miércoles, 17 de septiembre de 2025

España: ¿Elecciones permanentes?

 

Da igual. En este pestilente ambiente político que vivimos en España, todo da igual. Pase lo que pase y ocurra lo que ocurra, algunos políticos lo filtran todo por el emocionario político y lo muestran –girado, cocinado y tergiversado- en un permanente escenario electoral.

          Desde hace demasiado tiempo la política está permanentemente trufada de elecciones y eso no es bueno porque solo afloran los temas y consignas que tengan renta electoral –aunque sean poco útiles, falsos, etéreos o virtuales- para que los recolectores de votos cumplan su cometido. Con frecuencia, las ideas que salen al ring de la política no se vinculan ni con su importancia ni con su necesidad, solo convienen porque polarizan, marcan al adversario y aumentan porcentajes en intención de voto. También son cortinas de humo que marcan agenda y esconden responsabilidades y genuinos problemas.

          La inmadurez, la ambición de influencias y poder, las exageradas risas en público y los desmesurados aplausos que recuerdan a otra época, las depuradas y rebuscadas palabras de asesores y asesoras, las superpreparadas puestas en escena propias del cine, la continua utilización política de personas, medios y acontecimientos –ya sean locales, nacionales o internacionales-, la pretensión de ganar el relato en cada segundo, la tremenda falta de seriedad para afrontar verdaderos problemas, el marketing, etc., hacen del panorama político español una descomunal aberración que nos aleja del bien común. Un bien común que no parece importarle demasiado a buena parte de los ruines políticos que nos gobiernan.

          Particularmente grave me parece la actuación del Gobierno y de su Presidente, Pedro Sánchez. Son innumerables las líneas rojas que ha traspasado y sigue traspasando. Todo se lo pasa por el gorro del triunfo, como dice un pariente cercano, deformando aquello del forro y transmutando lo del arco del triunfo, pero se entiende. Además, lo hace con desfachatez, soberbia, descaro y prepotencia. Personalmente, no tengo nada contra él, pero a mi juicio ha sido el político que más daño ha hecho al Estado español, a su trabajada democracia, a los procedimientos y a las instituciones.

          Muy grave es lo de mantener al fiscal general del Estado en su puesto cuando el Tribunal Supremo le abre juicio oral por delito de revelación de secretos. Mantenerlo ahí no es creer en la justicia, es reírse de ella y convertir al Gobierno en dictador de sentencias absolutorias por propio interés. El Fiscal General del Estado se ha convertido en el Fiscal General del Gobierno y en uno más de sus ministros, lo cual es inadmisible en un Estado de Derecho.

          Muy grave es que Begoña y David, esposa y hermano, respectivamente, del presidente Sánchez, tengan problemas con la justicia y se implique al Estado y a sus recursos en sus defensas. Tanto Begoña como David son ciudadanos particulares y no ostentan responsabilidades ni en el Estado ni en el gobierno. Estas actitudes demuestran poco respeto por el Estado y por la Justicia. La actitud de Pedro Sánchez y su gobierno es reírse de ambos. No son palabras. A los hechos me remito.

          Lo de Leire Díez –con su campaña para desacreditar a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil- unido a los desacreditados por sus actos Ávalos y Santos Cerdán, ambos exsecretarios de Organización del PSOE de Pedro Sánchez, consolida tres escándalos gigantescos.

          Una sola de las seis desvergüenzas citadas debería haber sido suficiente para que Pedro Sánchez dimitiera o convocara elecciones generales. No convocarlas por temor a perderlas es antidemocrático. Negar la alternancia es negar la democracia y la convivencia. Administrativamente, Pedro puede seguir de presidente, pero es inmoral que continúe en esas circunstancias. A ello hay que sumarle la ausencia de Presupuestos Generales del Estado (vivimos de la prórroga de los presupuestos del 2023). Decir que Mariano Rajoy debería convocar elecciones si no sacaba adelante sus cuentas y no hacerlo él en idénticas circunstancias es indecente.

          Sánchez se ha desdicho de la aplicación del 155 cuando el golpe de Estado independentista catalán –de triste memoria-, de la inconveniencia de la amnistía, de los derechos del pueblo saharaui, de la antipatía de gobernar con Podemos, de lo innecesario de las mascarillas en el Covid19, de las ventajas de detener a Puigdemont, etc. Sus enormes incoherencias están dejando al Estado y a nuestra democracia como un queso gruyère. Afirmar que seguirá salgan o no salgan los presupuestos del 2026 es menospreciar las reglas del juego: un gobierno sin presupuestos es un cadáver político.

          El bochorno de no poder terminar la Vuelta Ciclista a España ha sido mayúsculo. Hay que decirlo alto y claro: La Vuelta era totalmente compatible con las manifestaciones pro-palestinas, pero desde las alturas decidieron que no: había que reventarla en Madrid, en su etapa final. La ciudad y el fracaso de la Vuelta actuarían como caja de resonancia. Gestos y más gestos de cara a la galería. Es triste, pero es así: se está utilizando a los gazatíes como elemento divisor en la política interior de España. La causa palestina es un reclamo electoral más. Y luego esa obscena comparación: “Los que están a favor de la Vuelta se muestran de acuerdo con el genocidio palestino”. Ese razonamiento es ridículamente falso porque relaciona dos eventos que no tienen nada que ver. Es una simplificación absurda, falsa y falta de matices… puro retorcimiento gramatical y lingüístico propio de mentes totalitarias.

          La realidad fue que el reventón de la Vuelta ciclista estaba perfectamente planificado. Todo resultó ser la crónica de un boicot anunciado. Sánchez, con inteligibles sutilezas, estimuló a los violentos -22 policías heridos- y el Gobierno de España debió tomar mayores medidas para que la prestigiosa carrera -3ª del mundo- terminara bien. Que hubiera un deportista israelí en un equipo de Israel no justifica la violencia desplegada. Tampoco se justifica, para nada, la foto de Isabel Ayuso para “dar morcilla”. El Ministerio del Interior debió proteger más y mejor a los ciclistas y a su organización ¿Quién ganó con el desastroso final de la prueba ciclista? Blanco y en botella. El genocidio israelí continúa. El hambre sigue; el éxodo palestino aumenta; cada vez quedan menos gazatíes en Gaza; la destrucción es total. Para mí cortar la carrera fue una tremenda equivocación y que la policía no tuviera más medios, también… Salvo, salvo, que lo que se quisiera conseguir no tuviera nada que ver ni con Gaza ni con Palestina. La sociedad española está siendo dirigida hacia una progresiva e interesada polarización. En ese sentido, el boicot a la Vuelta fue un paso más. Pero, repito: El buen desarrollo de la Vuelta a España siempre fue compatible con la defensa de los derechos de los palestinos. Siempre. El año pasado, sin ir más lejos.

          Ayer, 16/09, se produjo una noticia, a mi juicio de singular importancia: “El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ratifica que el Gobierno debe investigar la actuación de Sánchez por el rescate de Air Europa y los negocios de su mujer”. El Gobierno inyectó 475 millones de euros para salvar a Air Europa durante la pandemia. Begoña, la esposa de Pedro Sánchez, tenía con Air Europa relaciones empresariales. Hasta ahí puedo llegar.

          ¿A dónde nos llevará todo esto? No lo sé, pero a mí no me gusta. Creo que era Pérez-Reverte el que comentaba el otro día que España se parecía a un autobús conducido por suicidas. No descarto nada, pero en mi opinión, cuento más homicidas que suicidas. Sinceramente, a la vista de lo visto, no creo que líderes mediocres y egoístas estén dispuestos a morir por salvar al país. Saltarán del autobús a mullidos colchones o en seguros paracaídas si viajan en avión.

          Última hora: Junts se une al PP y VOX y tumba la creación de una “Oficina Anticorrupción” propuesta por Sumar… ¡Como si no hubiera ya suficientes controles administrativos y policiales para luchar contra la corrupción! Gestos, puros gestos… señuelos para engañar al personal. Para luchar contra la corrupción, solo hay que dejar trabajar a los jueces, a los interventores y dejar tranquila a la Guardia Civil… Y no apoyar y denunciar a los corruptos aunque sean familiares. Es fácil.

          Tenemos que buscar políticos sin síndrome electoral. Políticos, sin complejos, que miren a medio y largo plazo; políticos que traten lo mismo a un turco, a un andaluz y a un catalán. Políticos con perspectiva y valores. Políticos honrados que exhiban transparencia y no te consideren un tonto más al que resulta fácil engañar. Los políticos no tienen mi respeto por serlo: se lo tienen que ganar. Por cierto… ¿para cuándo una reforma electoral de listas abiertas y los posibles candidatos no los pongan los partidos? Sufrimos partiditis aguda. Podríamos empezar con listas semiabiertas, mitad y mitad.

          Termino con un ruego a determinados políticos: dejen de dividir la sociedad en buenos y malos, blancos y negros, en rojos y azules, en fachas y antifachas, conmigo o contra mí… La sociedad es bastante más compleja y los humanos no somos máquinas… no nos insulten con sus estupideces y sus estereotipadas simplezas: rindan cuentas y aporten soluciones. Basta ya de promesas sin hechos y fácil verborrea. Trabajen por construir un futuro y no por la destrucción del adversario… Hay tanto por hacer: viviendas, mantenimiento de carreteras, emigración, televisiones públicas de calidad, mantenimiento y conservación de la red eléctrica, mejora y control de la sanidad pública, protección del medio rural, despoblación, cambio climático, pobreza infantil, ley de la dependencia, escuela pública, investigación científica, nuevas tecnologías, … Y sobre todo, señorías, dejen de perder el tiempo y trabajen por causas justas y la mejora de la convivencia entre españoles. Es poco convincente preocuparse por la paz en Palestina y en Ucrania y azuzar el enfrentamiento entre españoles.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Internet sí, pero...

 

El salvamentes

Estamos a 8 de septiembre del 2025. En España, el curso escolar va a comenzar o ha comenzado ya. En el ámbito nacional e internacional  se pone cada vez más en entredicho el uso de las pantallas en la escuela. Trás interesantes y sólidas investigaciones, móviles, tabletas y ordenadores -hace ya años- han iniciado una significativa marcha atrás -se desaconseja su uso, se restirnge su presencia o, directamente se prohibe, dependiendo de las edades del alumnado.

    Fue en marzo del 2000 -hace 25 años- cuando presenté la ponencia que sigue en un pequeño congreso que se celebró en el Puerto de Santa María, Cádiz (25/03/2000) *. Reconozco que en aquel entonces no tuvo ninguna repercusión. Como insistí en el asunto, el Diario Córdoba la había  publicado días antes en el Suplemento de Educación (15/03/2000). Si la escribiera hoy, supongo que corregiría y añadiría algunas cosas más -sobretodo datos de las investigaciones realizadas-, pero la esencia de lo escrito permanecería idéntica. Hoy en Onda Cero, Carlos Alsina ha dedicado diez minutos de radio -es mucho- a comentar el "asunto pantallas" en el monólogo que abre su programa matinal de las 8:00 horas. Ahora nos trasladamos a marzo del 2000:       

            Me está resultando impertinente la presencia “hasta en la sopa” de la citada red. No puedo dar un paso sin encontrarme nuevas direcciones, nuevos buscadores, nuevas ventas o nuevas conexiones. Lo último siempre es lo mejor, diferenciándose con un lenguaje codificado de números y letras: tecnicismos simplificados normalmente del inglés. Tengo que advertir que me gusta Internet, pero la vida y la física me han hecho comprender la relatividad de muchas cosas.

            Internet como sistema de comunicación es una maravilla maravillosa que posibilita imposibles y ensancha canales para llegar a lugares recónditos, a sitios inaccesibles, a gente desconocida. Reconozco una potencialidad casi infinita, aunque a mí me sigue gustando bastante más la conversación con café, la tertulia con presencia física de los tertulianos. La videoconferencia o los continuos e-mails de ida y vuelta me dejan un sabor agridulce, una cierta sensación de frialdad, de lejanía. 

Un mal menor

             En este sentido podría decir que estos nuevos sistemas son un mal menor. La presencia física de las personas que se comunican es la realidad. La comunicación por internet huele a refrito de cartas escritas por teléfono. Decididamente, prefiero comunicarme a telecomunicarme, aunque, claro está, mejor es telecomunicarse que no comunicarse.

            Otra de las posibilidades de esta tela de araña, con la colaboración de Bill Gates y similares, es la de poder acceder a archivos de cualquier tema en miles de lugares de la tierra desde la salita de tu casa, desde tu despachito, desde tu rincón —a excepción de casi todo el Tercer Mundo porque la miseria no está globalizada, aunque todo llegará. Verdaderamente es maravilloso, pero también ahí relativizo.

            ¿Qué uso puede darle a Internet una persona que no ha sido educada en unos ciertos valores culturales? ¿Qué tipo de educación se recibe desde la red? ¿Qué hace una persona con escaso espíritu crítico con esas galaxias de información y ese universo de mensajes? Yo puedo acceder a los fondos del Museo del Prado o al interior de una célula o a la evolución de la bolsa, pero si no dispongo de unos conocimientos básicos sobre pintura, citología o tengo ciertas ideas sobre el funcionamiento y subidas o bajadas de la bolsa, ¿qué haré con toda esa información? Poder acceder a información no es saber. De la misma forma que mirar no es ver, ni oír es escuchar, ni tener es ser. Tampoco manejar Internet significa tener conocimientos de informática.

 Una herramienta, un soporte

             Para mí Internet es solo una herramienta, un soporte, un instrumento, un servicio. Si queremos, una gran herramienta, un sorprendente soporte con el que podemos “viajar”, un instrumento que fascina por sus metas, un amplio proveedor, pero… lo realmente importante no es poder disponer de la red como tampoco lo es su uso. Lo verdaderamente significativo vendrá de saber utilizar adecuadamente la información a la que se accede y, para ello, resulta imprescindible una visión crítica de la realidad, tener cierta capacidad de análisis y síntesis y estar acostumbrado a reflexionar. Para enfrentarse a Internet se necesita una cabeza bien amueblada y un indiscutible esfuerzo personal.

            En el mundo de la educación, Internet está, por decirlo de alguna forma, casi recién nacida y, aunque tenemos que aprender a rentabilizar esta posibilidad, entiendo que los docentes son insustituibles por su capacidad de establecer relaciones y sentimientos con sus alumnos. Personalmente, no me siento amenazado por ningún software y desde luego no quisiera que los niños del 2100, ni del 3000, fueran educados por un robot. Probablemente, en el campo de la enseñanza, la red podrá jugar un papel de mayor entidad, pero siempre será complementario del que podamos desempeñar las personas.

            Democratizar accesos a la información y a la comunicación es bueno, pero hay un trabajo básico (siempre lo básico: ciencia básica, cultura básica, educación básica, tener una buena base, edificios con buenos cimientos, necesidades básicas, etc.) que no podemos descuidar. Bases sólidas permiten crecimientos estables y equilibrados.

2000, marzo.

    Se le atribuye a Steve Jobs -un genio de la tecnología- la frase que expresa una enorme consideración por la Filosofía y el pensamiento humano. Dice así: "Cambiaría toda mi tecnología por una tarde con Sócrates". Parece pues que Jobs creía que el conocerse a uno mismo, la reflexión y el diálogo eran valores superiores a cualquier avance material. La tecnología no puede ser un fin en si mismo, es solamente un medio para mejorar la vida de la Humanidad. 

    Desde mi experiencia en la escuela y en la vida, me reafirmo en mis consideraciones y en el mensaje que se desprende de las líneas del párrafo anterior.

(*) II Jornadas de Innovación Pedagógica: "Educación y comunicación: Herramientas de Futuro". Centros Familiares de Enseñanza. Puerto de Santa María, 25 de marzo del 2000.

jueves, 4 de septiembre de 2025

La era de la ira

 

 


"Me gusta quien escoge con cuidado las palabras que no dice". Alda Merini, poeta italiana.

    Cuando se quiere lanzar un determinado mensaje y se encuentra ya escrito, se me ocurren dos posibilidades: deformarlo para adaptarlo al estilo y formas de uno o bien transcribirlo tal cual, diciendo autor y fecha. Como no quiero desviarme lo más mínimo de las intenciones de la autora, opto por la segunda opción. La belleza y claridad de lo escrito, sus precisas y preciosas citas, su vocabulario, sus párrafos y líneas destilan sabiduría y creatividad. Creo que Irene Vallejo, como en otras muchas ocasiones, mediante sus relevantes y bien hilvanadas reflexiones, conecta antigüedad y modernidad, al mismo tiempo que enlaza sus intereses con los de los lectores. La ira, la guerra, el poder y la paz no tienen edad porque son temas eternos. 

La era de la ira

          La literatura occidental comienza rabiosa. La primera palabra de la Ilíada es “cólera”: antes que a los dioses o a los seres humanos, el poeta invoca la ira, la ofensa que hiere y hierve. En su mundo reina el apetito de pelea, el combate donde se compite, la glotonería de gloria. 

          Las voces de los guerreros arengan, aúllan y retumban. De hecho, el adjetivo “estentóreo[1]” deriva de Esténtor, un personaje del poema que, según Homero, gritaba con el ruido y la furia de cincuenta hombres.

          Las personas más optimistas tienden a pensar que la paz es lo habitual, el estado natural de nuestras vidas. Sin embargo, la historia prueba lo contrario. En 1968 Will y Ariel Durant calcularon que, durante los primeros 3.500 años de civilización, solo unos 250 estuvieron libres de conflictos bélicos. La lucha en el campo de batalla era una experiencia tan cotidiana en las civilizaciones antiguas que el filósofo Heráclito la consideró la dinámica de la realidad. Escribió que la guerra está en el origen cósmico de todo el universo, pero también las ideas, invenciones, instituciones y estados. El pensador griego afirmaba que cada cosa se define en disputa con las demás. Esta concepción de la existencia nace de una sociedad donde la guerra decidía la suerte de cada individuo: vida o muerte, esclavitud o libertad, riqueza o pobreza. La paz era tan solo un equilibrio inestable, un paréntesis de calma pasajera en un paisaje de codicia, belicosidad y orgullo.

          En ese horizonte de exaltación guerrera, resulta asombroso que el gran poema épico de los romanos, la Eneida, esté protagonizado por un disidente. En una osada paradoja, Eneas se muestra siempre reacio a luchar. Es un héroe anómalo: un perdedor que huye de Troya cuando la ciudad cae en poder del enemigo. Alguien que intenta limitar el daño salvando a los suyos de la matanza. Elige escapar de las ruinas con su padre a hombros y su hijo pequeño de la mano, convirtiéndose en un refugiado, un derrotado a la deriva, la más temprana iconografía del migrante en busca de un nuevo hogar, siempre al borde del naufragio. Virgilio, testigo de la guerra civil romana, decidió encarnar la epopeya del imperio no en un soldado invencible, sino en un exiliado herido por la pérdida y el miedo. El poeta había contemplado el fin de la República, y escribía sobre los escombros humeantes de un sueño: «Aquí lo justo y lo injusto se confunden; tantas guerras en el mundo, tantos rostros del crimen».

          Contra todo pronóstico, el relato fundacional europeo alberga en su centro a un héroe alejado del ideal épico. Un veterano cansado que prefiere cuidar a pelear. Eneas se parece más a los emigrantes que mueren en las pateras del Mediterráneo o las lanchas del río Bravo que a los poderosos que hoy les cierran puertos y puertas. Por eso, a lo largo de la historia su figura ha resultado incómoda para los liderazgos más agresivos. Como cuenta Andrea Marcolongo en su ensayo El arte de resistir, el fascismo italiano censuró, para las representaciones oficiales, la imagen del troyano cargando con su padre a la espalda, ya que contradecía la épica del caudillo militar victorioso y solitario.

          En la niebla de la guerra, triunfan los rugidos rotundos y unívocos sobre la palabra sosegada. Hoy resuenan ecos de Heráclito cuando señalaba el conflicto como clave: un político no es nadie sin un buen adversario. El filósofo construyó su teoría en torno al término griego pólemos, “combate”, de donde deriva nuestra palabra “polémica”. A muchos líderes estentóreos los definen sus odios, no sus ideas. Confunden ganar con gritar y destacar con desgañitarse, siempre en actitud de ataque. Abundan los profesionales de la confrontación y el insulto, pertrechados de profecías apocalípticas, convencidos de que el fin justifica los miedos.

          Consciente de lo fácil que es siempre herir al prójimo, la poeta italiana Alda Merini escribió: «Me gusta quien escoge con cuidado las palabras que no dice». Sin ese esmero por dar cobijo a las voces ajenas, sin el esfuerzo del respeto, se impone el choque violento. La agresividad está al alcance de cualquiera: solo precisa furia y coz visceral. Lo  audaz es evitarlo: una paz sin derrotados será la verdadera victoria. 

Irene Vallejo, 15 de mayo 2024



[1] Sinónimo de fuerte, ruidoso, retumbante, estruendoso, estrepitoso, atronador.

jueves, 14 de agosto de 2025

Desde la impotencia de un bloguero de pueblo

Foto de Greenpeace

No. No pretendo decir que en España vaya casi todo mal. Ni lo pretendo, ni lo quiero. Ya sabemos que generalizar no está bien, pero… son tantos los dolores, los motivos de preocupación, las decepciones, los bulos que el poder lanza, los enfrentamientos interesados, la desidia, la falta de formación y de información, la repetición continua de errores, la falta de diálogo, etc., que —aunque no sirva para mucho— eliges emplear una parte de tu tiempo en hacer un repaso de temas concretos, causantes de un desaliento triste y desesperanzado.

          Paradojicamente, en el fondo, albergas la esperanza de que al escribir, se afloje la congoja que te invade y mejore el estado de los temas que inciden en tus preocupaciones, pero presientes que eso no será del todo cierto y que la oscuridad se comerá buena parte de la luz.

          España arde como todos los veranos. Arde mucho y bien desde hace demasiado tiempo. Como todos los veranos, los políticos de guardia y de turno pretenden apagar los fuegos —escribo políticos y fuegos en plural intencionadamente— con palabras, como si las palabras tuvieran el mágico poder de exterminar las llamas. ¿Acaso ignora la clase política que las palabras se las lleva el viento y el viento aviva brasas y llamaradas? Estoy de acuerdo con Henry Ford cuando dijo que “la mayoría de las personas gastan más tiempo y energía en hablar de los problemas que en afrontarlos”.

          En el verano del 2022, la Sierra de la Culebra, al noroeste de la provincia de Zamora, se incendió dos veces. Murieron cuatro personas. Varias sufrieron heridas. La superficie afectada por los incendios sumó más de 65.000 hectáreas. Esta mañana, en la radio, he oído las declaraciones que hicieron hace tres años Pedro Sánchez y Mañueco —uno primer ministro de España y el otro presidente de la Junta de Castilla y León—. Se podría decir que son declaraciones estándar: lo mismo las podemos aplicar a lo ocurrido hace tres años que a lo que está ocurriendo en Zamora hoy. ¡La situación de tragedia natural causada por el fuego se repite una y otra vez! ¿Qué han hecho –ambos siguen mandando- para evitar tanta repetición? Para colmo, en medio de la hoguera real zamorana, aparece el ministro Puente —podría cambiarse el nombre por el de ministro Muro— para acusar a Mañueco de estar de fiesta durante los incendios, escondiendo —sin habilidad— que Pedro Sánchez, con España quemándose por los cuatro costados (Extremadura, Galicia, Asturias, Madrid, Castilla la Mancha, Castilla y León, etc.), sigue enclaustrado en la residencia oficial de Lanzarote. ¡Ya conocemos cómo se separa y lo separan de situaciones problemáticas!

          Lo primero y fundamental, lo racional, debería ser la unión de todos para apagar el fuego. Trabajar juntos. Luego vendría la etapa de investigación: enterarse bien de qué lo produjo y cómo se actuó. En tercer lugar, arribaría la crítica y la exigencia de explicaciones y responsabilidades. En España, por perversos intereses que nada tienen que ver con el bien común, nos están acostumbrando a colocar el carro delante de los bueyes y, claro, el carro —que es España— no avanza. ¡Una pena! Podemos alardear de macroeconomía, subida de la bolsa y de millones de turistas, pero nos estamos cargando la convivencia, las instituciones, al país y a la naturaleza. La soberbia manda sobre la ética social y cotidiana.

          ¿Por qué el gobierno de España y las CC.AA. tienen abandonado al medio rural? ¿Por qué prefieren culparse unos a otros en vez de tomar cartas en este asunto? ¿Para cuándo una estrategia nacional para la gestión de bosques y de montes? Tanta protección del medio ambiente y el mundo forestal está desatendido: Cortafuegos preñados de maleza, montes que no se limpian, las cuadrillas escasas… Ciertamente las últimas lluvias fueron cuantiosas y aumentaron mucho la masa combustible natural, pero no me cansaré de repetir que los incendios se apagan en invierno y que se necesita una política forestal permanente, todo el año. ¡A los bosques no se puede ir de visita! ¡¡¡Hay que vivir en ellos y para ellos! La naturaleza está cansada de palabras y la ciudadanía también. No se trata tanto de reaccionar con rapidez ante un accidente o una catástrofe —acción importantísima y necesaria—, sino de simplemente prevenir. Siempre será preferible prevenir que curar, pero con la mirada cortoplacista y electoral de buena parte de la clase política, todo saldrá peor. El caso es que, entre la falta de acuerdo político, los abundantes chiflados pirómanos, la ausencia de campañas de concienciación y los vaivenes del cambio climático, grandes zonas de España se están convirtiendo en un erial. Por cierto que, pegarle fuego al monte no es el cambio climático y una política forestal centrada en montes y bosques frenaría sus dañinos efectos. A menor número de árboles, más cambio climático. El hombre, la humanidad no puede vivir castigando a la naturaleza

          Los incendios en el medio natural dan pie a hablar del corto incendio —afortunadamente— de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Tras su extinción, por la genial actual de los bomberos de Córdoba, tengo que decir que no me gustó nada ver una foto del señor alcalde con los bomberos y el señor obispo. Tampoco me ha gustado la reacción de la izquierda hablando —antes de tiempo— de quién iba a pagar los daños, las causas del incendio, la propiedad del monumento, la intervención de la Unesco, etc., etc. Creo que mezclar todo eso no es bueno. Hacer populismo barato con un pequeño incendio de un monumento como la universal Mezquita-Catedral es, para mí, absurdo y me repele quien de entrada se aprovecha del suceso. Primero, apagar; segundo, investigar causas y tomar medidas para que no vuelva a ocurrir; y tercero, si se tiene a bien, criticar y exigir responsabilidades. Llegado aquí, hay que decir que, si la causa fue una barredora que cargaba la batería en una capilla, lo consideramos un error. Una capilla no debe ser almacén de nada. Solo debiera de albergar oraciones y arte. Un monumento como la Mezquita-Catedral, en su totalidad, tiene que tener un detallado plan de seguridad y valorar el más mínimo riesgo. De todas formas, estas cosas pasan: la deslumbrante Francia aún no conoce la razón del fuego que en abril del 2019 destruyó por completo Notre-Dame y en enero de 1994 el soplete de unos trabajadores que mejoraban el sistema contra incendios arrasó el teatro del Liceo en Barcelona en pocas horas. No fue menor el incendio del Palacio de Westminster, en 1834, ocasionado por la quema de unos palos utilizados para contar, o el del 2 de septiembre de 2018, en Brasil, que destruyó casi por completo el Museo Nacional y la mayor parte de su valiosa colección reunida en más de 200 años de historia. En Córdoba, toda la ciudad recuerda con estupor los gravísimos daños que ocasionó el incendio del 29 de enero de 1978 de la Iglesia de la Merced, en la sede de la Diputación. El recuerdo de todos estos sucesos debiera profundizar en las medidas de seguridad de una joya como la Mezquita.

          En este 2025, detecto síntomas de pesimismo en esta España nuestra. No me quiero dejar arrastrar, pero hay que estar muy ciego para no ver los 1667 billones de euros de deuda pública (103’5% del PIB), las reiteradas y continuas cesiones de todo tipo a los independentistas, la utilización de las instituciones en beneficio personal, la percepción de un estado cada vez más débil, la lentitud e ineficacia de la Administración, las periódicas corrupciones de partidos y gobiernos, la incapacidad del sistema para reducir la violencia contra las mujeres, la escasez de mano de obra mientras contamos con tres millones de parados, los aforamientos de refinados sinvergüenzas, la casi nula oferta de viviendas para la gente joven, el trato inadecuado a los emigrantes, las tremendas listas de espera en la sanidad, el acoso gubernamental a la administración de justicia, el nulo diálogo entre gobierno y oposición, el aumento de la pobreza infantil, el cierto aislamiento del gobierno por sus roces con EE.UU., etc. etc… me llevan a concluir que España es un país en decadencia política, moral y social.

          Un país que pega o amenaza a sus sanitarios, un país que avanza en su autodestrucción, un país que pega o amenaza a sus maestros y mata a sus mujeres, un país que pega fuego a sus paisajes naturales y contamina sus acuíferos, un país que no apuesta por sus jóvenes y por sus niños, un país que no respeta a sus jueces, un país que “toquetea” demasiado a sus fuerzas y cuerpos de seguridad… es un país llamado a desaparecer.

          Nunca fui partidario de esta frase de Groucho Marx, pero la dejo como reflexión: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. ¡Cuánto me gustaría que Groucho estuviera equivocado!



sábado, 19 de julio de 2025

Los recientes noes de Europa a Sánchez

El fantasma del independentismo recorre toda la legislatura

          Hace años —se pueden mirar entradas anteriores— que llevo denunciando desde estas páginas ciertas actuaciones del Gobierno de España. Hay palabras y –sobre todo hechos- con los que no estoy de acuerdo. Siempre he justificado mi postura con argumentos y me he cuidado mucho de insultar a nadie. Simplemente trato de manifestar mis críticas y explicar mis desacuerdos.

          Mis críticas llevan a algunos lectores a situarme –para mí interesadamente- en un plano conservador, pero aclaro que para nada soy antisocialista, pero sí antisánchez y, desde luego, no es nada personal. Creo que hay socialismo fuera del actual presidente del gobierno y que esta persona está utilizando en beneficio personal –entre otros elementos- a su propio partido. Simplemente no estoy de acuerdo con la forma de gobernar de este hombre.

          La semana que acaba de terminar es buena prueba de ello. “Europa” parece que ha despertado de su hipnosis –trabajito le ha costado- y está empezando a reaccionar ante el tsunami de despropósitos del presidente español.

          Europa ha dicho ¡¡¡NO!!! a Sánchez en tres temas de considerable importancia. Entiendo que la UE, a través de sus diferentes canales, ha ido subiendo poco a poco el tono de su disconformidad con el actual Gobierno de España. Veamos asuntos de meses atrás:

-      Bruselas tiró de las orejas a Sánchez por no haber ajustado el peaje de las autopistas.

-      En el corazón de la UE no gustó nada que Sánchez, unilateralmente, abriera ciertas líneas de política comercial con China.

-      Fue Bruselas quien paralizó los intentos de Sánchez para cambiar las mayorías necesarias a la hora de elegir los vocales en el Consejo General del Poder Judicial.

-      También se acordó en el seno de “los 27” llamar la atención a Sánchez porque desde el ejecutivo, en un estado de derecho, no se puede criticar a la Administración de Justicia con tanta tenacidad. Y más en casos ligados a personas del entorno de la Moncloa o del PSOE.

-      Recientemente, Carlos Cuerpo, ministro de Economía, se retiró de la carrera para presidir el Eurogrupo al constatar que no alcanzaba la mayoría necesaria.

          A lo largo de la última semana, el desprestigio del Gobierno español ha caído en picado en la UE, pues han sido tres críticas nítidas a tres actuaciones concretas: ¡Tres de tres!

          El pasado martes la UE puso de manifiesto –ya había habido ciertas filtraciones- que la ley de Amnistía no responde al interés general y que se acordó dentro del marco del oportunismo político. Amnistía a cambio de la investidura de Sánchez, o lo que es lo mismo, autoamnistía. Esta declaración, y lo que se deriva de ahí, pueden suponer la voladura total de la ley de Amnistía y un descomunal descrédito al actual Tribunal Constitucional que preside Cándido Conde-Pumpido, el cual tiene fama de ser el promotor de numerosas estrategias del partido socialista.

          El segundo varapalo de la Unión Europea al gobierno de Sánchez es la apertura de un expediente a España por su grosera, y más que esperada, intromisión en la OPA del BBVA sobre el Banco de Sabadell. Todo indica que el gobierno español ha usado leyes inadecuadas para “casi imposibilitar” la citada operación.

          El tercer mazazo al gobierno ha sido el rechazo del Consejo de Asuntos Generales de la UE a que el vasco, el catalán y el gallego sean lenguas oficiales en los organismos europeos. Se sabía que no había mayoría, pero Albares, Ministro de AA.EE., y su equipo insistieron hasta el final. Con esta son ya siete veces las que Europa ha rechazado la singular propuesta. Todo parece responder a la deuda que tiene Sánchez con el prófugo Puigdemont, cuando “los puigdemones” votaron a favor de que la socialista Francina Armengol presidiera el Congreso de los Diputados. A la séptima tampoco ha ido la vencida, pues una decena de países se han opuesto a la iniciativa. Particular oposición, por contundente, ha sido la de Alemania y Luxemburgo.

          El conjunto de llamadas de atención y de noes “europeos” no me llenan ni de orgullo ni de satisfacción, únicamente confirman mis preocupaciones y me gustaría que sirvieran de reflexión para un Gobierno que estimo desnortado. ¡Ojalá sirvieran para cambiar su rumbo!, pero lo veo difícil, casi imposible.

          La semana terminó con la imputación de Cristóbal Montoro, Ministro de Hacienda con Aznar –dejó la presidencia del gobierno en el 2004- y con Mariano Rajoy –dejó la presidencia en el 2018. Desde aquí no podemos defender a presuntos ladrones, sean de derechas o de izquierdas. Que se investigue. Dejemos que la justicia haga su trabajo y, llegado el caso, que devuelva el dinero, aparte de las penas de cárcel que pudieran corresponderle. En España se ha aceptado –a medias– la responsabilidad política y la penal, pero ningún chorizo oficialmente declarado ha devuelto lo robado. Para el gobierno de Sánchez, la imputación de Montoro ha sido aire fresco, una especie de partido empatado en corrupción, pero no debemos equivocarnos: Aznar y Rajoy hace muchos años que no están y Pedro Sánchez sigue de presidente con dos secretarios de organización bajo graves sospechas de corrupción. ¡No es lo mismo! Además, debido a viejas rencillas, con la imputación de Montoro están más contentos en el PP que en el PSOE. De todas formas, la meta está lejana: Deben de ser los propios partidos políticos los que denuncien ante el juez a sus corruptos compañeros de partido.

          Los últimos movimientos de Bolaños, Ministro de Justicia de Sánchez, siguen aumentando la intranquilidad del país en multitud de sectores. El Gobierno quiere que sean los fiscales los que hagan el trabajo que hoy realizan los jueces de instrucción y que la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) dependa en exclusiva de la Fiscalía.

          Estos cambios me traen a la memoria –inevitablemente- una entrevista de Pedro Sánchez en RNE, el 25 de septiembre del 2020. Está en los medios repetida hasta la saciedad:

Pedro Sánchez: …Es que, ¿la Fiscalía de quién depende? … ¿De quién depende?

Periodista: Sí, sí… del Gobierno.

Pedro Sánchez: ¡Pues ya está!

        ¿Se imaginan un Estado de Derecho donde el Gobierno ordene a los fiscales qué causas se investigan, cuáles no y hasta dónde? Pues eso. Lean “Cómo mueren las democracias”. Ahí podrán comprobar las “profecías civiles” que escribieron sus autores hace ya algunos años.

          Termino: Sánchez —como siempre ha hecho ante problemas— se quita de en medio y se va de viaje a Chile. Visitará también Uruguay y Paraguay. Buscará un oasis en aguas internacionales que le sean más propicias que las nacionales. Por tanto, no asistirá al pleno escoba del día 22, del que el Gobierno ha retirado –de momento- la reducción de la jornada laboral y la reforma de la justicia propuesta por Bolaños. ¡Puigdemont no apoyaría estos dos puntos y Sánchez no está para cosechar derrotas! Detesto profundamente la imagen de un presidente del Gobierno de España sometido a los “caprichos egoístas” de los chantajistas independentistas. ¡La vida! El puto amo de Oscar Puente resulta ser vasallo de un reyezuelo republicano y prófugo que maneja a distancia a siete “esclavos” que tienen siete votos. ¡Vivir para ver!


martes, 8 de julio de 2025

Violencia contra las mujeres

 

Pescadora, Antonio Cañete Sánchez

Como viene ocurriendo desde hace años, junio ha vuelto a ser un mes nefasto debido a la violencia de género: seis mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, más el menor de una de ellas. Pilar, Maritza, Susana, Alejandra más su hijo Samuel, Ramy, Virginia y Mª del Carmen. En los pasados días 24 y 25, la violencia machista alcanzó cotas de Everest, unida a una insoportable ola de calor en un junio asfixiante. Debe quedar claro que, al parecer, las elevadas temperaturas explican parte de la cima de violencia, pero para nada la justifica. Expertos en estos trágicos temas recomiendan un cuidado exquisito en las campañas que se hagan, pues ante determinados eslóganes o intensas cruzadas, los crímenes machistas también aumentan.

          Por otra parte, la Fiscalía General del Estado advierte que durante las vacaciones, los fines de semana y los días festivos se comete un mayor número de asesinatos por violencia de género. Parece, por tanto, que trabajar alivia tensiones y que, conforme aumenta el tiempo de convivencia, aumentan los roces violentos de las parejas. Por tanto, habrá que poner el acento en la tolerancia inteligente y ética y en la igualdad, entendida como nivel de madurez y pauta de relación. Ya lo advertían las abuelas de mis abuelas: “solamente pueden rozar las gentes que están juntas”.

          Desde este lado de la pantalla nos solidarizamos con las víctimas y sus familias. Esta lacra social pone de manifiesto el fracaso colectivo de una sociedad que, a mí entender, no acaba de interiorizar la gravedad de este problema. La violencia machista debería sacarse de los programas de los partidos, pues su politización divide y, con frecuencia, la agrava. La violencia de género es un asunto de Estado, tanto o más como lo fue el terrorismo de ETA. Las medidas a tomar no pueden depender del gobierno de turno. No suenan del todo bien las declaraciones en los ámbitos políticos, repetidas mil veces como método de mejorar su imagen, pidiendo que frene la violencia llamada de género. Las manifestaciones en calles y plazas de políticos y ciudadanía están bien, pero es mucho mejor predicar con el ejemplo en la vida diaria. Es muy desafortunado, y genera desconfianza, oír que estos mismos políticos se enteran por la prensa de comportamientos inadecuados de compañeros próximos o asesores de años. Esa hipocresía beneficia a puteros, acosadores y asesinos.

Penélope, José A. Díazdel

          Como todo problema social, la violencia de género no se extingue con una varita mágica. Necesita tiempo, actuaciones acertadas y recursos humanos y económicos y, como ya he dicho antes, políticas de Estado de consenso.

          Impulsar políticas de igualdad, concienciar a niños y jóvenes en los centros educativos desde edades tempranas, actuación rápida de la justicia y políticas eficaces de protección debieran ser las medidas puestas en práctica. En mi opinión, hay un factor clave para desarrollar todo esto: se necesita personal especializado. Cualquier persona no está capacitada para dirigirse a niños de ocho años, a adultos de cincuenta o a la ciudadanía desde un estudio de radio o televisión. La formación de calidad es la base del posible éxito. A mi modo de ver, se habla de violencia de género con demasiada ligereza. Hay buena voluntad, pero faltan conocimientos. Se siembra, pero por intereses electorales se siembra mal, cuando además la pornografía está al alcance de cualquier móvil y en la televisión se sigue utilizando a la mujer como reclamo publicitario de una colonia, un coche o un viaje. Hay que investigar bastante más en la salud mental de la ciudadanía, en los derechos y deberes del personal y en cómo nos afecta socialmente “tanto estado del bienestar”. Son muchos los políticos que nos quieren e intentan educarnos sin pensamiento crítico, pero luego pretenden que seamos críticos con los asuntos que a ellos les interesan. Digamos que interesan ciudadanos y pensamientos críticos teledirigidos. Apuesto por un reseteo social de los valores éticos, una actualización, sobre todo en las clases dirigentes.

          Personalmente, creo en el poder revolucionario de la educación y a ella apelo como recurso imprescindible ante la gravedad de la situación. Pero la educación es lenta; da frutos, pero es lenta. Las familias y la escuela, conectadas, tienen que articular unas medidas claras que eduquen a los niños y jóvenes en el respeto, en la igualdad y en la libertad. Nadie es dueño de nadie y menos un hombre de una mujer. Las personas no somos objeto del derecho de propiedad, a pesar de que algunos partidos nos colocan como objetivos. También a esto alguien debería dedicarle una pensada. ¡Ay de las democracias con votantes cautivos!

          Por otra parte echo en falta mayor delimitación del problema. En Ciencias, esto es fundamental. ¿Toda la sociedad es machista o el problema se focaliza en algunos sectores? ¿Cuál es el perfil social, económico, edad, formación, profesiónal, etc… de los asesinos? Las medidas que se tomen, para ser eficaces, deben ajustarse a ese perfil. De lo contrario no servirán para nada.

          El asesinato es un culmen, una meta, una etapa final… Es necesario actuar antes. A la primera señal de maltrato, la mujer o su entorno deben actuar… En esos momentos iniciales avisar/denunciar es la prioridad; no se puede dejar que el maltrato eche raíces… porque su fruto será mayor maltrato y, finalmente, por desgracia en muchos casos, la muerte.

          En una sociedad tan individualista como la nuestra, estos problemas colectivos tienen difícil solución. Nos hemos deshumanizado demasiado y estamos pagando las consecuencias. Cuando maltratan a una mujer, me están maltratando también a mí, nos maltratan a todos, pero aún no lo vemos así. Salvo excepciones, cuesta actuar.

          Prevenir, prevenir y prevenir con formación, detección y protección es la única salida. Debe hacerse en todos los grupos de edad y en todas la direcciones que expertos y técnicos estimen pertinentes.

Mujer Oriental, E. Saporetti


domingo, 15 de junio de 2025

¿Performance de Pedro?

 

Luz detrás de las sombras

El pasado jueves 12 de junio por la tarde, no me gustó ver a mi presidente alicaído, andar cansino, cara de circunstancias, mandíbulas apretadas y excesivo maquillaje. Supongo que la cosmética aliviaría algo la mala racha y la mala cara. Tampoco me gustó lo que dijo.

            Desde luego era necesario que diera explicaciones después de 45 días sin ofrecer rueda de prensa, once meses sin conceder entrevistas a medios españoles y 15 meses sin presentarse a la sesión de control al Gobierno en el Senado. La contundencia de las 500 páginas, elaboradas por la Policía Judicial –UCO-, que informan con rigor sobre la presunta grave corrupción de Koldo, Ábalos y Santos Cerdán, -todos ellos con fortísimas conexiones con el PSOE, aunque a día de hoy ya no las tengan- y la dimisión de Santos Cerdán –número tres del partido- obligaban al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE a tomar algunas medidas y aclarar públicamente el futuro de un país que no se merece esta clase política.

            Lo dicho por el presidente me pareció insuficiente e incompleto. Poco adecuado. Nadó y guardó la ropa. Mi impresión es que sabe la gravedad del asunto, pero se manifiesta como si no lo fuera. Es decir, miente, actúa, interpreta el papel de apesadumbrado, dolido e ignorante. Vamos a ver, que los dos secretarios de organización que TÚ has nombrado en el partido que diriges, tus dos manos derechas, tus dos pilares, sean presuntos vulgares ladrones que han trapicheado con obras públicas por comisiones, no te puede pillar de sorpresa: Es imposible porque llevas con ellos años de relaciones íntimas, trabajando codo con codo en decisiones importantes del partido y del gobierno. Recorriste España en un Peugeot con Koldo, Ábalos y Santos Cerdán buscando tus apoyos entre la familia socialista –tú eras el cuarto- y ahora nos dices que casi, casi te acabas de enterar. Por cierto, ¿por qué cesaste a Ábalos? Aún no lo has explicado bien. La gente entiende que tanto Ábalos como Santos Cerdán han actuado de cortafuegos. Ahora, tras los escándalos, se han visto obligados a dejar sus cargos –o casi, con seguridad, los has obligado tú–.Uno ha sido tu ministro de Fomento y secretario de organización; Koldo fue el espabilado chico para todo en las alcantarillas del PSOE y por eso tiene comprometidas grabaciones; y el tercero, Santos Cerdán, secretario de organización del partido que tú presides y que sustituyó a Ábalos porque así lo decidiste… ¿Y dices que no sabías nada? Ciertamente, tienes derecho a defenderte, pero no te puedo creer. Tus explicaciones sonaron mal… No va a haber elecciones… Seguiremos trabajando… ¿Cómo? Si hace tres días eras un gobierno débil, ahora estás debilísimo, mucho peor. Las presiones y los chantajes aumentarán ante una ciudadanía ya estupefacta a causa del rosario de bochornosas situaciones con olor a podridas.

            Pedir perdón a la nación porque la gente que tú has nombrado “se lo ha llevado calentito” es de risa. Al menos pídeles que lo devuelvan. Un político serio, adulto y responsable, ante la frecuencia de situaciones tan graves, habría dimitido ya. Si lo sabías, malo. Y si no lo sabías, peor: no estás en condiciones de seguir gobernando.

            Pedir una auditoría en la contabilidad de tu partido es algo inútil porque cualquier movimiento de dinero negro –si lo hubo, como parece indicar la UCO en su informe- no aparecerá en las limpias cuentas oficiales. Si apareciera, el nivel de torpeza del personal sería inconcebible.

            No es baladí que la comparecencia haya sido en Ferraz; supongo que se hizo con la idea de alejarse del escenario de La Moncloa y del Congreso. Ese desdoblamiento de personalidad, ahora soy presidente, ahora soy secretario general, es perverso, porque no es real. Hay un solo Sánchez. Entiendo que el presidente del gobierno se ha asesorado por el secretario general y el secretario general ha recibido información del presidente del gobierno. El conglomerado Koldo+Ábalos+Cerdán es un tumor que contamina tanto al partido como al gobierno. El partido solo no hubiera tenido acceso jamás a contratos de obras públicas gubernamentales. Si a ese tumor sumamos la pus generada por la tal Leyre dándole un pen a Santos Cerdán en la sede de Ferraz, lo maligno del tumor se dispara al infinito. Por cierto, ¿dónde está ese pen y cuál es su contenido? Por cierto, me llamó la atención que el presidente, en sus declaraciones, no felicitara a la Guardia Civil por tan brillante trabajo.

            Tampoco parece suficiente la suspensión de militancia a dos socialistas de Aragón que aparecen en los papeles de la UCO.

            Espero que quede PSOE fuera de Pedro Sánchez para que remedien los rotos, descosidos y desaguisados que se han cometido durante estos siete penosos años. 

            Llegado este punto, todos miramos hacia tus socios. La situación se entiende: “Para tal gobierno, tales socios”. Tu misma sospechosa actuación del jueves 12 de junio por la tarde, es la de tus socios. Sospecho que todos vais a seguir tan bochornosamente igual. Me resultan curiosas y reveladoras las declaraciones de los socios: “Hemos cambiado de pantalla” dicen unos, ¿y? me pregunto yo. “Vamos a ser mucho más exigentes con Sánchez”, dicen otros, ¿y? me sigo preguntando. “Esperamos que todo se aclare y el gobierno vaya dando las oportunas explicaciones”, ¿y? “Nuestra nueva relación con el PSOE tiene que ser de regeneración democrática si quiere nuestro apoyo”, ¿y? “Nos estamos planteando el apoyo a Pedro Sánchez”, ¿y?... Tan corruptos son los autores como aquellos que dan soporte político a la corrupción. La realidad es que el PSOE tiene un importante núcleo de presuntos corruptos y esa corrupción tiene conexiones con el gobierno. Da vergüenza ajena escuchar a Sánchez en el discurso de moción de censura a Rajoy atacando la corrupción: “Palabras vendo que para mí no tengo”. Se piden hechos. Por encima del número tres ya solo quedan la número dos -con las manos achicharradas- y el número uno, en estado de permanente sospecha después de lo visto.

            Espero que no se confunda Feijoo: Estar en contra de Pedro Sánchez no significa, necesariamente, estar a favor del gallego. El PP creo que no tiene votos para sacar adelante una moción de censura. Aun así, no estoy seguro de que debiera presentarla, porque obligaria a retratarse a los socios con el riesgo de que solo votaran a favor el PP y VOX. Sí tengo claro que el gobierno debiera someterse a una moción de confianza. La gravedad de la situación debe resolverse, como mínimo, en el Parlamento, aunque la mejor salida, la más democrática, sería conocer la voz de la ciudadanía adelantando las elecciones generales.

domingo, 8 de junio de 2025

Pinganillos políticos

 


Recientemente se ha celebrado en Barcelona, no por casualidad, la Conferencia de Presidentes Autonómicos de España. El ruido generado por la socialista Leire Díaz —buscando junto a ciertos empresarios trapos sucios de determinados jueces, fiscales, jefes y oficiales de la Guardia Civil, y por los bulos lanzados por varios ministros acerca de bombas lapa contra el presidente— precedió a una reunión ya complicada en sí misma. El Gobierno estaba emperrado en no disponer de un orden del día. El PP, apoyado en su apabullante mayoría territorial y en el Reglamento, insistía en meter temas de financiación autonómica, modelo energético, plan migratorio, infraestructuras, etc. Al final, el Gobierno accedió y junto a estos se abordaron temas relacionados con la vivienda.

          El Gobierno informó que durante el desarrollo de la Conferencia se hablaría –en momentos concretos– en gallego, vasco y catalán, por lo que los asistentes dispondrían de traducción simultánea por medio de los correspondientes pinganillos. Isabel Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, siempre ella tan protagonista y tan intensa, avisó que, de producirse tal cosa, se saldría de la reunión. Y ya tenemos el pollo montado y enturbiando –más aún si cabe– un ambiente enrarecido, intoxicado y envenenado adrede por todos lados, porque aquí lo que interesa es crispación, tensión que divida, como dijo Zapatero a Iñaki allá por el 2008. Los nuestros por un lado y los otros por el otro. Nada de caminar juntos. Tesis que por desgracia también avala el PP.

          En mi opinión, si vascos y catalanes no hubieran pasado tantos años defendiendo de mala manera sus respectivas nobles lenguas con soberbia lingüística, Andalucía, Murcia, La Rioja, Extremadura o Madrid entenderían perfectamente el tema del idioma local. Sin embargo, como han convertido al vascuence y al catalán en barreras infranqueables y armas políticas de primer orden, el resto de comunidades del Estado mira con recelo cualquier asunto que derive de ahí. La cultura vasca y catalana vale tanto como la castellana, la asturiana o la canaria: esa debería ser la postura de todos los gobiernos centrales y no privilegiar por conveniencias políticas a unos o a otros. Privilegiamos y queremos que todo el mundo acepte esos privilegios, pues no. Si desde el gobierno de la nación fomentamos la desigualdad, luego no nos podemos quejar de determinados terremotos. En una reunión de Estado, y la Conferencia de Presidentes de Comunidades Autónomas lo es, la lengua española es la oficial y eso debe ser respetado y no manoseado.

          Pretendo decir que si se hubiera hecho pedagogía lingüística desde Cataluña y Euskadi, el vasco y el catalán serían aceptados en Cartagena, Oviedo y Talavera de la Reina sin ningún tipo de problema. El gallego se acepta más y mejor por la política de flexibilidad que se desarrolla desde la Xunta. Los idiomas se integran y se aceptan con el tiempo, no con torpes leyes autoritarias. Los caminos de la gente de la calle no son los caminos de los interesados políticos.

          ¿Se equivocó Ayuso al salirse de la reunión? Sí, sin paliativos. Por respeto a las ancestrales lenguas, yo me hubiera quedado a escuchar el vasco, el catalán y el gallego —al parecer este tercero fue más prudente—, pero no me hubiera puesto el pinganillo para mostrar mi desacuerdo con la decisión política de utilizar estas lenguas en un acto puramente estatal. Como dijo Ayuso: Es ridículo estar tomando un café en castellano y hablar de política en catalán o en vasco.

          Hay, además, un factor importante: Si de diecinueve territorios autonómicos dieciséis hablan español, no hubiera estado mal que Vascongadas y Cataluña hubieran mostrado cierta solidaridad y utilizaran el español en todas sus intervenciones. La vanidad les puede. ¿Se tienen que plegar 16 comunidades a 3 o deben de hacerlo 3 a las 16? Algo debe de significar la cantidad, cuando Pedro Sánchez se parapetó detrás de 12 ministros en la citada conferencia —no hicieron nada— para hacer sombra a la mayoritaria presencia de tantos presidentes/as del PP.

          Puestos a exagerar, podríamos proponer: ¿Por qué no se hace oficial el vasco y el gallego en Cataluña? Porque sería una locura absurda… pues eso. Llevar traductores a una reunión entre españoles es, aparte de un gasto innecesario, una situación que roza la absurdez. Se puso el interés en las formas (ministros, fotos, idiomas, pinganillos, tiempo para hablar, orden del día, etc…) y desapareció el fondo: cero acuerdos y desprecio total a lo que necesita la ciudadanía.

martes, 3 de junio de 2025

Gobierno versus Estado

 


Es tendencia marcada de los gobiernos apoderarse del Estado, fusionarse con él para que no se noten sus fronteras. En lenguaje coloquial: prostituirlo, poseerlo aunque sea por la puerta de atrás. Así, cuando un gobierno es atacado, rápidamente sueltan el latiguillo: “Estáis debilitando al Estado con vuestros furibundos ataques”. Es conveniente aclarar que el Estado somos todos; el gobierno, teóricamente en una democracia, es de todos, pero en la práctica suele ser de unos pocos.

          Al gobierno de turno le conviene ser Estado porque amplía su territorio y su poder, pero al Estado no le conviene ser gobierno; no es bueno para la ciudadanía porque se ceden derechos y privilegios de todos para ser disfrutados por una minoría. El Estado permanece y la ciudadanía es su dueña. Los gobiernos, como tales, no son propietarios de nada, son meros administradores y servidores (antiguo concepto, por lo visto) de la “res pública”. El Estado permanece cuando los gobiernos terminan sus mandatos.

          Son Estado los funcionarios que están para servir fielmente a la ciudadanía y al gobierno. La creación de una administración paralela afín a los gobiernos es un fraude de ley porque colocan a familiares y amigos e infrautilizan y denigran a miles de funcionarios. ¡Una desvergüenza total! Ser funcionario es algo muy digno y muy serio: es por eso que el acceso a la función pública debe hacerse en igualdad de oportunidades, valorando méritos y capacidad. Al mismo tiempo, al funcionario se le tiene que exigir responsabilidades porque desarrolla una alta misión. Los gobiernos tienen que funcionar con los funcionarios y no con una red de enchufados mediocres, prácticamente sin control.

          Son Estado la horriblemente manoseada –dan náuseas– Universidad Pública, la Sanidad idem, la Educación pública, la red de Museos públicos –sean estatales, autonómicos, provinciales o locales–, las RTVs públicas, la red pública de comunicaciones –carreteras y líneas de ferrocarril–, las empresas donde el Estado sea el mayor accionista, la red de Bibliotecas o de Paradores,… En todos estos sectores no tendrían que meter su zarpa los gobiernos porque los intereses del Estado no concuerdan –a veces y por desgracia– con los intereses del gobierno de turno, repito, de turno… Es básico: los Estados permanecen, los gobiernos pasan. El problema es que los gobiernos, al irse, quieren hacerlo con las manos llenas de influencias, dinero, información y poder… nos desvalijan a todos, lo común, para beneficiarse ellos y a los suyos… Hay que tener muy poca vergüenza para llamarle a eso democracia.

          El director-a del Museo del Prado, la directora o director del Banco de España o el presidente de una compañía ferroviaria no puede deber su cargo al presidente-ta del Gobierno. Eso es una aberración total que da lugar a múltiples abusos y corrupción de todo tipo: Sistema de acceso por igualdad de oportunidades, mérito y capacidad, renovable periódicamente y sujeto a evaluación. El gobierno está para garantizar un servicio, no para controlarlo colocando a personas afines ideológicamente. Si esto ocurre en el ámbito de las empresas e instituciones, qué decir de los gobiernos okupas del ámbito judicial. ¡Dictaduras aliñadas de populismo y disfrazadas de democracias amenazan nuestras vidas! ¡Pobre Europa legislando sobre los tapones de plástico! Como mínimo, da risa.

          ¿Se imaginan unas fuerzas de seguridad adictas a un Gobierno? ¿Y unos jueces? Hay montones de estamentos en España que han sido absorbidos o infiltrados por los políticos y los partidos… Eso es una aberración porque nos han comido la tostada a los ciudadanos. Bien está que elijan a los diputados del Congreso –por cierto ¿Para cuándo listas abiertas? Para ¡nunca jamás!-, o a los senadores del Senado… vale, pero eso no puede conllevar que el Gobierno de turno –siempre provisional– nombre a una legión de amigos para garantizarse la prolongación de su poder y un manantial de votos apesebrados.

          El gobierno está para servir, para solventar los problemas de la ciudadanía, no está para autorreproducirse y mucho menos para controlar y engañar a los ciudadanos y colocar a sus amistades: repito, eso es una aberración. Si la Constitución dice explícitamente que el Gobierno tiene que presentar los presupuestos anualmente, eso no es interpretable. No presentarlos es un nítido incumplimiento, un soberbio abuso de poder y un indignante ejemplo de cinismo, sobre todo cuando has afirmado y has exigido públicamente lo contrario.

          Jueces, medios de comunicación públicos, fuerzas de seguridad, ejército, empresas públicas, sanidad, educación… no son propiedad de los gobiernos… Son Estado y debieran funcionar con independencia del partido de gobierno, p. ej., con pactos de Estado obligatorios (los políticos tienen que tener obligaciones ineludibles o que se vayan a su casa) revisables cada cinco o siete años, que no coincidieran con las elecciones generales. Mérito y capacidad están por encima de la afinidad/empatía política. Hay que tomar medidas para librarse de la partitocracia corrupta: decisiones con los dos tercios de las cámaras… que hablen hasta acordar o que se mueran de hambre y de sed. La mediocridad no puede gobernar un país… Es evidente que el gobierno tiene que pedir responsabilidades… pero eso de poner y quitar cargos en el extrarradio de sus competencias es un absoluto disparate… Al obediente lo dejo y al díscolo, aunque lleve razón, lo quito del medio.

          Sé de empresas donde los herederos están por debajo, en sueldo y responsabilidades, de un particular, un profesional ético que sabe…

No puede ser que un líder se apropie de un partido; el partido es una pasarela para apropiarse del gobierno; el Gobierno es otra pasarela para apropiarse del Estado… Al final, el líder se apropia del Estado… ¡Hay que poner contrapesos YA!

          El Estado no es ni pazo, ni cortijo, ni masía, ni caserío de nadie… es de todos los españoles… Por eso hay que protegerlo. Tampoco son Estado los asesores. Partidos y políticos se han hecho un colchón mullidito y protegido para su beneficio exclusivo. Un partido no puede ser una empresa especializada en ganar elecciones. ¡¡El negocio es el negocio y el poder lo garantiza!! No, eso no puede ser. Los partidos están para SERVIR a la ciudadanía, a toda.

          Me decanto por la separación total Religiones-Estado, de la misma forma que defiendo la separación —diría nítida— Estado-gobierno. Los gobiernos tienen que tener contrapesos eficaces y, desde luego, no puede actuar como oposición de la oposición porque eso no es gobernar ¿Para cuándo un cursillo de Constitución y de Ética pública para ser gobierno? Algunos lo están pidiendo a gritos.