Mi defensa de España y de todo lo español no es nueva. No
soy un recién llegado a la marca España. Pero este cariño y este
sentimentalismo hacia nuestro país, no puede confundirse con un patrioterismo
barato y, en algunos casos, grosero. No soy de los que llevan una banderita en
el coche ni en la muñeca, señales que no estarían mal si algunos no intentaran
apropiarse de unos símbolos que son de todos.
Me gusta hablar de la tercera España como lugar de
encuentro y me duele – no me gusta – que se insulte a la ikurriña o que el
personal haga chistes sobre Els Segadors. En la misma línea deploro los silbidos
al Rey o los tópicos que insultan a los andaluces. Lamento profundamente que
algunas manifestaciones rodeen – o lo intenten- sedes parlamentarias, porque los resultados
electorales democráticos ostentan la máxima legitimidad. Los símbolos que todos nos hemos dado – y los Parlamentos lo
son - han de respetarse mientras no se sustituyan por otros. Las
manifestaciones contrarias o a favor de un gobierno representan a unos pocos y
esos pocos no pueden nunca suplantar o sustituir las decisiones de la mayoría.
Tampoco me gusta que se impida el acceso de nuestros representantes electos a
sus puestos de trabajo. La fuerza no debe de imponerse a la palabra y el debate.
Manifestarse, denunciar, rebatir, protestar, criticar, votar etc….son acciones
legítimas para expresar desacuerdos. Violentar, nunca.
La historia demuestra que España ha sido y es un gran
país. Con muchos defectos pero un gran país lleno de talento y de ingenio. Los
españoles tenemos un “modus vivendi” que es envidiado por medio mundo: nuestra
variadísima gastronomía, pasar mucho tiempo en la calle, salir con amigos a
bares y cafeterías, trabajar para vivir y no vivir para trabajar…..no es casual
que el año pasado nos visitaran 65 millones de turistas, de los cuales el 82 %
repiten y se lo dicen a terceros. Exportamos – además de un clima bastante
agradable-, calidad de vida y comunicación, por eso viene la gente.
Nuestros estereotipos de toros, sol, flamenco y siesta
están cambiando por deporte, cultura, formación y gastronomía. Es seguro que la
mala imagen que tenemos los españoles de España esté generada por la falta de
información y la envidia, auténtico cáncer nacional. Nuestra Sanidad es de las mejores
del mundo, nuestra Transición a la democracia en los años 70 fue admirada y
reconocida por todo el mundo (de la ley a la ley), exportamos trenes AVE, tenemos una descentralización asombrosa
(a mi juicio excesiva), la escolarización es prácticamente universal (llegado
el 100% en cantidad, hay que mejorar la calidad) etc. En 20 años España ha sido
uno de los países que más ha cambiado a mejor.
Es cierto que hay grandes defectos: el nivel de paro es
muy, muy preocupante; la corrupción en política excesiva a todas luces; la
justicia es lenta y está politizada; debemos disminuir el fracaso escolar; es
necesario aumentar el índice de lectura y seguramente tendríamos que rebajar el
interés por el fútbol y disminuir el nepotismo – de todo tipo – aumentando la
meritocracia. Pero nadie puede dudar que en la España de hoy se vive mucho
mejor que hace cincuenta años.
Aquí el éxito produce envidia, mientras que en otros
lugares provoca emulación.¿ Por qué? Javier Bardem es marca España. Lo mismo
que Julio Iglesias. El Real Madrid es marca España igual que el Barcelona o el
Sevilla. Nadal es marca España lo mismo que El Cordobés. Picasso es marca
España en el mismo orden que Velázquez, Gaudí o Rosalía de Castro. La
desgraciada Guerra Civil del 36 es marca España lo mismo que la Transición, los
Reyes Católicos y la Constitución del 78. La bandera republicana es marca
España lo mismo que nuestra bandera nacional actual. Podemos es marca España lo mismo que CiU o el
Partido Andalucista. El excesivo uso político de la dictadura es marca España,
exactamente lo mismo que la búsqueda de los restos de Cervantes y de Lorca. Las
Fallas son marca España, lo mismo que el teatro romano de Mérida, la Mezquita
–Catedral de Córdoba o la ruta del Cares o el Museo Dalí. El 11M es marca España y también el "Descubrimiento de América".

Suspiro por una España en paz, por una España sin
envidia, por una España con trabajo para todos, por una España sin fronteras
interiores de ningún tipo. Creo que ya somos suficientemente diferentes como
para seguir profundizando en las diferencias. Los españoles siempre hemos
tenido el ¿complejo? de defendernos de otros españoles ¿Por qué?. La
complejidad del mundo actual, nuestros propios problemas y la obligación moral
de dejar una España habitable para todos nos exige estar más unidos que nunca. Si quieren añorar a España hagan la prueba y váyanse fuera una temporada.
A veces sólo se valora algo cuando se pierde:
https://www.youtube.com/watch?v=SyUr1XdwACE
https://www.youtube.com/watch?v=Zcl8qZTV2gY
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