miércoles, 16 de noviembre de 2022

Tres noticias, tres comentarios

 

Es la hora de la sedición y la malversación

Según el INE, con datos de hace tres años, había en España 816.904 personas que se apellidaban Sánchez. Pues bien, desde hace unos años, decir Sánchez en España se asocia unívocamente con Pedro Sánchez, nuestro presidente, que manifiesta cada día el espíritu y la actitud de un “pistolero”, en palabras de Pérez Reverte. Pistolero en el terreno de la política, claro.

Sedición

Personalmente, y a pesar de las versiones controvertidas que se escuchan sobre cómo se sancionan delitos similares en los países de nuestro entorno, podría estar de acuerdo con modificar el Código Penal y rebajar las penas por sedición. Es el contexto, el entorno y las circunstancias que rodean este abaratamiento –es lo único que se abarata en España- los que me llevan a rechazarlo.

               Supongamos que los graves hechos ocurridos en 2017 llevados a cabo por el separatismo radical catalán no existió y por tanto tampoco el juicio a los, ya condenados, sediciosos; supongamos que en el Congreso de los Diputados hay un acuerdo entre gobierno y oposición; supongamos que la modificación /casi eliminación de la sedición no se hace para un grupo concreto de condenados por el estado de derecho, juicio que se desarrolló con exquisitas garantías; supongamos que la reforma del Código Penal no se realiza como pago para que te mantengas en el gobierno; supongamos que el abaratamiento de la sedición no tiene que ver nada con la aprobación de los presupuestos; supongamos que la citada rebaja de penas es una necesidad compartida, una actualización necesaria,…. Pues bien, ¡Refórmese! Mejórese todo aquello que perfeccione –para todos- nuestra democracia, nuestra Administración de Justicia y nuestra convivencia. No es la reforma del delito lo que me preocupa, es el contexto en el que se realiza. Se trata de un acuerdo, casi chantaje, entre el gobierno y unos delincuentes que con la reforma dejarán de serlo y debilitarán la imagen del Tribunal Supremo y del estado de derecho. Esta degradante forma de rebajar la sedición debilita al Estado Español y fortalece a quién quiere cargárselo. Aparte, destaca la evidencia de que la justicia no es igual para todos: la clase política –y más si son mis socios- navega hacia una insaciable impunidad, al menos para los ya indultados separatistas catalanes. En mi escala de valores, la impunidad está reñida con la democracia.

               Las razones esgrimidas por Sánchez y su gobierno no parecen tener demasiada consistencia. Aquello de homologar el delito de sedición con los países europeos más avanzados no pasa de ser una frase falsa, pues la mayoría los países de Europa velan por su integridad territorial y califican como alta traición los intentos de mutilación de su actual mapa. Lo de ayudar a la convivencia con Cataluña es falso ya que confunden la parte con el todo: el gobierno contenta a los separatistas y cabrea a los no separatistas. La verdad, creo, se acerca a lo dicho por Pere Aragonés, que la rebaja penal de la sedición responde a un pacto entre el Gobierno de España y ERC y que están abiertos a ampliar y profundizar esos acuerdos.

               Hay un argumento jurídico que llama mucho la atención: esta reforma, de llevarse a cabo en los términos previstos –sedición = a desórdenes públicos agravados- defenderá a una parte de la sociedad con el Código Penal, lo cual encierra una tremenda contradicción.

               Casi eliminar el delito de sedición es una gran pedrada al estado de derecho. En lenguaje vulgar es una cacicada, una acción abusiva en el ejercicio del poder ya que no cuenta con los jueces, ni con informes del Consejo de Estado, ni con la oposición,… además las prisas del procedimiento delatan que algo no huele del todo bien.

El gobierno es consciente de que, por suerte, la dinámica de los medios se repetirá: esperará y ayudará para que otros asuntos empujen a este y lo saquen de las primeras páginas. Hay que matizar que no es el gobierno, sino que serán los grupos parlamentarios del PSOE y de Podemos los que precipitarán la reforma de la sedición por medio de una proposición de ley, de esta forma eludirán al CGPJ.

Sello del centenario del Partido Comunista de España (1921-2021)


Poner en circulación un sello de correos no debería convertirse ni en noticia de primer nivel ni en hecho controvertido. Pero claro, un sello sobre el PCE, con la que está cayendo de frentismo y polarización en España, no puede pasar desapercibido y se convierte en arma arrojadiza de unos y de otros.

               El sello conmemora los 100 años de la fundación del Partido Comunista de España, un partido, como casi todos, con luces y sombras a lo largo de este primer centenario. Particular protagonismo tuvo el PCE en la Segunda República, la Guerra Civil, la oposición al franquismo en la clandestinidad y su decisivo papel en la Transición al aceptar la bandera nacional y la Monarquía Parlamentaria. No es exagerado afirmar que el PCE ha estado presente en los acontecimientos más importantes acaecidos en España en el último siglo. En este sentido está justificada la emisión del sello.

Cosa diferente es el diseño del mismo. Imaginemos el sello del PCE con los colores de la rojigualda[1], bandera nacional que define la Constitución de 1978, en lugar de la tricolor de la Segunda República (tampoco pasa nada, pero es un detalle). Imaginemos también que la estrella de cinco puntas -símbolo que figuraba en la bandera de la extinta Unión Soviética, está en la bandera de China (cinco veces), figura también en la de Cuba y en la de Corea del Norte- se hubiera sustituido por el vigente escudo de España (Ley 33/1981, sancionada el 5 de octubre). La presencia de la hoz y el martillo, como elementos centrales del sello, simbología que se remonta a los orígenes del comunismo, resulta coherente aunque es posible que los menores de cincuenta no sepan con claridad para que se utilizaba una hoz. Creo que el sello presenta un mal diseño pues se ha tirado de una imagen antigua del PCE. Los movimientos comunistas en la Europa de hoy han perdido matices de radicalidad (Eurocomunismo de Berlinguer, Santiago Carrillo aceptando la Transición, Simón Sánchez Montero apostando por la reconciliación nacional, IU gobernando e influyendo en múltiples instituciones en la España de hoy, Julio Anguita como paradigma de convivencia entre diferentes…).

Recientemente, en el 2019, el Parlamento Europeo aprobó la “Resolución sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa”, en la que condena los crímenes cometidos por los regímenes nazi y comunista a lo largo del siglo XX. Es esta una razón más para insistir en que el sello debiera destacar una imagen más actualizada del PCE.

               Evidentemente esto es solo una opinión. Desconozco los intereses que se han cocido en la elaboración del sello. El diseño puede perjudicar al PCE en algunos sectores y en otros lo puede beneficiar. La suspensión cautelar, por una jueza, de la citada emisión, a petición de una asociación de abogados, me parece desproporcionada, tanto la petición como la suspensión.

Sobre incluir “información pública” en medios privados

En el mismo día, esta era la tercera cuestión que me llamó la atención. En un coloquio con exportavoces del gobierno, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, lamentó que los medios se vuelcan en informar de temas que “no tienen nada que ver con lo que se adopta en el Consejo de Ministros”, a pesar de que son asuntos que tratan de “las preocupaciones del día a día de la ciudadanía”. Llegado ese punto comenta que “Igual que tenemos un espacio para el tiempo, para saber si va a llover, ante la necesidad de que la ciudadanía acceda con veracidad, tendríamos que reservar un espacio de información pública en cada informativo y conseguiríamos que además del total de la actualidad, tuviéramos información sobre las preocupaciones del día a día de la ciudadanía”. Se conseguiría así que «la información se aproxime a un interés no sesgado previamente». Hasta ahí las frases literales expresadas por la portavoz.

               Mi primer comentario ante esto es que no sé si el conjunto de afirmaciones que dice, las dice en serio, si se trata de una provocación o si se lanza para despistar. Cualquiera de las tres posibilidades me suena a despropósito. Desde luego no es la primera vez que el gobierno de Sánchez manifiesta su total disgusto con las informaciones que sacan algunos medios privados. En agosto pasado, y en otras ocasiones, ya expresó que los medios privados especulan de más, intoxican de sobra e informan regular.

               En mi opinión, el gobierno ya interviene bastante en TV1, TV2, 24horas y toda la red de Radio Nacional, aparte de medios privados afines que le sirven de portavoz y altavoces. Además tienen la red de RTV autonómicas. Una de las primeras acciones que hacen todos los partidos al ganar las elecciones es revisar, escrupulosamente, programas y responsables, aparte de colocar a uno de los suyos en el mando de RTVE. Esto no quiere decir que en la red pública, nacional o autonómica, no existan auténticos profesionales, pero si es cierto que permanecen y escalan los más afines ideológicamente. Una pena que los medios que todos pagamos no se rijan por criterios de transparencia, independencia, capacidad, rigor y calidad y que aticen a diestra y a siniestra con la mayor objetividad y pluralidad posible.


               Que el gobierno tuviera un tiempo en los medios privados para informar de la verdad a la ciudadanía me suena mal, muy mal. Identificar verdad con información pública es un disparate. ¿Qué sería de los gobiernos sin los maquilladores gabinetes de prensa y sin los centenares de asesores de marketing? La libertad de prensa y de cátedra son contrapoderes en las sociedades democráticas y así deben de seguir siendo. Que el gobierno dispusiera de tiempo en los informativos de los medios privados sería una intromisión intolerable que recuerda a los NODOs de Franco, al Pravda[2] de la antigua Unión Soviética que traducido significa “la verdad”, al Granma del Comité Central del Partido Comunista de Cuba o al Völkischer Beobachter (VB) del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores entre 1920 y 1945.

               Sedición - Malversación

Como escribir estas líneas me lleva un tiempo, los temas que trato evolucionan y así, hoy 16 de noviembre, los medios y el gobierno hablan de relacionar la malversación con la sedición, de tal manera que si ha malversado un sedicioso –p.e. gente de ERC- el Código Penal casi que no lo tendrá en cuenta. Gabriel Rufián habla de que se debe hacer cirugía en el Código Penal para que ningún juez encuentre una fisura por la que poder juzgar a los condenados por sedición. ERC exige y el gobierno de Sánchez concede lo inconcedible. Cuatro tibias voces del PSOE se manifiestan en contra de todo esto, pero se esfuman pronto ante las enormes presiones gubernamentales.

               Al analizar tanta movida detecto en mi horizonte que Sánchez se radicaliza porque quiere absorber a Podemos, excepto en algunos asuntos de política exterior, p.e. la OTAN, el Sahara, ... Desde hace tiempo muchas de las propuestas y matices de Podemos son asumidos por el Presidente en el interior. Su intención es ser la única referencia de la izquierda y si no, la mayor. En el caso de que no salgan sus cuentas, seguramente podrá contar con el “Sumar” de Yolanda Díaz, ya hoy muy diferenciada de Podemos. En un año saldremos de dudas.

               Lo cierto es que Sánchez no deja de sorprenderme. Hoy, a mediados de noviembre del veintidós, somos espectadores de varias “pedradas” más donde el riesgo de despeñarse es parte del paisaje cotidiano, aunque siempre conserva cerca algún paracaídas de emergencia. Para mí, todas estas iniciativas forman parte de una huida hacia adelante que pretenden finalizar en óptimas condiciones la presente legislatura y estar en la mejor posición para la carrera electoral del 2023. Ya veremos. De todas formas un gobierno tan “presidencialista” no es santo de mi devoción.

 



[1] Adoptada como pabellón nacional de España en 1785 y ha sido bandera nacional desde entonces a excepción del periodo comprendido entre 1931-1939 (Segunda República)

[2] Publicación oficial del Partido Comunista entre 1918-1991

No hay comentarios:

Publicar un comentario