miércoles, 17 de septiembre de 2025

España: ¿Elecciones permanentes?

 

Da igual. En este pestilente ambiente político que vivimos en España, todo da igual. Pase lo que pase y ocurra lo que ocurra, algunos políticos lo filtran todo por el emocionario político y lo muestran –girado, cocinado y tergiversado- en un permanente escenario electoral.

          Desde hace demasiado tiempo la política está permanentemente trufada de elecciones y eso no es bueno porque solo afloran los temas y consignas que tengan renta electoral –aunque sean poco útiles, falsos, etéreos o virtuales- para que los recolectores de votos cumplan su cometido. Con frecuencia, las ideas que salen al ring de la política no se vinculan ni con su importancia ni con su necesidad, solo convienen porque polarizan, marcan al adversario y aumentan porcentajes en intención de voto. También son cortinas de humo que marcan agenda y esconden responsabilidades y genuinos problemas.

          La inmadurez, la ambición de influencias y poder, las exageradas risas en público y los desmesurados aplausos que recuerdan a otra época, las depuradas y rebuscadas palabras de asesores y asesoras, las superpreparadas puestas en escena propias del cine, la continua utilización política de personas, medios y acontecimientos –ya sean locales, nacionales o internacionales-, la pretensión de ganar el relato en cada segundo, la tremenda falta de seriedad para afrontar verdaderos problemas, el marketing, etc., hacen del panorama político español una descomunal aberración que nos aleja del bien común. Un bien común que no parece importarle demasiado a buena parte de los ruines políticos que nos gobiernan.

          Particularmente grave me parece la actuación del Gobierno y de su Presidente, Pedro Sánchez. Son innumerables las líneas rojas que ha traspasado y sigue traspasando. Todo se lo pasa por el gorro del triunfo, como dice un pariente cercano, deformando aquello del forro y transmutando lo del arco del triunfo, pero se entiende. Además, lo hace con desfachatez, soberbia, descaro y prepotencia. Personalmente, no tengo nada contra él, pero a mi juicio ha sido el político que más daño ha hecho al Estado español, a su trabajada democracia, a los procedimientos y a las instituciones.

          Muy grave es lo de mantener al fiscal general del Estado en su puesto cuando el Tribunal Supremo le abre juicio oral por delito de revelación de secretos. Mantenerlo ahí no es creer en la justicia, es reírse de ella y convertir al Gobierno en dictador de sentencias absolutorias por propio interés. El Fiscal General del Estado se ha convertido en el Fiscal General del Gobierno y en uno más de sus ministros, lo cual es inadmisible en un Estado de Derecho.

          Muy grave es que Begoña y David, esposa y hermano, respectivamente, del presidente Sánchez, tengan problemas con la justicia y se implique al Estado y a sus recursos en sus defensas. Tanto Begoña como David son ciudadanos particulares y no ostentan responsabilidades ni en el Estado ni en el gobierno. Estas actitudes demuestran poco respeto por el Estado y por la Justicia. La actitud de Pedro Sánchez y su gobierno es reírse de ambos. No son palabras. A los hechos me remito.

          Lo de Leire Díez –con su campaña para desacreditar a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil- unido a los desacreditados por sus actos Ávalos y Santos Cerdán, ambos exsecretarios de Organización del PSOE de Pedro Sánchez, consolida tres escándalos gigantescos.

          Una sola de las seis desvergüenzas citadas debería haber sido suficiente para que Pedro Sánchez dimitiera o convocara elecciones generales. No convocarlas por temor a perderlas es antidemocrático. Negar la alternancia es negar la democracia y la convivencia. Administrativamente, Pedro puede seguir de presidente, pero es inmoral que continúe en esas circunstancias. A ello hay que sumarle la ausencia de Presupuestos Generales del Estado (vivimos de la prórroga de los presupuestos del 2023). Decir que Mariano Rajoy debería convocar elecciones si no sacaba adelante sus cuentas y no hacerlo él en idénticas circunstancias es indecente.

          Sánchez se ha desdicho de la aplicación del 155 cuando el golpe de Estado independentista catalán –de triste memoria-, de la inconveniencia de la amnistía, de los derechos del pueblo saharaui, de la antipatía de gobernar con Podemos, de lo innecesario de las mascarillas en el Covid19, de las ventajas de detener a Puigdemont, etc. Sus enormes incoherencias están dejando al Estado y a nuestra democracia como un queso gruyère. Afirmar que seguirá salgan o no salgan los presupuestos del 2026 es menospreciar las reglas del juego: un gobierno sin presupuestos es un cadáver político.

          El bochorno de no poder terminar la Vuelta Ciclista a España ha sido mayúsculo. Hay que decirlo alto y claro: La Vuelta era totalmente compatible con las manifestaciones pro-palestinas, pero desde las alturas decidieron que no: había que reventarla en Madrid, en su etapa final. La ciudad y el fracaso de la Vuelta actuarían como caja de resonancia. Gestos y más gestos de cara a la galería. Es triste, pero es así: se está utilizando a los gazatíes como elemento divisor en la política interior de España. La causa palestina es un reclamo electoral más. Y luego esa obscena comparación: “Los que están a favor de la Vuelta se muestran de acuerdo con el genocidio palestino”. Ese razonamiento es ridículamente falso porque relaciona dos eventos que no tienen nada que ver. Es una simplificación absurda, falsa y falta de matices… puro retorcimiento gramatical y lingüístico propio de mentes totalitarias.

          La realidad fue que el reventón de la Vuelta ciclista estaba perfectamente planificado. Todo resultó ser la crónica de un boicot anunciado. Sánchez, con inteligibles sutilezas, estimuló a los violentos -22 policías heridos- y el Gobierno de España debió tomar mayores medidas para que la prestigiosa carrera -3ª del mundo- terminara bien. Que hubiera un deportista israelí en un equipo de Israel no justifica la violencia desplegada. Tampoco se justifica, para nada, la foto de Isabel Ayuso para “dar morcilla”. El Ministerio del Interior debió proteger más y mejor a los ciclistas y a su organización ¿Quién ganó con el desastroso final de la prueba ciclista? Blanco y en botella. El genocidio israelí continúa. El hambre sigue; el éxodo palestino aumenta; cada vez quedan menos gazatíes en Gaza; la destrucción es total. Para mí cortar la carrera fue una tremenda equivocación y que la policía no tuviera más medios, también… Salvo, salvo, que lo que se quisiera conseguir no tuviera nada que ver ni con Gaza ni con Palestina. La sociedad española está siendo dirigida hacia una progresiva e interesada polarización. En ese sentido, el boicot a la Vuelta fue un paso más. Pero, repito: El buen desarrollo de la Vuelta a España siempre fue compatible con la defensa de los derechos de los palestinos. Siempre. El año pasado, sin ir más lejos.

          Ayer, 16/09, se produjo una noticia, a mi juicio de singular importancia: “El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ratifica que el Gobierno debe investigar la actuación de Sánchez por el rescate de Air Europa y los negocios de su mujer”. El Gobierno inyectó 475 millones de euros para salvar a Air Europa durante la pandemia. Begoña, la esposa de Pedro Sánchez, tenía con Air Europa relaciones empresariales. Hasta ahí puedo llegar.

          ¿A dónde nos llevará todo esto? No lo sé, pero a mí no me gusta. Creo que era Pérez-Reverte el que comentaba el otro día que España se parecía a un autobús conducido por suicidas. No descarto nada, pero en mi opinión, cuento más homicidas que suicidas. Sinceramente, a la vista de lo visto, no creo que líderes mediocres y egoístas estén dispuestos a morir por salvar al país. Saltarán del autobús a mullidos colchones o en seguros paracaídas si viajan en avión.

          Última hora: Junts se une al PP y VOX y tumba la creación de una “Oficina Anticorrupción” propuesta por Sumar… ¡Como si no hubiera ya suficientes controles administrativos y policiales para luchar contra la corrupción! Gestos, puros gestos… señuelos para engañar al personal. Para luchar contra la corrupción, solo hay que dejar trabajar a los jueces, a los interventores y dejar tranquila a la Guardia Civil… Y no apoyar y denunciar a los corruptos aunque sean familiares. Es fácil.

          Tenemos que buscar políticos sin síndrome electoral. Políticos, sin complejos, que miren a medio y largo plazo; políticos que traten lo mismo a un turco, a un andaluz y a un catalán. Políticos con perspectiva y valores. Políticos honrados que exhiban transparencia y no te consideren un tonto más al que resulta fácil engañar. Los políticos no tienen mi respeto por serlo: se lo tienen que ganar. Por cierto… ¿para cuándo una reforma electoral de listas abiertas y los posibles candidatos no los pongan los partidos? Sufrimos partiditis aguda. Podríamos empezar con listas semiabiertas, mitad y mitad.

          Termino con un ruego a determinados políticos: dejen de dividir la sociedad en buenos y malos, blancos y negros, en rojos y azules, en fachas y antifachas, conmigo o contra mí… La sociedad es bastante más compleja y los humanos no somos máquinas… no nos insulten con sus estupideces y sus estereotipadas simplezas: rindan cuentas y aporten soluciones. Basta ya de promesas sin hechos y fácil verborrea. Trabajen por construir un futuro y no por la destrucción del adversario… Hay tanto por hacer: viviendas, mantenimiento de carreteras, emigración, televisiones públicas de calidad, mantenimiento y conservación de la red eléctrica, mejora y control de la sanidad pública, protección del medio rural, despoblación, cambio climático, pobreza infantil, ley de la dependencia, escuela pública, investigación científica, nuevas tecnologías, … Y sobre todo, señorías, dejen de perder el tiempo y trabajen por causas justas y la mejora de la convivencia entre españoles. Es poco convincente preocuparse por la paz en Palestina y en Ucrania y azuzar el enfrentamiento entre españoles.

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