miércoles, 6 de noviembre de 2024

Hecatombe en Valencia


Portada Diario Córdoba 1/11/2024

Tengo interiorizado que cada vez que Pedro Sánchez se marcha de viaje es porque sabe que alguna cosa mala se cierne sobre él. Supongo que se debe a su fino olfato político, a la información privilegiada que recibe y al ingente ejército de asesores que le aconsejan.

               Comprendo que ampliar horizontes económicos y culturales, en el ámbito internacional es bueno para nuestro país, pero cada vez que lo veía junto a su esposa en la India, luciendo collares de flores o saludando desde un coche descapotable, pensaba para mí: “Algo malo le viene, malo malísimo”. Cuando Begoña acompaña a su esposo, sin razones claras evidentes o con razones claras inventadas, pienso: “Este se quiere quitar de en medio y la quiere quitar de en medio”. Es un beneficio mutuo. Imagino que todo está minuciosamente preparado. Viajan a la India –o a Fernando Poo- porque aquí, en España, lo tienen cada vez peor. Olor de multitudes a miles de kilómetros. Flores, fiestas y agasajos a un Pedro Sánchez investido pero sin legislatura y sin presupuestos.

               El 28 de octubre el Presidente inició su viaje, acompañado de su esposa, a la India. Hacía dieciocho años que un presidente español no visitaba aquella república. El día 29 el juez Peinado imputó a Begoña Gómez dos nuevos delitos: apropiación indebida e intrusismo profesional. No tengo apuntadas otras coincidencias similares que podría buscar, pero intuyo que la ausencia de Begoña y Pedro del territorio nacional, ante las nuevas imputaciones a la primera, no es casualidad. Más que desaparecer, creo que los esconden con su beneplácito. Para muchos intereses Sánchez es un BAP, bien a proteger.

               El mismo 29 por la tarde / noche ocurrió el desastre. A pesar de conocerse las gravísimas consecuencias de la DANA, el Congreso de los Diputados convalidó, el miércoles 30, el real decreto para renovar el Consejo de RTVE. El Gobierno sacó adelante así su particular receta, alejada del bien común, para ampliar los miembros del órgano rector y garantizar su dominio junto a sus socios parlamentarios. La mayoría Frankenstein se impuso y once vocales serán elegidos por el Congreso y cuatro por el Senado. Además, blinda que, en casos de bloqueo en los que no puedan alcanzarse los dos tercios de cada cámara, la renovación de esos consejeros pueda hacerse por mayoría absoluta en el Congreso. El texto ha salido adelante con 175 votos y el voto en contra del BNG. Se ausentaron de la votación PP, Vox, UPN y Compromís, se supone que en solidaridad con los damnificados de la DANA. Buena parte de España no comprende que el Congreso de los Diputados asalte los medios públicos para beneficio de unos pocos, al arrimar el ascua a su sardina informativa.

               Pese a conocer la alerta roja 13 horas antes de volar, Sánchez no usó el Falcon de emergencia que tenía en la India. El presidente del Gobierno no varió su plan de regreso a pesar de las malas noticias que llegaban desde España. El jefe del Ejecutivo evitó así estar en suelo español antes de que el miércoles arrancara la sesión de control en el Congreso. Para eso están los indecentes “salvadores de marrones” que crecen siempre alrededor de la Moncloa.

               Si a esto unimos los dimes y diretes entre el Gobierno Central y la Generalidad Valenciana, que si los voluntarios, que si lo pida, que si el ejército, que si la Confederación del Júcar, que si la alarma, que si la AEMET, que si la guardia civil y policía nacional, que si el director de la UME … y el despropósito de la visita de los Reyes, Sánchez y Mazón, el pasado 3 de noviembre, a la zona cero, … unido a las enormes dificultades para localizar víctimas y afectados, desaguar cocheras, revisar coches, limpiar hogares y avenidas, etc… nos sale una hecatombe gigantesca llena de muertos, desaparecidos, ingentes pérdidas económicas y una confrontación política que, en conjunto, generan un hastío descomunal hacía la mayoría de políticos que desgobiernan al país y a las autonomías. Y en medio de todo esto….¡¡¡Ni una sola dimisión!!! La respuesta está en el viento, la sociedad confusa, las soluciones irán llegando … la melé está servida y es la hora de achacar a los hotros lo que los hunos no pudieron resolver y viceversa.

               Objetivo político conseguido: bronca servida mientras la gente sigue oliendo a catástrofe, el corazón encogido y resulta imposible encontrar responsables. La ciudadanía tiene sus almas y corazones congelados ante tanta impotencia y tanto despropósito. Dan ganas de mandarlos a todos a la mierda o mejor: que cojan una pala, un cubo y una escoba y que durante un mes limpien el fango real pidiéndole perdón a los vecinos. A mi juicio merecen una buena penitencia entre social y laica.

            En mi cerebro queda que la clase política está en otras cosas y la ciudadanía no importa. Lo vengo diciendo: “Somos votantes, no ciudadanos”. Lo de RTVE en el Congreso con la tragedia ya iniciada es una vergüenza monstruosa; que Pedro Sánchez tuviera un calculado regreso de la India y no utilizara el Falcón vacío de emergencia resulta grotesco; que Mazón no haya solicitado la declaración de emergencia nacional y el Gobierno Central tampoco haya dado un paso para eso, indica una descomunal falta de sensibilidad y de vergonzosos intereses partidistas … Si las más de 200 víctimas y las que faltan por rescatar, cientos de miles de afectados, miles y miles de coches arruinados, multitud de personas y vehículos bloqueados en carreteras, falta de agua potable de alimentos y de medicación, carreteras cortadas, puentes inexistentes, escenario de devastación total, etc…..si eso no es una emergencia nacional….¿Cómo calificarlo? Hay que estar ciegos o ser imbéciles para no ver la soberbia ruina de unos pueblos y de sus gentes… La sensación de abandono ha convertido pacíficas personas en amotinados fanáticos; la estupefacción ha crecido como la espuma y los corazones laten paralizados. En un escenario prácticamente bélico, el ejército tenía que haberse movilizado de inmediato y las diferencias políticas y la burocracia se las pueden meter algunos donde les quepan. Por comentar algo positivo, me gustó ver a los Reyes aguantando el chaparrón de la gente. No me gustó nada la violencia de algunos. Se pueden y se deben exigir todas las responsabilidades políticas, judiciales, económicas, etc… que se quieran, pero nada de eso justifica la violencia que vimos por la tele.

               Y por favor, no intentéis escondernos a los voluntarios. Ellos con su presencia dieron calor en medio de tanta ruina y sirvieron de resorte para que los políticos se pusieran las pilas. Cuando todo esté algo mejor, reclamo la presencia de calles y monumentos a tanta buena voluntad y que recuerde las carencias de algunos. Todos los políticos no son iguales, pero parecen clones, con el alma de piedra, claro.

    Mi solidaridad – y otras cosas que no toca nombrar aquí – para todos los afectados por la DANA. Recordad, no estáis solos ni solas y siempre hay una grieta por donde asoma la luz.

lunes, 16 de septiembre de 2024

II de III: Reinado de Epigenio Fostén

 


Estamos en Gorgonia, país desarrollado y democrático. Esta es la historia de tres de sus gobiernos. Historia que flota entre las nubes, baja a las profundidades de la Tierra y marca estelas en el mar intentando abarcar un todo que se escapa. El poder puede destruirlo todo y ennoblecerlo todo. Hace diablos a los ángeles y es capaz de convertir a un hombre en un narciso o a una mujer en un diamante. Puede pudrir el alma y que lo negro sea verde y blanco al mismo tiempo. Las ansias de poder se alimentan con más poder, con soberbia y de una inmensa multitud de esclavos voluntarios sometidos al Gran Jefe, el cual asciende cada día a una grada más alta.

Sin embargo el verdadero jefe es aquel que se convierte en el primer servidor de la ciudadanía, el que procura la justicia y se ajusta a la ley con elevados márgenes de generosidad. Un buen jefe jamás divide al personal ni se aprovecha de su cargo. Tampoco se cree un mensajero del cielo. En él no anida la vanidad y el trabajo bien hecho le ayuda a ser humilde cada día y a seguir trabajando. Solo mejorar lo común copa su voluntad y ampara sus intenciones. El buen jefe es juicioso, escucha, se aproxima, no avasalla y jamás promete lo que no puede cumplir. El liderazgo se lo dan los de abajo de acuerdo con la empatía, respeto, comprensión y motivación que el jefe les inspire. En cualquier caso –ya que hemos perdido la inocencia- somos conscientes de que el poder rompe y corrompe todo lo anterior porque en las relaciones de dominio solo son intereses los que mandan.

No es casualidad que las líneas que siguen estén escritas en negro.

II de III: Reinado de Epigenio Fostén

Cuando Epigenio Fostén ganó las elecciones lo hizo a costa de prometer grandes cambios y de enmendar la plana a su antagonista político Atricio Cacherolo. Su primera acción política tuvo lugar a las pocas horas después de su triunfo electoral. De madrugada, tras consultar su decisión con un pulpo hechicero, reunió a la manada de asesores con carácter urgente y les dijo que como eran unos profesionales con precio, los mantendría a todos en sus puestos y que les doblaría el sueldo. Solamente exigiría la condición de fidelidad ciega su persona, a su proyecto y un exquisito secretismo profesional. Aquellos-as que no estuvieran de acuerdo, podían levantarse y despedirse ya, pero Epigenio les aconsejó quedarse. Con él, les seguiría yendo bien a todos ellos y a los familiares colocados a dedo por el presidente Cacherolo. No tenían nada que temer. Solamente, un hombre joven levantó la mano y, con timidez, se atrevió a preguntar: “Perdone, ¿lo puedo consultar con mi pareja?”. Epigenio, conocedor de la importancia de la mujer  y de la nueva posición que le esperaba como primer ministro, no desaprovechó la ocasión. Le respondió que agradecía enormemente la pregunta y que consultar con la pareja es cosa de buen juicio. En prueba de su magnanimidad les daría media hora a todos los asesores y asesoras presentes para que sus respectivas parejas los aconsejaran sobre quedarse o irse. Nadie se retiró. Todos se dejaron comprar y aceptaron las condiciones de Epigenio que se despidió advirtiéndoles de que a partir de este momento tendrían que invertir críticas por elogios, errores por aciertos, problemas por soluciones y lo que fuera diabólico transmutarlo en angelical. “Estoy convencido de que sabréis hacerlo porque sois profesionales y estáis bien pagados, así que ánimo. A ver cómo se me percibe en los medios mañana en la mañana”, les dijo. “¡Ah y, por favor, buscadme un par de eslóganes que enaltezcan mi victoria”!, les requirió mientras la escolta le aguardaba a la salida. Uno de los infinitos asesores dibujó, con pena y con sigilo, en su cuaderno una camelia, símbolo de los abolicionistas brasileños que lucharon contra la esclavitud a finales del siglo XIX. Estas preciadas flores requerían tantos cuidados como la libertad que estaban a punto de conquistar, explica Eduardo Silva, autor del libro “Las camelias de Leblon y la abolición de la esclavitud”. Aquel dibujante anónimo detestaba a Cacherolo y a Epigenio, pero –aunque se lo reprochaba a sí mismo- había que comer. En su interior sabía que nunca renunciaría a una opinión libre que sustituyera la propaganda por la información. Desde muy temprano, apagaba su voz con unas copas de más y un orfidal para dormir. En sus sueños veía a un Cacherolo y a un Epigenio vestidos de romanos armados con un látigo. Él, sentado junto a otros, todos encadenados, remaba en la galera a golpes de un tambor.

            Los cambios en el gobierno se hicieron siguiendo los caminos habituales. La victoria de Epigenio fue indiscutible y casi todas las ceremonias transcurrieron en los plazos, lugares y formas políticamente correctos. Los ministros salientes sonreían y gastaban forzadas bromas a sus colaboradores y ministros entrantes, aunque algunos, por su excesiva soberbia, la Ministra de Hacienda y el responsable de Interior, no se presentaron y enviaron a los Secretarios de Estado correspondientes. Su orgullo no les permitía que los medios tomaran imágenes pasando la cartera a sus “enemigos” políticos, personas indeseables y poco merecedoras de acoger tan altos compromisos, pero la respuesta de la ciudadanía había sido clara: aunque con fuertes tentaciones de quedarse, tenían que traspasar el gobierno.

            El cambio de presidente en el Palacio de San Suplicio Gozoso fue peor. Atricio Cacherolo salió a la puerta a recibir a su sustituto pero no bajó las escaleras, así que Epigenio Fostén, con chaqueta alusiva a los colores de la bandera nacional, tuvo que subirlas. Al llegar al final, tendió la mano a Cacherolo, momento que aprovechó Atricio para abrocharse el botón de la chaqueta. Aquella mano derecha de Epigenio quedó suspendida en el aire sin encontrar la de su oponente. Frunció el ceño mostrando desagrado pero rápidamente se recompuso y se abalanzó sobre Atricio envolviéndolo en un abrazo que este, sorprendido, no pudo evitar. Más que un abrazo fue un atraco político imaginativo y teatrero. Las cámaras captaron con detalle “la cobra” de Atricio y la respuesta de Epigenio. Tal para cual. Cosas de la política.

            Atricio reaccionó con reflejos y se fue hacia el interior del palacio. Entró el primero dejando a “su invitado” solo ante la puerta. Epigenio, sonriente, saludó con la mano a la prensa presente y decidió seguir a su no anfitrión. Cuando entró en la salita de las banderas y los sofás, lugar previsto para la entrevista de cortesía entre el saliente y el entrante, se encontró con que Atricio ya estaba sentado. Entonces a un señor vestido de negro, que no conocía de nada y que estaba de pie en una esquina del salón, le expresó su deseo de ir al servicio. Solo será un momento, le dijo. El otro, estupefacto, abrió una puerta y le pidió que lo acompañara. Epigenio tardó lo justo y cuando regresó a la salita Atricio ya no estaba.

            Acto seguido salió al exterior y se encontró a Atricio departiendo con los periodistas. Directamente pegó una voz que todo el mundo pudo oir y solicitó que le trajeran su coche. “Bueno, será mejor que vaya a recogerlo yo”, dijo. Se dirigió a los periodistas y con un “Encantado de saludarles, señores, que tengan un buen día” salió de allí con paso lento y la cabeza alta. Dos o tres de la prensa corrieron tras él y le preguntaron: ¿Qué tal la reunión, señor presidente? Epigenio, socarrón e irónico, les respondió: ¿Cómo estuvo la feria? Pues como se esperaba, hijos, como se esperaba y aceleró el paso. Ha sido una cacherolez, se dijo para sí, sin pronunciar palabra.

            Nunca jamás había habido en Gorgonia un mayor desencuentro entre presidentes. A los dos días se celebró en la Cámara de los Votos Perdidos el acto final del intercambio de poderes y el nuevo gobierno quedó instalado en su bancada forrada con los colores de la bandera nacional, según diseño de la pareja de Epigenio. La oposición contra-atacó exponiendo que no era de recibo que sus señorías colocaran sus posaderas encima de la bandera nacional. Epigenio, desde su escaño saltó hecho una furia y explicó que, con el tiempo, los colores se irían evaporando y los cuerpos de todo el Gabinete de Gobierno estarían impregnados de los colores de nuestra querida bandera. ¿Se puede pedir más?, preguntó apagando el micrófono.

            Las primeras cien horas de gobierno se emplearon en llevar a cabo parte de los grandes cambios prometidos. Lo que para unos era renovación e innovación, para otros fue una escabechina política. Por cuestiones de idoneidad, de confianza o de equilibrio emocional, se cambiaron a todos los secretarios del estado líquido, subsecretarios sólidos, directores generales de la nada, jefes de negociados absurdos, rectores de secciones y de líneas, directores de empresas estrambóticas, Servicio Nacional de Inteligencia torpe, Taller de Informaciones Sociológicas, embajadores afiliados al PLOF (Partido de la ley, el orden y los favores), militares Jefes de la Junta del Desastre Nacional (todos secuestrados por ascensos gaseosos indebidos), Director General de la Guardia Nacional y de la Policía Ciudadana, etc … No quedó ni rastro de los partidarios de Atricio en cargo alguno, salvo los funcionarios de carrera que solo manejaban papeles similares al higiénico. Por supuestísimo que los directores de la Radio y Televisión pública de Gorgonia, RTPG, fueron sacados de la órbita de la información y del poder y en su lugar entraron íntimos y obedientes fantasmas, amigos personales de Epigenio. Se reestructuraron Ministerios, se anularon algunas de sus ramificaciones y, para despistar, se crearon otras nuevas con nombres diferentes. Fue una invasión política en toda regla, salvo el equipo de asesores múltiples que, en bloque, decidieron seguir trabajando para el nuevo gran amo.

            Todos los cambios favorecieron a militantes del partido, bienaventurados del Camino Epigénico, amigos, bebedores de cerveza de la Estrella Fosténica, familiares, un 10 % de socios del Deportivo Matrix y enamorados de los galanes de noche. También cogieron buen enchufe la Asociación de Carpinteros Amañaos y la Sociedad Aturdida de Amigos de Encajes de Bolillos, entidades epigénicas hasta la médula. Los cambios no mejoraron para nada el funcionamiento de la administración. Todo siguió funcionando igual de mal. La formación, el conocimiento y la capacidad eran todos deméritos de los posibles candidatos. El único criterio para ser nombrado cargo digital de confianza era la intensidad de la obediencia debida al líder, al partido y hacer declaraciones en los medios enalteciendo la difícil labor del presidente. En el Consejo de Ministros, Ministras, Deslenguados y Deslenguadas, estas últimas de reciente incorporación, tenían prioridad los chistes y las difamaciones sobre la mala gestión de Cacherolo y de su banda de aprovechados. Todo cambió para que todo siguiera igual.

            La creación del macro Ministerio de los Despropósitos levantó toda clase de expectativas hasta en los sectores más críticos de la oposición. El personal pensaba que todas las propuestas ministeriales pasarían por el filtro de este ministerio para desechar todas aquellas iniciativas que tuvieran tintes de insensateces, de disparates o animaladas. La sorpresa fue inmensa porque para aquel gobierno del cambio las buenas ideas se sustentaban en las locuras, burradas y en las barbaridades delirantes. Se alegaba que se había gobernado mucho tiempo basándose en la vulgaridad y que la ciudadanía, aburrida, necesitaba asuntos que generaran controversias, experiencias y emociones fuertes. La gente demandaba “ideas potentes”, terremotos mentales, ejercicios que removieran las conciencias y las ideas. En todos los terrenos, una creatividad necia sin límites, sería la norma de referencia cotidiana y algo esencial para presupuestar y aprobar cualquier proyecto.

            El premio nacional de Literatura, dotado con 50.000 peseuros, se lo dieron a un señor analfabeto que hizo una poesía solo con monosílabos y dos dibujos que nadie consiguió descifrar. Fue su única obra. Ya no volvió a escribir ni a pintar nada más. Todo el gobierno habló de la genialidad del escritor. El de Pintura correspondió a una abuelita de 97 años que a la pobre le temblaba tanto el pulso que no conseguía pintar una línea recta de dos milímetros. Su pulso no era el adecuado para robar panderetas. Sus cuadros eran todos iguales con trazos quebrados, muy cortos, que subían y bajaban sin orden ni concierto. El premio “Gran Gorgonia” de Música fue el más sonado y recayó en un famoso chef de cocina que con cazos, cucharas, cuchillos, tenedores, paletas y otros útiles de cocina golpeaba, al azar, bajo los efectos de la cocaína, ollas, sartenes, cazos, fuentes de cristal y metálicas, vajilla de cerámica, etc, etc…La disarmonía total y la falta de ritmo fue lo que determinó la difícil decisión del jurado. Atrás quedaron una concertista de violín de 17 años que tocaba el piano desde los cuatro y un compositor de zarzuelinas, triunfador por medio mundo que había vendido más de quince millones de discos reeditados en vinilo y se tapaba sus vergüenzas con vestidos elaborados con chapas de refrescos y cervezas.

            Una de las medidas más exitosas fue aquella de la inversión fiscal. En el programa electoral Epigenio llevaba una medida terriblemente populista: le rebajaría los impuestos a la clase media y a las personas con las rentas más bajas y subiría los impuestos progresivamente a los más ricos del país. Una vez obtenido el gobierno, su equipo le aconsejó que debería de hacer lo contrario porque subirle los impuestos a los ricos le traería muchos problemas y repercutiría muy negativamente en su imagen política-pública, aparte de la posible y masiva fuga de capitales y fiebres financieras varias. Epigenio se reunió con sus colaboradores más íntimos y diseñaron una campaña para explicarle a los más necesitados y a la clase media lo bien que les iba a venir una subida de impuestos a la vez que se los bajaban a los más pudientes. Era lo que el país necesitaba y él, costara lo que le costara, estaba dispuesto a cambiar de opinión, por beneficio de todos, claro. Así que dio una amnistía fiscal a todos los defraudadores de la Hacienda Pública, siempre que la cantidad desfalcada superara los 25.000 peseuros. Por debajo de esa cantidad, la justicia seguiría actuando con la rigidez necesaria. Multinacionales, grandes fortunas, bancos, clubes de fútbol, inversores en bolsa, jeques y emires, etc… se vieron beneficiados por estas innovadoras medidas de gracia. “Si ayudamos a los ricos, el PIB crecerá, disminuirá el paro y aumentaran las inversiones” decían. Un sector de asesores, algo crítico, con el gobierno insinuó que si disminuían los ingresos por impuestos, la educación y sanidad públicas, junto a obras públicas y ayudas a la emigración podrían resentirse sensiblemente y eso no sería bueno para el país. El ministro de Desinformaciones Autorizadas les recriminó el comentario y les amenazó con expulsarlos del Club de Asesores Predilectos. Les aconsejó que trabajaran en un fantasioso informe que expusiera las mejoras de la educación pública, de la sanidad y de las vías habituales de comunicación, carreteras y ferrocarril. “Si a los ricos les va bien, a Gorgonia le irá bien y al Gobierno, mejor”, aseguró. También se tomaron medidas para favorecer fiscalmente a las regiones más ricas. Había que aumentar las diferencias. Eso de la igualdad era algo muy antiguo. Los ricos estarían de acuerdo con Epigenio por puro balance económico a su favor y los pobres dependerían más de él y de sus ayudas, así que todos contentos. Se trataba de hacer pedagogía, “vender su moto” y tranquilizar al personal. El mensaje era que todo iría bien. Que Epigenio y su gobierno lo tenían todo controlado y trabajaban por el bien común.

            En el panorama internacional las cosas comenzaron a complicarse desde que unos científicos, por azar, encontraron el método de producir algodón radiactivo. En unos laboratorios de Benirak, Occidente Medio, se irradiaron semillas de Gossypium lo cual alteró su ADN a pesar de estar protegido en el núcleo de la fibra de algodón. El algodón es celulosa pura, un biopolímero compuesto por moléculas de glucosa en forma de motas blancas de tejido suave, esponjoso y permeable al aire. Es un gran absorbente de humedad. Estas semillas sembradas, estimuladas por la radiactividad natural y un proceso algo extraño del que no se conocían bien sus mecanismos, daban paso a unas plantas que emitían partículas alfa, beta y gamma y el algodón se transmutaba en una especie de uralgodonio, celulosa radiactiva, en dos palabras. Fotones y neutrinos solares actuaban como aceleradores del proceso emisor. La oscuridad nocturna ralentizaba la emisión aunque se hacían visibles unos diminutos destellos de luz solo captados por sensores TERA- CMOS de última generación.

            Este descubrimiento polarizó parte del mundo hasta alcanzar niveles insospechados. El algodón radiactivo era un nuevo material con aplicaciones, previsiblemente, de gran interés estratégico y comercial. Un tejido usado como arma era una revolución total y un colosal negocio. La TIA, agencia de información de los Estados Fundidos de América se puso manos a la obra: ese invento tenía que ser controlado y explotado por ellos.

            Las campañas de intoxicación contra el gobierno de Benirak comenzaron de la peor manera posible: por medio mundo se empezó a decir que Benirak con ese algodón radiactivo estaba construyendo armas secretas de destrucción masiva y su presidente Hansjuan  Juselim era un depravado dictador asesino y enemigo del pueblo benirakí. Hasta entonces los Estados Fundidos de América y Benirak habían sido cómplices en multitud de escenarios internacionales pero la negativa de su presidente a compartir el descubrimiento con las Sociedades Científicas privadas de EE.FF. marcaron un antes y un después.

            El camino estaba trazado y unos extraños manifestantes asaltaron la embajada de los Molten  States of América. El personal diplomático pudo escapar por los pelos pero el edificio fue totalmente destruido a causa de una oportuna cerilla y unos cuantos bidones de gasolina. Los agresores hicieron todas sus necesidades en las banderas que encontraron y en las fotografías del presidente americano. Las campañas anti Hansjuan arreciaron. A las armas de destrucción masiva les unieron arsenales de armas cuántico-químicas y virubacteriológicas capaces de destruir a toda la humanidad. Las fotos realizadas por agudísimos satélites espía no admitían dudas de ningún tipo. Misiles intercontinentales facilitados por Sursia, cargados de gases cardiopáticos, peligrosísimas bacterias y gigavirus  supercontagiosos apuntaban a todas las capitales de la OTRANP, Organización Transparente para la Paz. Hubo algunos intentos de diálogo pero todos ellos fueron abortados por los Estados Fundidos, que se erigieron en el Gendarme Mayor del mundo. La invasión del país se hizo desde países amigos y desde el mar por medio de enormes portaaviones gravitantes. Miles de drones dirigidos por satélites oscurecieron el sol. La misión fue directamente a por el presidente Hansjuan, sus cuatro ministros fieles y unos pocos miles de soldados bien pertrechados que lo protegían. En tres días el país quedó en manos de una élite de nativos, marionetas y amigos de los invasores. Al pueblo le vendieron aires de libertad, de progreso y de bienestar. Todo iba a cambiar para mejor.

            A Epigenio le faltó tiempo para ponerse del lado de los ganadores. Ya previamente había enviado un viejo barco hospital para atender a las posibles víctimas de población civil, alimentos liofilizados, medicinas caducadas, ropas de mercadillos y algunas ambulancias escacharradas en desuso. También llegaron a Benirak 3.000 policías para formar a nuevos miembros de la Policía Democrática benirakí y varios miles de latas de aceitunas procedentes de fábricas amigas junto a un par de barcos llenitos de naranjas. Eso le valió una foto dedicada del presidente de EFA, que exhibía como una joya en su despacho de gobierno, y el rechazo de toda Gorgonia por haberse prestado a colaborar en una guerra entre un águila imperial frente a un mosquito mareado.

            En medio de tanto fervor guerrero se anunció la boda de su hijo, la cual impregnó el ambiente de cierto olor a podrido. El escandalazo resultó mayúsculo. Fue la típica boda de un nuevo rico con poder. La ceremonia se celebró en la iglesia del Monasterio de la Santa Pena porque la esposa de Epigenio, Jardala, era sobrina del jardinero que se ocupaba del mantenimiento de todos sus patios en aquella época. Aquello permitió inyectar algunos peseuros en los jardines y recuperar tres especies de setas en peligro de extinción, solo producidas en aquel monasterio.

            A la boda de su hijo, Adán –lo había llamado así por ser el primero- se invitó, como corresponde, a toda la familia, cercana y lejana, pero Epigenio, como hombre público tuvo que atender cientos de compromisos. Para él la boda de su primogénito formaba parte de su campaña electoral. Invitó a gente pop, gente in, gente guay y sobre todo, invitó a gente rica. Las pamelas, los modelitos de cachemir, seda de oro o shattoosh de famosos modistos fueron los predominantes en las señoras. Los hombres todos de frac con zapatos brillantes igual que el jaspe negro. De entrada los invitados no cabían en la pequeña capilla del monasterio por lo que hubo que habilitar pantallas gigantes en el Claustro de las Columnas Invisibles y en la Huerta de los pimientos atomatados, genuina especie conseguida por los monjes siguiendo las instrucciones de un manuscrito medieval. Hubo un orden preestablecido de importancia que los asistentes tuvieron a la fuerza que respetar: capilla, claustro y huerta. Cada silla era especial e iba pareja con el nombre asignado. Como curiosidad, Epigenio estaba orgulloso de haber pagado, a precio de oro, que no hubiera dos sillas iguales. Ni una persona estaría fuera de su sitio. Su hijo se merecía lo mejor y, desde luego, lo más extravagante. Comenzada la ceremonia se activaría un enorme campo antigravitatorio que haría levitar, según su peso, a todos los invitados que estuvieran sentados. Asistir a aquella boda sería una experiencia única.

            La boda se agendó por la mañana. El convite se celebró por la tarde noche pues todos, incluidos los novios, necesitaban cambiarse de indumentaria. Además entre el monasterio y el lugar reservado para comer había más de cincuenta kilómetros. Una empresa de seguridad se encargaría de mantener el orden y de controlar a los paparazzi más rebeldes. También de los móviles de los invitados. Se avisó de que ningún invitado podría pasar con su móvil al catering. A todos se les daría móviles de cartón sometidos a un potente perturbador de frecuencias para impedir llamadas y fotografías al exterior, por si a alguien se le ocurría atravesar lo permitido. Al terminar la ceremonia deberían de entregarlos para recuperar el suyo. A los dos meses, una vez publicados y cobrados los reportajes acordados, podrían pasar a recogerlos. Dos empresas asesoras de imagen personal ligadas a televisiones privadas tenían la exclusiva de todas las imágenes: una de la ceremonia religiosa, otra del catering. Los novios habían vendido su boda en dos paquetes para obtener mayores beneficios. En el catering todos deberían llevar vestidos fosforescentes pues era una comida a la luz de la luna. Los novios viajarían esa misma noche al espacio. Un enorme globo con los colores de la bandera de Gorgonia los trasladaría a un helicóptero blanco en forma de paloma. De allí pasarían a una base militar donde un super avión alquilado en los Estados Fundidos de América –casi una nave espacial- los pondría en órbita semigravitacional. Estarían dando vueltas toda la noche gorgonesa alrededor de la Tierra. Una experiencia galáctica para recién casados.

            Todo resultó novedoso y bien pero periodistas especializados en investigación tuvieron un chivatazo de que todos los gastos de la boda habían sido pagados por dos o tres empresas que habían obtenido sabrosos contratos públicos dados por el gobierno. Siempre la misma cosa: el gobierno concedía ayudas, subvenciones y contratos de servicios públicos y las empresas pagaban en especie: bodas, bautizos, comuniones, viajes, gastos de publicidad del partido en campañas electorales, alquiler de locales o sastres de Paris o Nueva York. A veces estas operaciones se realizaban por medio de testaferros o empresas deslocalizadas en paraísos fiscales. Siempre la misma cosa. El lujo en la boda del hijo de Epigenio fue excesivo, un derroche, un despilfarro, una ostentación pagada con dinero manchado. Al dinero de festejos no se le pudo seguir la pista demasiado bien, pero a Epigenio le crecieron los enanos –con todo el respeto para ellos- y la caja B del partido fue denunciada por un vengativo tesorero venido a menos que anotó hasta los cinco euros de un café que un día se tomó el presidente a cargo del partido. Todos los altos cargos del gobierno epigénico recibían sobresueldos en sobres con dinero en metálico. La mayor parte de este dinero provenía de grandes empresas: compañías aéreas, venta de armas a terceros países, grandes operadores de turismo, implicados en energías renovables, constructoras de puertos, aeropuertos, autovías y nuevas tecnologías del ferrocarril, etc…. Rodaron algunas cabezas del partido pero la cosa se paró al llegar a cierto nivel. Los nombres camuflados de los más altos cargos y la prudencia y lealtad de los cargos intermedios fue una barrera infranqueable para la justicia que siempre tiene que demostrar, probar, hacer evidente la culpabilidad sin sombras de ningún tipo. El partido quedó manchado y la imagen de los líderes, nacionales y regionales, se deterioró. Personas y partido perdieron credibilidad. Epigenio se fue acercando a un Epi decadente.

            Epigenio fue perdiendo apoyos, incluso dentro de su propio partido, y llegó un momento en el que tuvo que pactar con las FUERZAS NEFASTAS, un conglomerado de partidos minoritarios ajenos al bien común que ansiaban ser privilegiados. Les horrorizaba la igualdad. Estaban allí por garrafales fallos de la ley electoral consentidos por la generosidad de los demás territorios de la nación. Disfrutaban de más representación de la que realmente deberían ostentar. Acorralado, Epigenio se aferró al poder y empezó a conceder a los NEFASTOS competencias importantes del Estado. Lo que dijo que nunca haría lo comenzó a hacer: vendía Trozos de Estado a cambio de apoyos puntuales de las ambiciosas, perversas y siniestras fuerzas que solo pretendían alimentar su ego y aumentar su poder. La antisolidaridad se apoderó de todos ellos. Epigenio perdió la vergüenza, la ética, la estética y todo lo que tenía que perder a cambio de permanecer en el Palacio Presidencial de San Suplicio Gozoso. Se convirtió en un sinvergüenza integral junto con sus ministros, asesores, legión de enchufados, amigos, militantes y simpatizantes en primer grado. Epigenio llegó a no poder asomarse a la puerta de la calle. En los actos públicos le tiraban medusas, enjambres de ciempiés y excrementos de oveja. Le llamaban de todo. Por consejo de los suyos acudía a los medios amigos para que le hicieran entrevistas masajes. La prensa escrita afín le publicaba reportajes fakes que nunca lograron ni un miserable lavado de cara ante el tamaño de sus fechorías políticas. Sus malos hechos hablaban por él. Llegó a entrevistar él a sus propios ministros y colaboradores en una serie que llamaron “El genio de Epigenio”, pero nada logró mejorar su imagen. Solamente su corte de babosos lo adulaban y lo protegían porque su pan dependía de ÉL. Su personaje político –todo en él era puro teatro- se asoció a un maltrecho felpudo que todo el mundo pisaba a su manera. Hasta sus más allegados. Era un cadáver político. Un ocupa del poder al que todos sacaban favores, dinero o privilegios. Eso lo mantenía en el sillón.

            Llamó a la crispación. Y volvió la crispación como elemento cotidiano. Nos conviene crispar, decía Epigenio sin rubor en sus medios amigos. O conmigo o contra mí. Los malos y los buenos. La verdad contra la mentira. Los blancos y los negros, etc, etc……La separación, el continuo recuerdo a la guerra incivil, la división, el “y tú más”, el importa quién lo diga y no lo que se diga, los despropósitos, la envidia nacional, …, ya se sabe “a mar revuelta, ganancias de pescadores” “cuanto peor, mejor”, etc, etc.

            El asunto de utilizar a la Policía Ciudadana para investigar a gente de su propio partido y de la oposición le reventó los esquemas en una sesión parlamentaria. Era tal su ambición por el poder que desconfiaba de sus colaboradores más próximos. Las alcantarillas del Estado por donde circulaba demasiada agua turbia, hartas de tantas mentiras, soberbia y ambición –y un desafortunado no a una subida de sueldos-destaparon los depósitos de mierda y vapores purulentos con escritos firmados por Epigenio en los que ordenaba indagar en la vida privada de dos de sus ministros y en varios líderes de la oposición, así como empresarios, directores bancos y de periódicos. Aquello fue un misil certero a su estado de ánimo. Acorralado, enfurecido y en trance de una fuerte depresión convocó elecciones generales argumentando problemas de salud.

            Durante las semanas de campaña electoral, un grupo de periodistas críticos a Epigenio, con gran olfato político, agrupados bajo el slogan de “LA LUZ: Aquí y ahora”, dieron publicidad, todos los días, por tierra, mar y aire el siguiente artículo que, por su interés y trascendencia, reproducimos íntegramente:

            ¿Crisis? ¿Progreso? ¿Locura? ¿Realidad?  “A la luz de la luz: aquí y ahora”

Entendemos que vivir es un mix de conocimientos, desdicha, felicidad, súplicas, trabajo, preocupaciones, sentimientos, viajes, política, salud, experiencias, contradicciones, lo malo, lo bueno, etc. La mezcla es la esencia de lo cotidiano y a veces nos resulta difícil identificar lo fundamental porque, normalmente, se nos muestra contaminado y lo importante se confunde con lo urgente. Todo aparece formando parte de todo. Las conexiones dominan los espacios. Si son interesadas más. Mientras, las mentiras forman parte de cualquier verdad, lo blanco se combina con lo negro y las sombras se confunden con la luz tejiendo zonas de penumbra. Lo que, con toda claridad, es bueno para la Naturaleza y para la vida, por intereses de unos pocos, se convierte en un problema a la hora de intentar solventar las dificultades sociales o políticas. Ante la concentración de opiniones, ambiciones y desinformaciones, estos escenarios cristalizan en ilusiones mentales difuminadas, en desvanecidas nubes sin perfiles: existen pero nos resulta muy difícil interpretarlos y llegan momentos en los que ¡Ya no sabes a quién creer ni lo que creer! Lo sencillamente complejo ha sido sustituido por lo complicado de la sencillez. La perversa simplificación se vende para explicar lo complicado. Entendemos que tanta tergiversación, tanto retorcimiento, intenta que no lleguemos a comprender, y en ese maremagnun de falsedades no encontremos elementos de juicio claros para pensar por nosotros mismos. Casi todos nos mienten. Son unos embaucadores que pretenden que aceptemos sus mentiras como nuestra verdad, y sobre todo que seamos obedientes y sigamos sus consignas. Todos trabajan para convencernos, no de su bondad sino de la maldad del otro. La política ha pasado de ser el arte de lo posible al arte de la mentira marketinizada. A nuestro entender esto explicaría el éxito de los horribles populismos: mensajes directos al corazón o al estómago, concretos y políticamente correctos. La ciudadanía así siente experiencias, lo que en el fondo es más de lo mismo o incluso peor. Entienden una falsa verdad que sienten pero no son capaces de defenderla con argumentos. Política y pasión son malos compañeros de viaje.

            Armas tradicionales son y han sido: El poder, lo pícaro, lo válido, el implacable tesón, lo práctico, el brillo, la confusión, lo útil, nuestros peseuros, lo manejable, las imposibles promesas, lo reutilizable, la vivienda necesaria, las trampas, la agresividad disfrazada de pacifismo, el pisotón, la discriminación, el bofetón, la exagerada adjetivación, la envidia, el engaño, la intolerancia, el enfrentamiento, la frialdad, el sentimentalismo, el futuro bienestar, la insensibilidad, el avasallamiento, el aislamiento, la soberbia, el quítate tú que me pongo yo, el engreimiento, lo vacío, la imagen, el marketing, la psicología social, los terabig – data, el doble rasero, la falta de compromiso, la falsa solidaridad, el falso tusproblemassonmisproblemas, la tergiversación, el puro interés, el chantaje, el ocultamiento, el insulto vestido de alabanza, etc.

            Resultaría difícil, muy difícil, establecer una priorización y mucho menos una clarificación de estos componentes en una situación cotidiana o ante un problema social. Se encargan de que esto sea imposible. Pero es terriblemente fácil darse cuenta de que lo que nos rodea contiene significativos porcentajes de todo lo anterior. Siempre lo hubo en el mundo. Siempre existió. Pero hoy parece estar más presente que nunca. Así nos hablan de: Tigres disfrazados de payasos que inauguran cementerios. Reuniones de focas ordenadas y sentadas que se dan la palabra cuando el semáforo se pone verde. Fábrica de ideas enlatadas con precinto de garantía y con fecha de caducidad. Iglesias llenas de pájaros sentados con botellas de butano amarradas a la espalda. Cuerpos acostados en catres sin somier y sin colchón, sólo con sábanas. Pensamiento único. Escuelas llenas de paja esperando que lleguen los burros. Farmacias que venden menús de cócteles venenosos. Barcos con patas de avestruz que sustituyen al metro y al centímetro. Bolígrafos en estado de catalepsia. Uñas que crecen hacia dentro. Ballenas que incendian montes. Partidos de fútbol jugados entre serpientes con pelotas de granito… ¡No os preocupéis, todo va bien, todo es normal¡

            Elefantes que caminan por los hilos del teléfono llevando cada uno una palabra. Enamorados condenados a desenamorarse por tribunales de águilas. Latas de comida para el 3.500 donde los conservantes totalizan el 95 % de su contenido. Inútiles que legislan, gobiernan y dicen todo lo que se les ocurre a través de una cebolla cableada. Robots vestidos con corbatas y papel higiénico haciendo el amor a un bidón de gasolina. Traficantes de droga repartiendo cuadros de Picasso y Goya entre buitres con pajarita y frac. Arquitectos que construyen hormigueros y panales para abejas de plástico. Presidentes y ministros vendiendo hamburguesas metálicas caramelizadas. Guitarras que tocan solas cuando se les sopla por una clavija. Manzano repleto de jeringas colgantes. Palabras sin letras. Cielo sólido. Políticos reptiles que quieren escribir la Historia.

            No os preocupéis, todo va bien. Todo es normal. El tiempo camina a nuestro favor.

            Hospitales convertidos en supermercados de enfermedades, banqueros transformados en hortelanos ladrones que trafican con miles y miles de patatas en metálico, periódicos con hojas de cemento, luz oscura, sol frio, nieve negra. Mares como sepulcros líquidos, ministros terroristas, llaves de azúcar. Granjas de tijeras medianas y pequeñas que hablan solo en inglés. Mesas sin patas. Ojos sin cara. No temáis. Todo va bien. Todo es normal. El tiempo avanza a nuestro favor. No hay problema. Estamos trabajando. Lo tenemos todo controlado. No pienses, vive la vida. Yo me ocupo.

             Epigenio montó el circo electoral y le crecieron los enanos, con el mayor respeto para estas personas. Lo que le parecía imposible sucedió: perdió las elecciones porque consideró que el pueblo era un perfecto idiota que podría dominar a su antojo. Por fortuna la gente aprecia y diferencia la verdad de la mentira. Su comportamiento como gobernante fue el de un capullo integral, un genuino e imbécil matón del tres al cuarto. Y tuvo que dar paso a Diamantina.

 


miércoles, 4 de septiembre de 2024

I de III: Dominio de Atricio Cacherolo

 

Gorgonia despoblada. Sierra de Matrix, 2014. (a)

Estamos en Gorgonia, país desarrollado y democrático de la UEPHN. Esta es la historia de tres de sus gobiernos. Historia que flota entre las nubes, baja a las profundidades de la Tierra y marca estelas en el mar intentando abarcar un todo que se escapa. El poder puede destruirlo todo y ennoblecerlo todo. Hace diablos a los ángeles y es capaz de convertir a un hombre en un narciso o a una mujer en un diamante. Puede pudrir el alma y que lo negro sea verde y blanco al mismo tiempo. Las ansias de poder se alimentan con más poder, con soberbia y de una inmensa multitud de esclavos voluntarios sometidos al Gran Jefe, el cual asciende cada día a una grada más alta.

Sin embargo el verdadero jefe es aquel que se convierte en el primer servidor de la ciudadanía, el que procura la justicia y se ajusta a la ley con elevados márgenes de generosidad. Un buen jefe jamás divide al personal ni se aprovecha de su cargo. Tampoco se cree un mensajero del cielo. En él no anida la vanidad y el trabajo bien hecho le ayuda a ser humilde cada día y a seguir trabajando. Solo mejorar lo común copa su voluntad y ampara sus intenciones. El buen jefe es juicioso, escucha, se aproxima, no avasalla y jamás promete lo que no puede cumplir. El liderazgo se lo dan los de abajo de acuerdo con la empatía, respeto, comprensión y motivación que el jefe les inspire. En cualquier caso –ya que hemos perdido la inocencia- somos conscientes de que el poder rompe y corrompe todo lo anterior porque en las relaciones de dominio solo son intereses los que mandan.

No es casualidad que las líneas que siguen estén escritas en gris.

I.- Dominio de Atricio Cacherolo o historia de una Cacherolitis aguda en Gorgonia

Después de cuatro años de gobierno de Atricio Cacherolo, las consultas a psicólogos y psiquiatras aumentaron en todo el país de forma drástica. También las ventas de antidepresivos, estimulantes y analgésicos. Gorgonia era un enorme hospital mental. Una red, perfectamente estructurada desde las oficinas del palacio presidencial de San Suplicio Gozoso, alimentaba los malestares y los bienestares de la ciudadanía con una indiscutible maestría polarizadora. Los bienestares, lógicamente, correspondían al conjunto de sus afines ideológicos, familiares y amigos y los malestares se asociaban a la totalidad de sus adversarios políticos a los que consideraba enemigos de Gorgonia, de la democracia y, por tanto, sus enemigos también. Estaba claro: ÉL era Gorgonia y la democracia. El trato que les dispensaba era como si fueran miserables traidores apestados. El foco principal de dónde nacían todo tipo de eslóganes y consignas estaba formado por un nido de infinitos asesores expertos en bulos, mentiras, ingeniería jurídica, blanqueamiento sobrenatural de errores propios y de terroristas confesos y despiadada destrucción de los aciertos de la oposición. El siniestro rincón de aquel gobierno era reconocido como el paridero, con todo el respeto que la bella palabra de parir se merece. El término paridero, en este caso, pretende ser un ripio lingüístico con matices peyorativos. Ese ejército de ayudantes, esclavos del pesebre y de ÉL, era más eficaz que un elenco de militares de élite equipados con armas de última generación. Utilizaban la palabra y las grandes series estadísticas, aparte de los terabigdata y la IA, para sus abyectas investigaciones. Esa banda de abducidos por la plata, el poder de influir y la personalidad del líder (periodistas, sociólogos, psicólogos, matemáticos, oradores, informáticos, historiadores, diplomáticos, científicos, expertos en comunicación corporal, economistas, politólogos, modistos, peluqueros, etc, etc) estaba constituida por asuntos y lugares.

            Había un grupo por cada país del mundo con los que Gorgonia mantenía relaciones. Lo primero era el interés personal de Atricio. Luego había que diferenciar –aunque a veces coincidía- lo diplomático de lo comercial. Atricio Cacherolo, a pesar de haber copiado su tesis doctoral acerca de los ajos blancos y el comportamiento de las hormigas, sabía de la importancia del dinero y anteponía lo comercial a cualquier otra cosa, incluyendo las sabrosas comisiones en criptomonedas que sus círculos de colaboradores -segundos, terceros o cuartos- le ingresaban en las catorce cuentas que tenía abiertas en la República de Panamenos, lugar donde mandaba con mano férrea un prestigioso dictador de izquierdas. Estos grupos de politizados profesionales –cautivos hechos ricos e influyentes por comulgar con el poder- eran auténticos mercenarios vendidos al mejor postor. Una vez a la semana se reunían por continentes porque, si interesantes eran las informaciones sobre países concretos, más interesantes eran las interacciones acaecidas en un mundo globalizado. La información era su diosa, su becerra de oro. La manipulación, su oficio. Básicamente: ocultar y deformar lo malo y difundir y exagerar lo bueno de un Atricio, ansioso y ambicioso, abducido por el poder y sus pompas. El poder era un fin en sí mismo que empezaba por ÉL y terminaba en ÉL.

            Otro grupo más numeroso de consejeros era el creado para analizar la política nacional, columna vertebral de toda su autocracia. Gorgonia estaba dividida en catorce regiones así que había catorce grupos, uno por región, compuesto por doce personas cada grupo. Toda la información significativa que generaban estas regiones, fueran redes sociales, prensa escrita, radio o televisión era analizada por potentes supermegaprocesadores capaces de analizar millones de instrucciones por segundo o MIPS (millions of instructions per second). Este sistemabig de la gigainformática estaba instalado en el refugio nuclear de que disponía el palacio de San Suplicio Gozoso y había sido pagado con fondos desviados de la UEPHN (Unión Estratégica de Países del Hemisferio Norte). El dinero vino para hacer carreteras y el gobierno de Atricio, siempre tan listo, lo justificó diciendo que había construido autovías. Evitó aclarar que se trataba de autovías de la información para su uso exclusivo. Sin ningún tipo de auditoría ni de un mínimo control, la UEPHN dio el visto bueno a las facturas presentadas.

            El bigsistema, automáticamente, generaba varias veces al día informes globales resumidos –tanto nacionales como internacionales- con aquello que consideraba de mayor interés o que tuviera repercusiones graves para el gobierno, previa introducción de las preceptivas prioridades y órdenes. Podía sacar conclusiones válidas y útiles de los trillones de gigabits analizados. Los bigdata habían empezado a quedarse atrás y se comenzaron a sustituir por paquetes super de BIGDATA –Bigdata rellenos de bigdata- mucho más eficaces para obtener resultados fiables sobre cualquier aspecto analizado. Evidentemente, aparte de los varios informes diarios, el gobierno central de Gorgonia podía solicitar información sistematizada sobre cualquier tema de su interés: así por ejemplo, en el ámbito nacional, a modo de prueba, le encantaba saber los kilogramos de miel recogida anualmente en Los Pedroches, el número de trabajadores que cobraban el paro en el municipio masbarro de Estaeseta, lo que se gastaba una rica rusa en joyas en Bellamar durante un año, la cantidad de botellines de cerveza Luzcampo que se habían consumido en un día en Gorgonia o cuantos gorgonenses y gorgonensas habían utilizado la tarjeta de crédito AVIS en Nueva York o en Tokio. Si conocían la información más nimia, hemos de suponer que en sus redes caían todas las importantes.

            Era tal el control que también podían saber el número de pares de zapatos que se habían vendido en un día en la región de Parasolia, el IVA ingresado por el gobierno autónomo de Sivaspoco, los millones de peseuros que se despilfarraron en subvenciones públicas a Katarlinia o los manifestantes que se reunieron para pedir que los preservativos corran por cuenta de la seguridad social. Particularmente interesante, y sabroso, era enterarse de los ataques de cuernos consolidados entre famosos, fraudes a la hacienda pública –sobre todo de miembros de la oposición y familiares o de personas poco patriotas- o conflictos de poder entre las grandes empresas y, en concreto, de los bancos. Las movidas de los bancos eran un bocado exquisito para el gobierno de Atricio. Todo tipo de chismes y noticias se almacenaban para darle salida en el momento adecuado, de la forma adecuada, por el medio adecuado y la persona adecuada. La principal técnica utilizada era la deformación. Imperaba el paradigma de que las noticias son de plastilina y había que moldearlas para que el Gobierno saliera siempre airoso. Aquellos que les llevaran la contraria se hundirían en la miseria moral y política y serían clasificados como torturadores fangosos de la democracia. “Mientras más nos contraríen, más alto será el nivel de mierda que les envuelva. Esa será nuestra mejor estrategia”, comentaban.

            De lo nacional se sabía todo de casi todo y casi todo en tiempo real. Eso proporcionaba a Cacherolo una información privilegiada que rápidamente él y su equipo de aborregados ministros, jefes de negociado, subsecretarios, directores generales, etc convertían en poder y en armas arrojadizas contra la oposición. Por debajo del presidente estaba el Conductor Regente del Gabinete de Prensa, llamado cariñosamente por los suyos el “bulosdirector”, auténtico genio de la especialidad. Sus subordinados, los magos de las palabras reflejaban los hechos en unos espejos convexo-cóncavos, similares a los que se exhibían en algunas ferias, hasta convertirlos en irreconocibles. Elaborados los textos se pasaban a la sección de encantadores de imágenes los cuales en su laboratorio hacían maravillas con programas de inteligencia universal, inundando los medios y las redes de un mundo virtual falso, embutido en embustes, calumnias y subterfugios. Costaba muchísimo trabajo, tiempo y paciencia informarse de algo que no le interesara al gobierno.

            En lo internacional tenían que conformarse con los propios servicios de inteligencia, el SNI, los servicios de inteligencia de países amigos, informes solicitados a los políticos embajadores –los diplomáticos habían sido sustituidos por amigos o compañeros-as de partido- y algunos resúmenes de agencias que el sistemabig facilitaba según programación. De países concretos se controlaba sibilinamente cualquier información por pequeña que fuera. El objetivo prioritario era no molestarlos. Con los Estados Fundidos de América, EFA, se tenía una consideración especial por ser la primera potencia mundial, inmensamente rica y con una poderosa agencia de información. La TIA, Taller de Inteligencia Autónomo, podía crear verdaderos problemas hasta a sus propios presidentes o generar una guerra brutal lejos de su país con montajes falsos y sin ningún motivo que la justificara. Con los EE.FF. había que llevarse bien sí o sí. También con Ruecamar, país vecino que disponía de información confidencial del presidente y su entorno más íntimo obtenida por medio de siniestros métodos e inconfesables intereses. Por otro lado estaba el asunto de las pateras repletas de emigrantes que Atricio controlaba con grandes reverencias al Soberano Emperador ruecamarí, dinero en inversiones millonarias, material militar y total vista gorda en asuntos de derechos humanos. Además los habitantes ruecamaríes gozaban de un trato excepcional cuando venían a ocupar en Gorgonia puestos de trabajo que los naturales se negaban a poblar. Micazuela era otro país por el que Atricio sentía veneración. Existían tres lazos íntimos: Uno era ideológico, pues su socio de gobierno, el partido FUMAR, era forofo del régimen populachero inmaduro micazuelano y claro no era cuestión de romper tan pragmática coalición. Luego, existía otra razón sentimental que era la relación del nombre del país con su apellllllido. Joder, Cacherolo y Micazuela son primitos hermanos como utensilios de cocina. Alguien apellidado Cacherolo tenía que ser amigo de un país que se llama Micazuela, independientemente de que su gobierno diera golpes de estado u ocultara actas electorales que dan la victoria al adversario político. Los amigos y la familia política van siempre antes que cualquier persona o tema del partido opositor. Si además tenían coincidencias de nombre en útiles culinarios, la decisión no necesitaba una bola de cristal para ser tomada. El tercer lazo era una convergencia política-económica pues un expresidente de Gorgonia, el señor Zap Atillas, Pantuflillas para los amigos, compañero de partido de Atricio, era uno de los principales apoyos internacionales del gobierno de Micazuela. La relación mafiosa - económica tenía mucho que ver con una misteriosa descarga nocturna de centenares de maletas en el aeropuerto de Matrix, capital de Gorgonia, procedente de Carracas, capital de Micazuela, en presencia del ministro Ávila, mano derecha de Atricio Cacherolo. Las malas lenguas hablaron de maletas rellenas de oro y de dinero. Otras fuentes dijeron que contenían envases con virus concentrados de populismo bananero. Nunca se explicó nada. Sobre este tema y otros tantos el gobierno echaba cada día capas de banales noticias y eventos insípidos hasta que el asunto comprometedor quedaba sepultado por toneladas de notinmundicias facilitadas por los sepultureros de la transparencia, los cuales se ayudaban de una especie de cuervos amaestrados que la devoraban como un manjar exquisito.

            Estaba claro que lo principal era controlar la información porque había que proteger al pueblo y ganar el relato. Ese era uno de los grandes objetivos de Atricio: que no fluyera agua nada más que de su propia fuente y que la mente de la gente solo fuera alumbrada por ÉL, un presidente Sol a modo de faraón que ha viajado en el tiempo. “Hay mucha gente mala que os pretende engañar”, decía, “y más los pseudoperiodistas caga noticias, bonitos son. Trabajan en los mierdamedios que aspiran a desinformar al país, a mis votantes y a mis simpatizantes, y claro, yo que soy la democracia encarnada, tengo que velar por la seguridad informativa de mi indefensa gente. ¡Somos víctimas de oscuros intereses que intentan derrocarnos! Yo y mi familia estamos los primeros en la lista, decía el populista Cacherolo lamentándose. Si yo caigo, caeréis todos vosotros. Andad vigilantes para que el espíritu de nuestros enemigos no se apodere de vosotros”.

            Por desgracia ÉL, Atricio era uno de los que daban pescado a la gente y le horrorizaba enseñar a pescar, porque eso suponía la independencia del personal, un propio proyecto de vida, y temía mucho a la libertad de las personas. Era muy hábil manejando la esclavitud política. Si los ciudadanos conseguían autonomía eso conllevaría que él y su entorno inmediato se verían amenazados por la camisa de fuerza de la soledad al no sentirse necesitado por la gente. Si las familias tenían la oportunidad de buscarse la vida por su cuenta ¿qué pintaba ÉL allí? Sería su muerte política. A la gente había que hacerla dependiente de las ayudas públicas. Mientras más dependencia más votos para Atricio.

            Tenida y depurada la información que le beneficiaba, el siguiente paso era reproducirla, divulgarla, enviarla y amplificarla. Los medios cacherolistas, que eran medios de todos administrados en exclusividad por su gobierno, reproducían los mensajes, eslóganes y consignas a los cuatro vientos y a todas horas. Su objetivo era claro: el relato de Atricio Cacherolo era el único relato veraz, el único creíble. Todos los demás relatos eran basura, fango, podredumbre, bulos e información purulenta. Atricio y todos los suyos eran gente honrada, trabajadora y estaban en posesión de la purísima verdad. Además eran víctimas de las sinvergonzonerías de los que no pensaban como ellos. Pensar en soluciones o ideas diferentes a las de Cacherolo era traicionar al estado, una actitud antipatriótica total.

Gorgonia despoblada. Sierra de Matrix, 2014 (b)

            Esa política de crispada polarización mantenida en el tiempo, ampliada y difundida, en las campañas publicitarias de viajes insólitos a selvas y desiertos, en la venta de cocos emborrizados con miel o en concursos de chorizos rellenos con arena en las ferias de ciudades y pueblos, dividió a Gorgonia en dos. Sectores importantes de la sociedad se polarizaron, se dividieron, se crisparon y se encabronaron. Muchos hijos dejaron de hablar a sus padres, grupos de amigos desertaron de juntarse a cenar, hermanos se salieron de los grupos de Palagram y Kédiram, parejas de heteros y homos se separaron simplemente por discutir si llevaban la compra en una bolsa de papel o en una de plástico …. Los vecinos empezaron a cambiarse de acera para no saludar a vecinos que habían manifestado ideas no coincidentes con las suyas… Gorgonia, en palabras de Cacherolo, se tenía que dividir en dos porque los patriotas demócratas no pueden compartir nada con antipatriotas que quieren cargarse la democracia y desean la desgracia del pueblo. Los carnés de genuinos demócratas se autorizaban en los talleres de San Suplicio Gozoso bajo la vigilancia del Comité de Amigos de la Democracia, presidido por el ministro de Justicia, el señor don Perfecto Leal y Buñuelos. Había tres formas oficiales de obtener el carné de demócrata: (1) Apuntarse al partido de Atricio y pagar religiosamente las cuotas. La obtención del carné era inmediata al pago de la primera. (2) Enseñar el voto voluntariamente al interventor del partido, presente en la mesa, en cada convocatoria electoral. (3) Oponerse, al menos diez veces en un mes, en las redes sociales a las opiniones que fueran contra el gobierno atriciano. Esta opción tenía la posibilidad de contactar con expertos para que te aconsejaran una frase de impacto o un comentario irónico.

            Las reglas sociales cambiaron de tal manera que los padres no querían que sus hijos estuvieran en clase con hijos de padres clasificados como antipatriotas, no fueran a contagiarse de sus nefastas ideas. Maestros y maestras fueron inspeccionados por puritanos inspectores democráticos para determinar su ADN político porque la antidemocracia y el machismo eran un virus que inoculaba la oposición a los desamparados menores de edad por medio del magisterio. En las consultas médicas pasaba exactamente igual: Como este médico no piensa “en coordenadas atricianas” es un mal médico y un antipatriota que debe ser cesado de su puesto y enviado a un barrio donde se reúnan todos los antipatriotas. Hay que levantar un muro entre nosotros, la democracia, y los gorgofascistas que nos la quieren arrebatar.

            En numerosas tiendas, antes de comprar nada -zapatos o camisas- te hacían un test sectario de pureza democrática con un megateradetector de mentiras. Si lo pasabas, te vendían. En caso contrario te decían que eras persona non grata y que te fueras a otra tienda. En los restaurantes, siempre con cita previa, te advertían de la necesidad de presentar el carné de demócrata porque recibían una subvención del gobierno por el número de ciudadanos acreditados que comían allí. Así que dividieron con paredes su local en dos: una A indicaba el lugar donde comían lo antipatriotas y una D era la señal del salón reservado para los que tenían carné de demócratas. Si se llenaba el D, rápidamente sustituían la A por otra D. El negocio era el negocio.

            En los locales religiosos ocurría casi lo mismo. Los bancos de la derecha tenían una gran A y los de la izquierda una enorme D, pero Atricio-presidente sabía lo peligroso que podía ser tener problemas con las religiones o con Dios. El caso es que autorizó a que los responsables de los templos, previa donación mínima de quince peseuros, dieran carnés de demócratas con fecha de caducidad. Tendrían que renovarse cada semana. Así, en los oficios religiosos se podían ver juntos a demócratas al lado de ricos antipatriotas. Otra posibilidad admitida fue que las funciones religiosas se celebraran en diferentes días o en diferentes horarios. Los oficiantes tuvieron que celebrar para patriotas y para antipatriotas. Así se evitarían mayores problemas. Por supuesto, la liturgia de la palabra tendría que ser necesariamente diferente. Decían a cada cual lo que querían escuchar. Como anécdota, en las sesiones de los demócratas, salía un elegido-a y públicamente solicitaba la conversión de antipatriotas a demócratas. La gente no sabía que el 50 % de lo recogido en el lavado de imagen de los antipatriotas iba a parar al bolsillo de unos guardias gubernamentales encargados de mantener el orden dentro de los templos. A cambio de todos estos shows las religiones pagaban un 10 % menos en sus declaraciones de rentas.

            Lo más duro de todo ocurrió en el edificio del Congreso de los Elegidos. Atricio Cacherolo cumplió su palabra por primera vez y levantó un muro físico en el interior del Palacio de la Democracia. A todos los parlamentarios que no apoyyyyyaron su investidura, sacada por la mínima con la ayuda de las fuerzas políticas destructoras de lo común, los colocó al otro lado de una cristalera. Esa humillante decisión tomada por mayoría simplísima hizo que los elegidos –llamados perversamente antipatriotas- abandonaran el hemiciclo, pero a las tres semanas volvieron porque se dieron cuenta de que su presencia –aún detrás de aquellos cristales- era mucho mejor que su ruidosa ausencia. También colocaron dos micrófonos, A y D, para los oradores, y pintaron de diferentes colores los sillones donde sus señorías colocaban sus posaderas. Los lugares reservados a Atricio y a sus apoyantes –alguno chirrió- irían coloreados con los colores del Arco Iris. Los de la oposición tendrían tapicería negra, como su porvenir. Además se hicieron las obras pertinentes para que los sillones de la oposición estuvieran en un nivel más bajo. El laboratorio de pensamientos humillantes trabajaba a pleno rendimiento y no dudaba en aprovechar cualquier oportunidad, por pequeña y desastrosa que esta fuera, para ungir y subir a un gobierno déspota y desequilibrado. Todo se hacía en nombre de la sacrosanta democracia y por el bien de Gorgonia, únicos intereses que Cacherolo no se quitaba de la boca, hasta tal punto que le salió un callo en la lengua en forma de D.

            En los campos de fútbol, en las peluquerías, en las entradas al cine, en las bibliotecas, en los invitados a un plató de TV, en las citas de Hacienda o en la Seguridad Social o una tienda de pizzas se impuso el modelo de Atricio Cacherolo. Carné, carné y carné de ser demócrata para que te atendieran con naturalidad y neutralidad. Los no – carné, paciencia y a esperar. Esos formaban parte de otra cola. Cacherolo y sus apesebrados seguidores, que presumían de defender la igualdad durante décadas, impusieron la desigualdad por norma atendiendo en exclusiva a sus intereses políticos para seguir atornillados al poder.

            El ambiente social en Gorgonia era pura esquizofrenia. Todos los sectores estaban polarizados, nadie se fiaba de nadie. Un papel en el suelo o el ladrido de un perro se calificaba como algo de extrema izquierda o de derecha extrema. El papel en el suelo se asociaba con alguien de extrema izquierda que no es capaz de hacer lo que predica, mucho hablar de ecología y poco hacer. El ladrido de un perro, fuera a la hora que fuese y por la razón que fuese, se producía por un indecoroso maltrato animal de gente de derechas. Todo, absolutamente todo se politizaba. Si era la calima de un día había gente que decía que el gobierno había sembrado la atmósfera de un no sé qué. Que era una risa espontánea en un bar, entonces resultaba que alguien se cachondeaba de la bandera de Entre Madera, región de Gorgonia exportadora de papel. La concentración de histéricos, perseguidos, maniáticos, hiperactivos, hedonistas, fumados, esquizofrénicos, alienados, alineados, dementes, enajenados, excitados, acosados y pasados de la raya aumentó de tal manera que el ambiente resultaba irrespirable. La máxima concentración de locos victimistas por metro cuadrado se daba en el entorno político de Atricio y en las proximidades de su residencia oficial, rodeada de varios barrios residenciales donde vivían sus más fieles adictos. Tenían que morar cerca por si el dios Atricio necesitaba su presencia. Al fin y al cabo todos y todo tenía que estar a su servicio.

            La situación de crispación e irritabilidad impregnó al propio gobierno de coalición entre el PSG, Partido Subrealista de Gorgonia, y el partido FUMAR. El pacto saltó por los aires debido a tres diferencias: (1) El PSG era partidario de una Monarquía Republicana mientras que FUMAR quería una República Monárquica. Nadie supo explicar muy bien las diferencias, pero la fisura se convirtió en rotura. (2) El segundo motivo fue que FUMAR quería convertir las horas de trabajo en horas de 50 minutos sin rebajar el sueldo, mientras que para el PSG las horas de trabajo deberían contener 55 minutos. Esos cinco minutos resultaron insuperables. La grieta en la coalición se amplió. La última y tercera razón fue un ataque de celos entre la vicepresidenta primera, del PSG, y la vicepresidenta segunda, de FUMAR. Según Yo Landa, segunda vice, el presidente Atricio Cacherolo prestaba mayor atención a la primera cuando estaban delante de las cámaras de televisión. Eso era algo que FUMAR no podía consentir. Era una humillación y un trato desigual a la mujer que ella llevaba dentro.

            Los demás socios del gobierno criticaron abiertamente los negocios que Iluminada Gomá, mayordoma del presidente Atricio, había realizado bajo el paraguas de la Con Pluto Mas Universidad. Nada ilegal, al parecer, pero su imagen y la del presidente –como posible cómplice involuntario- habían quedado por los suelos: Ética y Estética se vistieron de luto en el Palacio de San Suplicio Gozoso. Varias irregularidades financieras de Pocholo Cacherolo, cuñado del presidente, vinieron a hacer más grandes las sombras que rodeaban a Atricio. La gota que colmó el vaso fueron las voces que llegaron al Palacio Presidencial de San Suplicio Gozoso desde diferentes gobiernos regionales en manos del PSG. Cansados de las arbitrariedades de Atricio -tenía cogido al PSG por salva sea la parte- hicieron llegar al presidente su oposición a romper la igualdad entre los diferentes territorios que componían la Gorgonia actual. De ninguna manera se podía beneficiar financieramente a una de las regiones más ricas a costa de las más pobres. Eso era una vergüenza colosal y un despropósito galáctico. Los Presidentes territoriales del PSG chillaron y chillaron y chillaron como nunca antes lo habían hecho. Con la coalición de gobierno rota, los apoyos de la cámara de congresistas tibios o casi nulos debidos a los escándalos íntimos y la oposición interna dentro de su propio partido por los numerosos favores económicos y políticos concedidos a los xenófobos katarlinares, Atricio, a pesar de su tremenda resiliencia, tuvo que convocar elecciones ordinarias integrales.

            El plebiscito lo perdió Cacherolo con un PSG hundido. El escrutinio dio entrada en el gobierno de Gorgonia a los que Cacherolo consideraba antipatriotas y enemigos. Ninguno tenía el carné de demócrata que ÉL otorgaba por gracia de su graciosa persona.

sábado, 24 de agosto de 2024

Puigdemont, Illa y la financiación singular

 

Carlos Puigdemont, hace unos meses.

Intuíamos que el verano del 2024 daría mucho de sí, pero no tanto. Cataluña, asunto ciertamente singular, ha ocupado y ocupa demasiado espacio mediático porque los varios años de desgobierno y desvaríos independentistas han convertido a la región en un enorme circo político.

            No descubrimos nada si afirmamos que todo está solapado y conectado. Pero para comprender la situación algo mejor es necesario separar personas, partidos y situaciones. Ganaremos nitidez.

            Puigdemont se ha convertido –entre él y Pedro Sánchez- en un tipo mágico, legendario. Sus proezas han traspasado nuestras fronteras y supongo que en poco tiempo habrá series de televisión y libros que cuenten sus hazañas y andanzas. No creo que tarden mucho en hacerle -desde luego será con dinero público- unas cuantas estatuas y en colocar su nombre en calles -o avenidas- de pueblos y ciudades marcados por el nefasto virus del independentismo insolidario. Posiblemente también le dará nombre a algún teatro cómico y le harán una serie. Sinceramente, a pesar de estar en desacuerdo con él en casi todo, creo que se lo merece. Hace unos años ya vi la cara del personaje en la figura, escondida tras un rincón, de un entrañable caganer en las proximidades de un portal de Belén.

            Su primer gran hito fue la proclamación unilateral de independencia de Cataluña el 27 de octubre de 2017 para suspenderla 44 segundos después. Ríase usted del realismo mágico de García Márquez. Su actuación pasó de magistral a patética en un abrir y cerrar de ojos. Del infinito al cero. Periodistas, familiares, simpatizantes y amigos, presentes en el acto, no daban crédito: Región, república independiente y región otra vez en unas decenas de segundos. Una declaración de independencia que recuerda a aquel borracho que saltaba de Pinto a Valdemoro, y viceversa, y cuando se cayó en medio dijo: Ahora estoy entre Pinto y Valdemoro. Aquello fue una independencia de videojuego. Cataluña está entre la independencia mágica y una comunidad autónoma del Reino de España.

            Otra señal relevante trágica – cómica del histriónico comediante de Gerona fue que, ante el temor de ser detenido, huyó por Francia, camino de Bruselas, junto a cinco exconsellers, a finales de octubre del 2017. Sorprendió a propios y extraños. Fue de noche, camuflado en un coche y con la ayuda de un grupito de Mozos de Escuadra. El Gobierno de España, de acuerdo con el PSOE de Pedro Sánchez, había aplicado el famoso 155. El 28 de octubre de 2017 se publicó que “el Consejo de Ministros había cesado a todo el Gobierno de la Generalidad de Cataluña y al director general de la policía, Pere Soler”. Que Puigdemont se fugara oculto en un maletero forma parte de una leyenda urbana que unos afirman y otros desmienten, pero sea verdadero o falso, relato peliculero sí que es.

            La estancia en Waterloo, las órdenes y antiórdenes de detención dictadas por España, su declaración ante la justicia belga, los viajes por varios países europeos, su detención en Alemania en el 2018, su presencia en el Parlamento Europeo, etc, … no dejan de ser un rocambolesco rompecabezas jurídico que deteriora a toda la justicia europea y comunitaria. Europa tiene mucho que aprender. Un sujeto, sea Puigdemont o el churrero de la esquina, no puede enfrentar a las Administraciones de Justicia de países democráticos que además son socios en multitud de cuestiones. Si eso ha ocurrido y sigue ocurriendo –Puigdemont sigue viviendo en Bélgica- significa que son muchas cosas las que se han hecho mal: Un delincuente en un país no puede ser un tipo genial en otro dentro del marco de la Unión Europea. A no ser, claro está, que nos estemos haciendo trampas a nosotros mismos y no nos fiemos los unos de los otros. Como ciudadano europeo me siento totalmente defraudado, engañado y perjudicado. Me cuesta pensar que la Unión Europea sea Economía, Defensa y poco más, pero los hechos cantan.

            La última actuación del señor Carlos, “el escurridizo” en forma de parodia, la ha marcado su no detención en la visita que hizo a Barcelona el día del nombramiento de Salvador Illa como presidente de la Generalidad de Cataluña. ¡Menuda coincidencia para don Salvador! ¿Qué ha quedado? Pues que los Mozos de Escuadra fallaron estrepitosamente y no actuaron como policía judicial sino como policía política a favor del independentismo (No puedo dejar de recordar a la Policía Armada en tiempos de Franco). Pero además resultan incomprensibles tantos fallos encadenados, a no ser que todo, todo, absolutamente todo, estuviera rigurosamente planificado en lugares, minutos y segundos. Mi impresión es que está segunda fuga de Puigdemont fue una operación de relojería policial. “Crónica de una fuga no anunciada pero conocida previamente con todo lujo de detalles”.

            Si me pregunto a quién beneficia todo lo que ocurrió, lo tengo mucho más claro. Puigdemont se sale con la suya: estuvo en Barcelona, le dejaron dar su discurso y luego “se le perdió la pista” delante del presidente del Parlamento Catalán, centenares de Mozos de Escuadra, compañeros de partido con la misma gorra, el abogado Gonzalo Boye, cámaras de televisión, decenas de periodistas …y un dron que en el momento clave se despistó: Puigdemont se esfumó. Puigdemont se sale con la suya, es uno de los ganadores.

            Hay un segundo ganador: Salvador Illa, exministro de Sanidad en Madrid y apuesta de Pedro Sánchez, es investido presidente de la Generalidad con los votos de ERC y los Comunes. Gana Illa y el PSC. Todo se queda en casa, aunque en su discurso Illa no permitió la presencia de la bandera de España, todo su discurso fue en catalán y asumió la financiación singular para Cataluña y muchas cosas más del independentismo. Financiación singular que es un concierto para José Borrell y de la que hace unas semanas, la ministra Montero decía que era imposible. ERC no entra en el gobierno aunque Illa incorpora a su gabinete a personas muy próximas al independentismo, tanto de derechas como de izquierdas. Illa, segundo vencedor.

            El tercero es ERC que avalando la investidura de Illa evita, de momento, nuevas elecciones autonómicas en las que le iría muy mal según todas las encuestas. ERC gana tiempo y dividida se prepara a afrontar su congreso en el otoño próximo. Además ha arrancado al Partido Socialista Obrero Español, que gobierna la nación, una financiación exclusiva que favorece mucho a Cataluña y perjudica al resto de comunidades, a excepción del País Vasco y Navarra. Esta concesión, negociada bilateralmente entre Pedro Sánchez y Pere Aragonés –de nación a nación- rompe por completo los acuerdos habidos sobre financiación de las Comunidades Autónomas en los últimos cuatro décadas, se rompe la igualdad entre españoles y se privilegia a una comunidad “rica” en detrimento de las más necesitadas. El principio de igualdad entre españoles que la Constitución prescribe salta por los aires por puro interés político de un gobierno de izquierdas y la insaciable ambición de su presidente. Inasumible e incomprensible. ¿A dónde va la izquierda española con este tipo de acuerdos? ERC canta también victoria y ante titubeos del PSOE recuerda que la presidencia del gobierno de la nación pende de un hilo. El chantaje político continua y los ministros salen a la palestra diciendo que el PSOE cumplirá lo firmado. España como Estado, pierde.

            El gran triunfador, el cuarto en la lista pero el primero en el tamaño de sus intereses, es Pedro Sánchez, ojo, Pedro Sánchez, no el PSOE. ¿Por qué? Pues porque se garantiza, al menos por un tiempo, su permanencia en la Moncloa a pesar de todos los escándalo habidos (Koldo y Ávalos, la amnistía, problemas de su hermano y su mujer con la Justicia, críticas dentro del PSOE, etc…). Me resulta imposible que la Moncloa no estuviera al tanto de que Puigdemont se iba a escapar. Marlaska, ministro del Interior, responsabiliza de todo a los Mozos de Escuadra pero es impensable que a la supuesta operación fallida de los Mozos se le acople una tremenda ineficacia del CNI, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. Todo estaba preparado, pensado, cocinado, planeado, milimetrado, … y es lógico suponer que “la Moncloa y la Generalidad de Cataluña actuaron –también en sus parcas declaraciones- en total coordinación”. Resulta imposible pensar que Generalidad y Moncloa estuvieran de espaldas ante una fuga que ya empieza a ser más famosa que la del Conde de Montecristo o la de Papillón. Puigdemont se mofa de los Mozos –que hacen un estrepitoso ridículo- y la Justicia se queda con dos palmos de narices. Los minutos de gloria del fugado servirán para prolongar –al menos unos meses – la presencia de Pedro Sánchez en la Moncloa. Otro gran triunfo del señor Sánchez, nada menor, es tener a Illa de presidente en la Generalidad.

De todas formas Junts y ERC pueden resultar los vencedores finales. Temiendo estoy que llegue el debate de Presupuestos Generales del Estado del 2025. ¿Qué entregará Sanchez a cambio del apoyo de estos partidos para permanecer en la Moncloa? No quiero dar ideas pero igual las Baleares o Valencia pasan a formar parte del nuevo imperio catalán republicano por un decreto ley.

Una pena que el futuro político de España – de todos y de todas- pase por las manos de los independentistas catalanes, porque tanto Junts como ERC solo buscan su beneficio particular. El resto de España le importamos, a ambos –y quizás a algunos más- un pimiento.