viernes, 11 de junio de 2021

Los indultos y sus circunstancias

                El grosero escenario del conmigo o contra mí, ante los indultos, aparece defendido por los dos ¿grandes? partidos que han gobernado España en los últimos cuarenta años. Para el PP indultos no, no y no y para el PSOE, indultos si, si y si. La verdad es que ambos, agendados a la perfección por la deslealtad y astucia de los independentistas catalanes, lo explican con notable torpeza, algunas mentirillas y una simplicidad que infravalora a la ciudadanía.

               Viene bien recordar que, lingüísticamente, sinónimos de indulto son: absolución, perdón, olvido, tolerancia, privilegio, exención, gracia, merced, favor, hacer la vista gorda, pasar por alto, etcétera. No es menor el matiz de que se trata de un indulto relleno de política, promovido y ejecutado por políticos, del que se beneficiarían políticos condenados, por el máximo tribunal del país, a causa de delitos muy graves.

               El indulto no es un asunto simple. Tampoco, por sí mismo, es ni bueno ni malo. Como cualquier otra acción política son sus consecuencias y el contexto los que determinan su vicio o su virtud. Subir el recibo de la luz no es lo deseable, pero hacerlo en plena crisis económica y en los tramos de mayor uso, es una muy mala decisión. Aunque claro, para las eléctricas puede estar muy bien, aunque para los consumidores pudiera ser un genuino desastre. Volviendo a los indultos, la bondad o su maldad depende del espacio en el que uno esté (gobierno, oposición, independentistas, indultados, indultadores, ciudadano de a pie,…) y de las circunstancias que los rodean (beneficios que saca cada cual, perjuicios y beneficios para la Administración de Justicia, valoración desde el exterior, opinión pública española, análisis que hacen en Europa, arrepentimiento de los delincuentes, marketing, etc…) y es ahí donde no entran ni el PSOE, ni el PP, ni los victimistas indepes catalanes. Y si entran, opinan de otras cosas o hacen divagaciones muy generales que suelen adornar su ya cuidada imagen. Curiosamente nadie hace autocrítica.

               Las circunstancias del escenario son determinantes y en mi opinión el Gobierno de Sánchez tendría que haberse vaciado en hacernos visibles las ventajas e inconvenientes de un indulto tan crucial. Ha sido una enorme torpeza hablar de revanchismo, venganza y de que España tiene que reparar errores. Se pueden defender los indultos sin atacar ni a la Justicia ni al gobierno anterior. En su defensa alego la presión de Marruecos, la derrota en Madrid, las recomendaciones – en su contra - de muchos socialistas, una Europa que parece indecisa ante su liderazgo, un inminente cambio de ministros,…. Menos mal que el virus parece controlado, las vacunas avanzan y que llega el verano con miles de turistas. Todo indica que los indultos apuntan a garantizar la Moncloa y que sus explicaciones no gozan de la credibilidad necesaria, a tenor de las decenas de contradicciones contrastadas.

               No es por tanto indulto si, indulto no. El PSOE y el PP deberían de explicar por qué sí, por qué no y dejarse de palabrería hueca y barata, hija de un marketing de desgaste que abochorna a las vacas de leche. Sean coherentes y expliquen, argumenten, olviden los slogans. ¿Quién no va a apostar por el diálogo leal y por la concordia en reciprocidad?, pero esas etéreas intenciones tienen que aterrizar, tienen que concretarse en hechos, recíprocos por cierto. No vaya a resultar que a los indepes catalanes les saque de quicio “ser una autonomía como Galicia o Cantabria”. ¡¡ Fins aquí podiem arribar!!

                Los indultos resolverán poco o nada aunque Junqueras pase de “metérselos por donde les quepa” a cierta aceptación. Todo esto es atrezzo del principio, ceremonia, ….. la realidad es que los indepes de ERC y el PSOE necesitan ciertos logros para mostrarlos como autocondecoraciones de sus atribuladas políticas.

               Por otra parte, las peleas entre Junts, ERC y la CUP son una cortina de humo porque siempre se han puesto de acuerdo: aquí todos mueven el nogal y todos recogen nueces. El mayor de los problemas es la institucionalización de la deslealtad concretada en el bombardeo permanente de la Constitución y del Estado.

               La mesa de negociación entre Gobiernos, que por cierto quieren hacer saltar por los aires los de Junts y el huido Puigdemont, será un punto de encuentro y solución si las dos partes o cuatro (PSOE, Podemos, ERC y Junts) rebajan el listón de su soberbia, se mantienen en la Constitución y comparten lealtad y buena voluntad. Si han aprendido y lo importante somos los ciudadanos, todos los españoles, espero que los posibles acuerdos entre Gobiernos no traten de enfrentar a Gobiernos y Estado y no confirmen un trato de favor a Cataluña, lo cual resultaría inadmisible para el resto. El mismo derecho que tienen los catalanes a estar cómodos en el “Mapa”, lo tenemos todos los demás. ¿Permitirá Sánchez que los radicales catalanistas estén más cómodos que el resto?. Salvando las distancias, no puede olvidarse que fue el pueblo judío el que indultó a Barrabás y condenó a Jesús.

¿Y si Puigdemont vuelve ahora que tiene el aforo europeo?. ¿Indulto a Puigdemont sin juicio ni cárcel ?No sé que ocurriría pero sería un tsunami, un terremoto y un cataclismo generalizado en el marco político de España. Un desembarco de esa categoría pondría a más de uno y a más de dos a cavilar.

               A pesar de mis dudas y de mis desacuerdos evidentes, ojalá salga bien y yo esté equivocado, pero que me lo expliquen, que yo quiero entender.

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