Todos somos
capaces de viajar por el universo mediante la nave de nuestra imaginación.
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Con cierta frecuencia me da por
pensar en el tremendo espacio vacío que alberga el universo y siento una enorme
sensación de vértigo. Me falta suelo. Piso una base líquida. Mi cuerpo avanza
hacia ningún sitio girando caóticamente alrededor de su centro de gravedad. En
este viaje estoy sólo. El entorno respira frialdad aunque yo no la siento. No
puedo pensar en nada. La oscuridad es total. Como vieja amiga, me permite ver
luces por todos lados, pero luces que no alumbran. Son millones de luces de
colores que viajan por el espacio mostrándome los muchos astros que hay, aunque
separadísimos unos de otros. Al contrario de las luces de neón, sus destellos
son destellos de una oscuridad que me acaricia. No hay aire pero no me cuesta
trabajo respirar. Me siento bien. El silencio del silencio es total. Me miro y
no veo mi cuerpo pero presiento que tengo límites. Es como si mi cuerpo fuera transparente
pero con fronteras próximas.
Desde aquí, pienso en la Tierra y todos mis problemas me
parecen pequeños, irrisorios. La perspectiva importa. Importa mucho. No me
duele nada, sólo siento que viajo dulcemente, suavemente me deslizo sin parar.
Voy solo pero no me siento solo….es como si muchos otros cuerpos transparentes
viajaran a mi lado. No puedo hablarles pero noto su compañía, es una
conversación sin hablar, un escuchar sin oír. Todos viajamos por el universo y
todos seguimos la misma dirección. No podemos parar pero tampoco chocamos.
La ingravidez es total así como también el descontrol sobre
mi ruta. Marcho como teledirigido hacia un destino desconocido que intuyo se
encuentra en ninguna parte del infinito. Ningún astro me atrae. Todos están lo
suficientemente lejos como para que mi trayectoria se mantenga rectilínea y con
velocidad uniforme. No parezco tener masa. No peso. Mi cerebro se percata de
todo y puedo pensar, puedo darme cuenta pero el escenario encierra tantos y tan
grandes misterios que todo lo anota como extraordinario. Sé que nunca voy a
encontrar respuestas adecuadas a tanta ocultación: ¿Para qué viajo? ¿A dónde
voy? ¿Cuál es mi destino? ¿Por qué un universo tan vacío a modo de átomo gigantesco? ¿Qué hay detrás de todo esto?
Me sorprende que mis neuronas se pongan de acuerdo para preguntar sin responder:
Todo esto es ridículo. ¿Cómo puede ser ninguna respuesta ante tanta inmensidad,
tanto espacio, tanto escenario? ¿Viajaré a otro planeta para vivir otra vida?
¿Se reducirá todo a pura energía vital embutida en un cuerpo transparente que
se traslada de un lado a otro Across the Universe?
¿Será que la vida es eterna pero viviéndola en otras dimensiones y desde luego
en otras coordenadas? Nada de nada. Una vez nacido tu destino es existir….pero
has tenido que abandonar la Tierra para existir transformado….tu física y tu
química han cambiado por completo aunque sigues siendo tú. Tu personalidad, tu
carácter, tus actitudes etc….serán siempre los mismos……eso de los cuatro
estados de la materia es un cuento chino….la materia tiene miles, millones de
estados…este es uno más……..Todo parece depender del lugar del universo donde te
encuentre. Tú eres tú, pero tus coordenadas cambian tu estado, tus necesidades
y tu relación con los otros.
¿Quién ha plantado esta visión en mi cerebro? ¿Es una
experiencia ya vivida o se trata de un adelanto de lo que me queda por vivir?
¿Estoy soñando, estoy vivo o estoy muerto?
Heráclito llevaba razón: “Nunca te podrás bañar dos veces en
la misma agua”. El Universo fluye, cambia. Yo viajo, cambio. Todo cambia mi
mundo. Las estrellas fluyen, cambian. El tiempo fluye porque lo demás cambia.
Todo cambia menos él. El tiempo es el dueño del Universo. Un déspota, un tirano
que sin presencia física mira como TODO evolucione. El tiempo es el gamberro
del universo, un descontrolado total que todo lo impregna. ¡Es el ubicuo
universal! El tiempo es aquello que está presente – al mismo tiempo – en todas
partes. También lo está en esta especie de viaje interestelar a través del
Universo o de ¿mi universo? Si hay cosas que solamente puedo ver yo, deduzco
que mis viajes tienen lugar en mi universo, tan ilimitado como el Otro, pero
con un único espectador: YO. Cada cual vive en su universo. De ahí la
existencia de millones y millones de universos que viajan cambiando Across the
Universe.
Cada vez llego a ideas más absurdas pero no puedo parar. He
llegado a la conclusión de que soy prisionero y esclavo de mi cerebro. ¡Él va a
lo suyo! Tiene sus dudas, sus preguntas, sus escalas….y me obliga a que las
redacte haciéndome sentir – sibilinamente- cierta satisfacción. Él solo no
tiene ninguna posibilidad así que su dominio esclaviza y libera al mismo
tiempo. Dicen que los cerebros de las personas son autónomos y que toman solos
– sin tenernos en cuenta – sus propias decisiones. ¡Cuando bebí agua fue porque
mi cerebro tomó esa decisión un tiempo atrás!. Yo veo lo que mi cerebro quiere
que vea y pienso lo que a él le da la gana. ¡Incluso me hace pensar y sentir
ideas que hacen daño!. Es evidente que está aliado con el tiempo y entre los
dos me dominan. Un tirano [1] es mucho pero dos son insoportables. ¿Qué será todo
esto? ¿A dónde conducirá?.
Saludos, Dios.
[1] Existe un tercer tirano /a que son mis hormonas, pero en este estado en el que viajo no me afectan por efecto de la evaporación espacial. ¡ Demasiado terrenales para que me acompañen!.
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