o de la OTAN?

5ª.- Estoy de acuerdo en el papel determinante de China. Sin su apoyo implícito Putin no se hubiera atrevido. Mientras más se meta Putin en problemas más dependerá del apoyo de Pekín. Eso puede convertir a Rusia en una provincia más del Imperio Amarillo. China lograría así echarle la pata encima a los EE.UU. De esta forma pasaríamos de la era de las super potencias a la época de una giga potencia.

6ª.- El diálogo debe ser el terreno de juego pero es más que evidente que Putin no quería dialogar o bien quería dialogar desde la posición de fuerza de una Ucrania invadida, así marca el escenario y también los acuerdos. El diálogo de Putin son los hechos consumados por la fuerza de las armas. ¡Pena de ocasión que han perdido dos ministras del Gobierno de España para convencer a Putin de que se quedara en Rusia! Quizás si Puigdemont y los implicados en el famoso procés catalán hubieran utilizado sus conexiones kremlinianas ahora estaríamos en otra cosa.

               La guerra es cosa de fanáticos, soberbios empedernidos, locos ambiciosos de poder y de grandezas, iluminados por el más acá o por el más allá, … Nadie en su sano juicio quiere una guerra……y nadie se mete en una guerra que sabes perdida de antemano, pero pregunto: Ante la realidad de una Rusia invasora ¿Tienen los ucranianos derecho a defender a sus familias, sus casas y su territorio? La Rusia de Putin tiene que tener su tendón de Aquiles, espero que entre todos sepamos encontrarlo y sirva como amortiguador de su ánimo guerrero. Por cierto a Putin hace días que no se le ve. Cuentan que podría estar enfermo. Cualquiera sabe.

               Ojalá que las conversaciones que van a mantener hoy en Turquía los ministros de AA.EE. de Rusia y Ucrania consigan parar la guerra. No nada más hermoso y añorado que la PAZ … sobre todo después de haberla perdido. A ver qué condiciones se ponen sobre la mesa y si son capaces de cumplir lo que firmen, sin vencedores ni vencidos, aunque los incumplimientos de Putin sobre los corredores humanitarios conducen con rapidez a la desconfianza…. Pero sentarse a hablar es un buen punto.

Putin ha convertido a Ucrania en un abismo por el que corremos el peligro de despeñarnos todos. A pesar de ello no vamos a perder la esperanza de una PAZ sólida, pronta y duradera. Somos muchos los que la queremos.



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