sábado, 28 de febrero de 2015

Basílica, Catedral y Mezquita


            ¡Vaya lio que están montando con este edificio!. Se nota que hay dinero y votos por medio . El propietario está claro y también las ganancias que genera. Se nota que hay gente que no tiene mucho que hacer. Hay gente tan superlista y tan  espabilada que quiere que los propietarios seamos todos los cordobeses. Ahora que la Iglesia actúe como notario......¡ toma del frasco, Carrasco!.  Supongo que para todos los implicados será un tema de suma importancia: ¿Quién es el dueño y cómo se gestiona?. ¿Cómo han estado las autoridades y el pueblo para que en mil años - mal contados- nadie haya dicho nada?. Las políticas de todos son ambiciosas y todos quieren estar ahí: Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Cabildo, .....si no diera dinero y no generara votos a nadie le importaría . Cualquier cosa que valga  un puñado de votos,  una silla de influencia  o un dinerito contante y sonante es motivo de discordia para alguna gente. Para mi como contribuyente o como cristiano el tema me interesa  poco. Considero que la vanidad no es ningún consuelo para la ciudadanía. Lo más importante es el uso que todas las personas  podamos hacer del singular monumento. Es una joya universal de la Humanidad. Los templos son útiles para los creyentes y para los amantes del arte. Esa es la base y eso es lo importante. Para nada valdría declarar la titularidad de la Junta de Andalucía si la gestión sigue siendo al 100% de la Iglesia Católica o viceversa. ¡Qué pulso tan inútil!. ¿Quién va a pagar el arreglo del tejado si se producen goteras?. ¿La Junta, el Gobierno Central, la UNESCO, la UE, La Iglesia Católica o los cordobeses?. Eso es importante. Debatan y acuerden lo concreto. Si en un papel pone propietario X pero luego pagan Z y W.....¡menudo título de propiedad!. Claro está que aquí se quiere ser el propietario para imponer su criterio. Pero todos tienen el deber de ponerse de acuerdo por el bien de las personas visitantes y de toda la gente que respeta las creencias de los demás. Dejen la vanidad y el poderío para otra ocasión. El respeto a la historia de este magnífico y único patrimonio debe prevalecer sobre los intereses bastardos de cualquiera.
Todo esto es un tema cultural.....vamos de falta de cultura.....si por mi fuera  todos los templos del mundo de todas las religiones estarían abiertos a todas las religiones, a todos los cultos. Sólo habría que ponerse de acuerdo en algunas horas, algunos espacios y días de uso. Todas las Religiones deberían de respetar a las demás en ritos e historias. Si una Religión no respeta a las demás entramos en el terreno del fanatismo. Nadie debería de arrogarse el plus de + Religión. Supongo que Dios sonreirá con benevolencia ante el tamaño algunos disparates humanos y seguro que le encanta escuchar todas las plegarias que salgan del corazón del hombre y de la mujer. ¿Puede Dios tener privilegios por una determinada Raza o Religión?. ¿Tiene dueño el aire, el Sol o la Luna?. Si a Dios lo podemos ver en la cama de un moribundo o en la miseria de un barrio de una gran ciudad y le podemos rezar en mitad del campo ¿ Para qué queremos la Basílica - Mezquita - Catedral?.

            Bajando a la Tierra, creo que es importante acordar responsabilidades para mantener esta joya en el mejor estado posible y que sirva para dar salida a los sentimientos religiosos de las personas o al placer de pasear entre sus arcos y columnas y apreciar su tremenda belleza. Puedo admitir que sea propiedad de la Iglesia o del Estado, pero su uso debería ser acordado con buena voluntad por todos los que están implicados en su mantenimiento y por los responsables religiosos de las religiones que refleja su construcción. Eso sería lo normal. No me imagino a Dios bendiciendo guetos ni tomando partido por una creencia.

        La Mezquita es patrimonio de la Humanidad y nuestra obligación es conservarla para disfrute y uso adecuado de todos los hombres. No acabo de comprender por qué hay que darle tanto a los "Dioses" cuando hace falta tanto en tantísimos lugares de la Tierra.

viernes, 27 de febrero de 2015

Bares y cafeterías

Febrero 2014


Un bar es un lugar muy común. ¿Quién no ha estado alguna vez en un sitio como este?. Suele ser un local decorado con más o menos gusto que intenta aparecer agradable para que la gente se sienta bien. Para mí es muy importante el mobiliario, la decoración y la luz. A veces pienso que un bar es un pequeño escenario donde cada cual representa un papel. Un papel que es la propia vida de cada uno. Me suelo fijar en las mesas y en las sillas. Me gustan la madera y los espejos. El mármol me resulta frio, igual que los azulejos en la pared aunque reconozco que en los calurosos días del verano actúan de refrigerante. 

               La importancia de los camareros está fuera de toda duda. Así como la higiene. Hablar de un buen café o de una buena tapa es motivo y causa para volver. Otro factor es el ruido. Detesto los locales demasiado bulliciosos así como esa costumbre tan española de gritar en vez de hablar. Tampoco me gustan los bares con el silencio similar al que podemos encontrar en un cementerio. El nivel de ruidos debe permitir que todos hablen y todos escuchen la conversación que mantenemos. Aunque….es curioso…..conozco a tipos que están solos en un bar y no hablan con nadie. Sólo se dirigen al camarero para pedir la cuenta o el relleno. Observan, escuchan, beben pequeños sorbos, miran a través de los cristales…..rara vez mantienen una conversación y si lo hacen suele ser corta acompañada de frases sentenciosas. Son amigos de su intimidad, de sus pensamientos y de sus silencios. 
Pero un bar /cafetería es mucho más que un local para beber o tapear. Es un lugar de reunión cotidiana, de sociabilidad, de entretenimiento, de quedar, de procurarse cierta relajación. Estoy superconvencido que asistir a los bares tiene efectos terapéuticos para la mente y el cuerpo. A veces comparo el ir al bar con la visita al psicólogo o al psiquiatra. En los bares se suele soltar la lengua y hablamos de negocios, de enfermedades, de política, de la familia, del trabajo, de deportes, de éxitos y de fracasos y, por supuesto, de economía. A veces hasta arreglamos el mundo en un par de conversaciones y uno sale satisfecho. Hablamos de todo. La gente se comunica con más facilidad que en otros lugares. Es curioso como en estos establecimientos podemos pagar con gusto el triple o el cuádruple del costo de una simple cerveza o de un humilde café. Los bares han inspirado a famosos escritores, han dado pie a magníficas escenas de películas o a comedias de TV. En bares se han cometido asesinatos, se han encontrado enamorados y se ha conspirado contra el poder.
Me gusta quedarme con la imagen de lugar de encuentro, de conversación y de confidencias , de lugar de reunión para pasar agradables ratos. Tengo que reconocer que prefiero la silla de un bar al diván de un psiquiatra.

martes, 24 de febrero de 2015

García Márquez, homenaje mínimo.

22 de abril 2014

García Márquez es un personaje universal, Patrimonio de la Humanidad. La muerte de este genial escritor supone una gran pérdida, pero al menos nos queda su obra. Sus cataratas de bellas imágenes y la abundancia de párrafos llenos de imaginación son un paradigma de la literatura universal. Desde aquí unos recuerdos y un agradecimiento a su bella prosa.

" i quando desperté Jarsia markez segia ayí"
 
El color amarillo es cálido y extrovertido. Fomenta sentimientos positivos y genera optimismo. Es un regalo que comunica esperanza y deseos de superación. Las flores amarillas son el obsequio adecuado para alguien que es muy alegre y libre, comunicativo con su entorno y, además sumamente emprendedor e inteligente.
 
 ¡Gracias por regalar tanto!

Georgianas


Todo empezó con la enfermedad de mi madre. Le diagnosticaron Alzheimer, suave, pero Alzheimer. Las circunstancias hicieron necesaria la presencia de una persona que nos ayudara en la casa y cuidara en momentos concretos a mi madre.
Tuvimos suerte. Me informaron que una religiosa tenía un banco de datos sobre personas extranjeras que buscaban trabajo. Solicité la entrevista y expliqué el perfil de cuidadora que necesitábamos. Buscábamos una persona interna, con conocimientos del español, manejo en las tareas de la casa, respetuosa con la religión y con criterio para cuidar a una persona mayor con un Alzheimer incipiente. Por nuestra parte estábamos dispuestos a facilitar el mayor grado de integración posible. La monja me sorprendió por su gran capacidad para captar situaciones ajenas y buena memoria de datos significativos en su archivo. Prometió llamarme en 48 horas y nos avisó de que – en caso de contratación – nuestra generosidad fuera limitada. ¡Tendríamos tiempo y ocasiones de ser generosos si las cosas se desarrollaban bien! . Desde el primer día debíamos tener muy claro horario, sueldo, horas libres, vacaciones, tareas a desarrollar con detalle, trato de días festivos, visitas a recibir etc. 
Al día siguiente la monja llamó. Me dio un teléfono y un nombre. Me advirtió que se retiraba del asunto porque ya no lo era de ella. Lo que acordáramos nosotros era cuenta nuestra. Como última sugerencia me dijo que fuera claro con la persona y desde el primer día le exigiera cumplir su trabajo y le dijera lo positivo y lo negativo. Nosotros tendríamos que cumplir lo acordado sin olvidar ningún punto ni ninguna coma. “Esta gente es trabajadora y honrada, pero son muy sensibles para sus cosas”. “Valoran mucho el trato recibido”.
Tuvimos varias entrevistas antes de iniciarse el trabajo. Nos decidimos por quince días de prueba y valorarlos a su término. Las cosas se desarrollaron bastante bien. No hubo problemas. Durante años tuvimos una magnífica convivencia y un trato exquisito. Por diversas razones se produjeron sustituciones temporales y otras georgianas fueron ocupando el lugar de Eteri, la primera. Cero problemas. La entrega, la honradez, la educación, el trabajo, la delicadeza y el tremendo agradecimiento de todas fueron totales y hoy día seguimos contando con la ayuda y la generosidad de toda la comunidad de georgianos que trabaja y vive en la ciudad.
Hemos recomendado a varias de estas mujeres para otras casas y jamás hemos recibido queja de nadie. Son personas que quieren y se dejan querer. Agradecidas y generosas. Ahora ya no están en casa porque mis padres fallecieron, pero nos honran con su amistad.
            Estos comentarios son para Eteri, Lía, Elena, Lela, Vartiter,.....y alguna más cuyo nombre no recuerdo. Gracias de todo corazón. Fue una suerte tropezarnos con vosotras. 

jueves, 19 de febrero de 2015

Trenes en Los Pedroches

El 29 de marzo de 2014 paró el primer tren - un alta velocidad altaria con destino a Algeciras - en la estación de Los Pedroches.


http://www.diariocordoba.com/noticias/pozoblanco/cientos-personas-reciben-primer-tren-estacion-pedroches_876118.HTML

Dese hace muy pocos días algunos trenes - seis de 120 - paran en la estación de Villanueva de Córdoba* Los Pedroches. Los Pedroches es una zona situada al norte de la provincia de Córdoba (España). Siempre fue territorio olvidado, ignorado, desconocido. Su población se dedica a la agricultura, a la ganadería y existe una buena red para el turismo rural. Una cooperativa  agroalimentaria se dedica a la producción de diferentes productos ganaderos como ibéricos, lácteos, piensos, .... Con más de 50 años de experiencia en el sector y líder en la comercialización de varios productos en diferentes zonas de nuestro país, marca el desarrollo de la comarca en las últimas décadas y ha estimulado un progreso desconocido en la zona. En casi todos los pueblos existen empresas que trabajan exquisitos productos del cerdo y bollería local muy característica. La gastronomía de la comarca es muy variada y de excelente calidad. La gente es humilde, sencilla y pacífica. Muy trabajadora. Se ha vivido bien porque la mayor parte de las personas necesitan poco. No somos conformistas pero estamos acostumbrados a vivir con sobriedad.
Las comunicaciones han sido casi siempre malas. Carreteras pocas, estrechas y con escaso mantenimiento . En agosto de 1970 se clausuró el ferrocarril de vía estrecha que unía Fuente del Arco con Peñarroya y Puertollano. Lógicamente las carreteras han mejorado como lo han hecho la mayoría de ellas en nuestro país, pero aún hoy podemos asegurar que son francamente mejorables y son muchos los que pensamos en nuevos trazados Norte - Sur y Este - Oeste. 

En 1992 el AVE se llevó unos pocos miles de centenarias encinas. El AVE pasó de largo y con él se desvanecieron las esperanzas de conseguir una parada. De poco sirvió que en 1995 el Congreso de los Diputados aprobara una proposición, no de ley , que reconocía la necesidad de que el "alta velocidad" parara en la comarca de Los Pedroches.  Digamos que trenes y viajeros de medio mundo atravesaban como rayos esta dehesa única en Europa. Sólo dejaban vías, traviesas y ruidos. Las encinas miraban sorprendidas el rápido gusano metálico que había devorado a familiares y amigas.  Los pueblos de la zona , situados a kilómetros del trazado de hierro seguían siendo unos auténticos desconocidos para el tren y sus ocupantes. La comarca había pagado un alto precio en medio ambiente, pero no recibía ni un céntimo de beneficio ni un reconocimiento por parte de nadie.
Pero en enero de 2007 nació la plataforma "Que pare el tren en los Pedroches". Gente luchadora, ilusionada, esperanzada, pacífica y amante de su tierra. Al principio poca gente creía en ellos. Alguna gente politizó el tema y se pusieron algunos palos en las ruedas. La crisis complicó soluciones y el proceso se alargo. Durante siete largos años la gente, los vecinos, la sociedad civil de los Pedroches se vinculó a "que pare el tren". Hubo tensiones y algunos acaloramientos pero al final se impuso la unidad, esa unidad que siempre nos hace fuertes. Hubo masa crítica para unir y concentrar esfuerzos. Seis trenes paran cada día, pero estoy seguro que pronto van a parar algunos más.

El futuro está hoy más abierto que nunca a iniciativas municipales y empresariales. Los Pedroches tienen un potencial turístico de Naturaleza increíble, un patrimonio cultural rico, lleno de historia y una gastronomía envidiable. Al Parque Natural  Cardeña - Montoro se le unen hectáreas de dehesa, cotos con una fauna excepcional, monumentos civiles y religiosos de granito en todos los pueblos , museos, magníficos establecimientos rurales y una gente acogedora.

El tren ha sido una gran oportunidad para que la comarca no pare. ¡Enhorabuena!
 

Actualización 19.02.2015.- Estación unida a pueblos por bus.

 
Dos líneas de autobús unirán los pueblos de la Sierra con la Estación del AVE de Los Pedroches. Desde aquí toca dar la enhorabuena a todos los que han trabajado por esta nueva iniciativa. Era algo muy necesario para comunicar pueblos y ferrocarril . Con toda seguridad que  va a repercutir en el beneficio de todos los habitantes de la zona.
 
 
 

miércoles, 18 de febrero de 2015

La naturalidad de la imperfección....¡¡¡yupiiiii!!!

24 de enero 2015


Las personas tenemos, en general, unos deseos continuos de mejora. Nos gusta hacer mejor las comidas, pintar mejor, tener mejores resultados en los estudios o ser mejores profesionales. Estos deseos pueden convertirse en una verdadera carga pues generan un camino de perfección que nos hacen puntillosos, quisquillosos e indecisos. Casi nunca se ve el final pues siempre falta algo.

 La belleza de un paisaje natural, una escultura de Miguel Angel, un edificio de Norman Foster o de Frank Gehry, una pintura de Velázquez o Picasso puede llegar a ser casi perfecta. El caso es que la perfección es una propiedad de las máquinas, objetos o Naturaleza, pero nunca deberíamos de utilizar ese calificativo para las personas.

Las personas nacemos y desde ese mismo instante es muy probable  tener algún defecto o problema físico o psíquico. Vivir en medio de personas imperfectas nos hace codearnos con defectos y debilidades que asumimos como propios. También es cierto que en otro orden de cosas aprendemos a hacerlas muy bien. Lo normal es incorporar aprendizajes positivos: leer, convivir en familia, trabajar, respeto por los espacios públicos, reflexionar, aprender a viajar, cuidar la amistad, mente abierta a innovaciones etc. Al mismo tiempo también se aprenden otros modos no tan positivos: se aprende a mentir, a intimidar, a insultar, a maldecir, a engañar, a fastidiar etc…
No voy a defender aquí comportamientos que hagan daño a personas o a instituciones. Tampoco está bien ser pasivo ante imperfecciones. La intención de estas líneas es que no debemos obsesionarnos con las cosas supermegabienhechas. Ese afán por nuestra visión de la perfección nos hará chocar con multitud de personas, nos privará de ver otras realidades, nos aislará de nuestro entorno y creará un tremendo espacio de incertidumbre ante cosas o situaciones que están bastante bien. Es conocida la costumbre de algunos clientes que en hoteles limpísimos, no paran hasta encontrar un pelo en una toalla o en el fondo de un rincón. Esto es suficiente para decir que el hotel no estaba demasiado limpio.

La perfección puede ser motor de vida o nos puede paralizar. Así para un atleta muy competitivo le hará llevar una vida y unos entrenamientos duros y a veces casi inhumanos. Estas ansias de perfección desembocan en muchos casos en el diván de un psiquiatra o en el gabinete de un psicólogo porque, sin apoyo de otra persona del exterior, resulta imposible mantener unas condiciones de vida tan exigentes. Para un pintor o un escritor la perfección puede llevarles a no terminar nunca un cuadro o una novela. Eternas revisiones harán corregir y repasar lo muy bueno para intentar convertirlo en una obra única, universal e imperecedera. Por otra parte, hay algo más horroroso que una perfecta película de Hollywood?. Todo medido, todo calculado, ellas estupendas, ellos unos morenazos con los ojos claros, la casa perfecta, los suegros perfectos, la felicidad del perro y del coche 10…..¡ Menuda mentira!

Cosas que, para mucha gente, no tienen la menor importancia. Exageradas normas  en el puesto de trabajo, de limpieza, de orden, de horarios, de higiene, de dieta, de vestimenta o de cuidado del propio cuerpo puede convertir a una persona en una caricatura de sí misma. Si no se tiene cuidado estas personas pueden terminar siendo unos inadaptados sociales con un tremendo grado de frustración al comprobar que su mundo no se ve reflejado en la realidad que viven. En ese sentido intentan modificar los comportamientos de las personas de sus entornos. Así ganan seguridad.

Muchos hijos se distancian de sus padres por las tremendas exigencias a las que los sometemos. También los hacemos inseguros y “algo escondidos” por temor a reprimendas y correcciones de todo tipo…..siempre claro, en aras de la perfección.

Por todo esto es importante una sólida educación en el respeto, en el compartir, en la diversidad, en la solidaridad, en escuchar otras opiniones, en pensar que no hay una verdad sino que esta se compone de trocitos de verdades de otras personas. Es importante plantear soluciones diferentes para un mismo problema. Es importante saber  relativizar. Tenemos que admitir que nuestro país, nuestro idioma y nuestras tradiciones pueden ser tan bonitos y tan interesantes como las de cualquier otro lugar del mundo. No podemos olvidar que la Tierra, nuestro planeta, pasó de ser el lugar a ser un lugar entre miles de millones.

Para nada defiendo quedarnos estancados en nuestras debilidades y mantener nuestras imperfecciones. Debemos intentar superarnos y dar lo mejor de nosotros mismos, pero sin caer en la obsesión de la persona 10, de la obra 10, del profesional 10. Somos personas y debemos progresar como tales. Nuestra humanidad, nuestra ternura y nuestros sentimientos – todos imperfectos - están por encima de cualquier perfección.

Ana Manso recuerda que la perfección mata y el humor resucita a la persona.

martes, 17 de febrero de 2015

Otras formas de disentir

Marzo 2014


Muchas veces hemos visto que asuntos y problemas de todo tipo se defienden en las calles. Las calles de pueblos y ciudades se han convertido en gigantescos escaparates donde la gente manifestamos nuestro acuerdo o desacuerdo con determinadas situaciones sociales, soluciones a problemas o planteamientos políticos sobre cuestiones que nos afectan o preocupan. Las calles se convierten así en termómetros de problemas, altavoces de desacuerdos o índices de disconformidades. De ahí viene la costumbre de contar manifestantes y la perversa guerra de cifras que acompaña a todas estas movidas.  

El caso es que salir a las calles a gritar, cantar o reclamar es sólo una forma más de mostrar nuestra lucha. En ningún caso podemos admitir la violencia como herramienta de lucha callejera. Esta manía de romper, quemar o pegarse con otros manifestantes o con la policía, poco tiene que ver con la democracia ni con actitudes cívicas. Hay gente que les gusta y les emociona dar la cara pero no les gusta ni las fotos ni las calles. Existen otros ámbitos y otras formas tan válidos como llevar una pancarta y un megáfono a lo largo de una avenida.
Una manifestación en la calle es un acto de dos o tres horas, un día concreto en un espacio concreto. A veces puede durar varios días, incluso semanas. Nada que objetar a la gente que lo hace y hacen bien en hacerlo de esa forma, pero existen otras muchas formas y muchos frentes de presentar la batalla ante una injusticia o un caso de corrupción y creo que a veces pueden resultar hasta más eficaces.
La principal fuente de soluciones es el diálogo. Dialogar hasta la saciedad. Escuchar y proponer. Debatir con respeto y sinceridad. Buscar puntos de encuentro sabiendo que nadie está en posesión de la verdad. Dialogar también es protestar.
Por otra parte es importante – por ejemplo ante casos de corrupción o de violencia doméstica – trabajar esos temas en la familia, en el trabajo, en los medios de comunicación, en internet, en los foros democráticos ( parlamento nacional y autonómico, plenos de diputaciones y ayuntamientos….), en reuniones de amigos o de familia, tertulias, asociaciones…..etc. En cualquier caso considero que la mejor forma de defender valores, actitudes o clamar contra las injusticias es la conducta y el ejemplo personal de cada día.  

Es adecuado resaltar un matiz: reivindicar justicia o clamar contra la corrupción no debería llevar valores añadidos de votos, fama, intereses o cualquier cosa parecida. Denunciar injusticias o corrupción no tiene que llevar implícito beneficiarse de ello. Denunciar situaciones sabiendo que recoges beneficios es legítimo, pero en mi opinión esa situación está impregnada de ciertas dudas sobre su valor ético, aunque no podemos generalizar.

Creo más, me gusta más, prefiero el trabajo personal callado y diario por nobles causas. Bienvenidas sean las manifestaciones en las calles como derecho de todos…..Sólo quería recordar que hay mucha gente desconocida que lucha tanto o más que la gente que sale a las calles. No se les ve, no existen para los medios….…pero están ahí.

Rechazar o protestar en general detrás de una pancarta y acompañado de unos cientos o miles de personas es de admirar. Pero rechazar o no aprobar la conducta de un familiar, de un amigo o de un compañero de la política en concreto es más admirable todavía. El rechazo de influencias para beneficio propio sería el top de la honradez.
 

Todo se vende

            Estamos en la época del marketing....for sale , for sale, for sale......son unos tiempos curiosos. El capitalismo vencedor - tras la caída del muro -  da pié a que todo sea susceptible de vender. Así se venden países, se venden leyes, se venden padres y madres, se venden influencias, se vende poder,  se venden votos, se venden ideas y compromisos, se venden islas, se venden puestos de trabajo, se venden - faltaría mas - armas y cursos de aprendizaje, se venden rumores, de venden derechos de imagen, se venden trifulcas familiares o de pareja ( a elegir en catálogo), se venden amigos o amigas,  se venden exámenes, ......parece ser que el éxito de este inicio de siglo XXI se basa en vender. Vender siempre ha sido una actividad humana motora del progreso y del conocimiento, pero vender una paternidad o un amigo parece demasiado.


                Que mi hermano tenga un problema y yo me dedique a venderlo en programas de TV parece demasiado. Vender a un amigo?....por favor!. Vender las fotos de mi pareja en momentos de pasión y entrega.....¡venga hombre!. El dinero no es buen consejero y las debilidades humanas son tremendas, pero hay límites que la ética personal no debería de sobrepasar. Lo importante ha dejado de ser el producto. Lo esencial son las ganancias y punto. Yo puedo vender el ligue de mi exsuegra o el papel que mi hijo garabateó con tres años. Da igual la calidad, la veracidad o el esperpento....lo que importa es que yo lo venda y gane dinero con ello.
 
              España se ha convertido en un tremendo mercadillo de todo y a todas horas. Las ventas por internet se multiplican, se vende de todo en las romerías y por las calles, las ventas de segunda mano te acechan en la puerta de tu casa.....mucha gente está dispuesta a comprar hasta las mentiras que los políticos nos venden. ¡ Locos por comprar y vender! . ¡ Vendo luego existo!.

             Es evidente que esto no puede crecer hasta el infinito....reventará seguro y espero poder verlo. La superficialidad no tiene raíces y cuando sople un viento oportuno se llevará todo lo adosado a una realidad mucho más humana que las pamplinas que nos quieren vender. Se puede ser padre por  el esperma vendido, pero me quedo con el padre que da de comer, acompaña y cuenta cuentos cada día a su hijo-a.



Ciudadanía aborregada?

21 de enero 2014

            Hace un par de días llegué con la familia a un bar que nosotros denominamos "standard". Quiero decir, exactamente, ese tipo de establecimiento que tiene la misma decoración, las mismas tapas, las mismas sillas, los mismos uniformes de los trabajadores, el mismo funcionamiento que otras pocas decenas de bares repartidos por el país y - en ocasiones - por el mundo. Un camarero con el logo del establecimiento en el delantal pasaba deprisa por nuestra mesa una y otra vez sin dirigirnos ni la mirada ni la palabra. Después de unos minutos descubrimos unos papeles para escribir y un bolígrafo con tinta roja. Dos cervezas y un valgas (tinto con gaseosa). Un montadito de jamón, otro de atún y un tercero de anchoas con tomate natural. En la carta ponía que las anchoas iban con pimiento, pero por intolerancia al mismo solicitamos el cambio.
            Con mi escrito muy clarito - te esmeras para evitar confusiones - me levanto y voy a la barra. Dejo el escrito a una  chica joven que rápidamente me dice: ¡ Dígamelo de palabra!. Aclaro que lo tengo escrito. Insiste, dígamelo. Pido la bebida......el valgas no se lo  puedo poner porque no tenemos vino tinto. Vuelvo a la mesa y consulto......al final pido tres cervezas. No hay tinto. Los montaditos van bien pero al llegar el cambio del pimiento por el tomate me dice que eso es imposible. Se sirve lo que hay en la lista de tapas. Como excepción me dice que si la cocinera quiere podrá quitarle el pimiento a las anchoas, pero que de sustituir el pimiento por tomate natural nada de nada. En vez de irnos, pongo cara de sorpresa pero al final asiento. Al momento oigo: ¡ Son seis euros!. Pago , recojo las cervezas y oigo: ¡Cuando oiga su nombre por los altavoces se levanta y puede recoger los montaditos!. Llevo las cervezas y charlamos sobre la escasísima delicadeza del local y de su gente. Durante veinte minutos esperamos los montaditos solicitados. Nada. Las cervezas se terminaron y las tapitas no llegan. Al comprobar que clientes que llegaron después de nosotros tienen sus buenas tapas, me levanto y con el imprescindible ticket pregunto por los montaditos. Casualmente acaban de salir de la cocina, aquí tiene. Recojo los tres panecillos tibios y con escaso material en medio. Definitivamente a las anchoas le quitaron el pimiento y no les pusieron tomate. Nos comemos los bocadillitos y salimos a la calle a recuperar algo del ánimo que tanta desconsideración conlleva. Prometemos firmemente no volver. Autoservicio, papel y boli para acabar dictando el pedido, no tienen tinto, no pueden cambiar un pimiento por un tomate, espera de 20 minutos para tres montaditos con escasa zona media, tono seco y distante de la gente de la barra, ambiente frio en el interior e igual a todas las "sucursales".......vamos que no vuelvo.

              Parece que cierto conformismo se está arraigado en la sociedad y a los ciudadanos nos llevan por donde algunos quieren. Creo que merece la pena reflexionar y aunar esfuerzos en protestas y reclamaciones. Hay que ganarle la partida a los listos que nos hacen trabajar en su beneficio y encima nos dan servicios de mala calidad. Tenemos que aprender a decir no.

lunes, 16 de febrero de 2015

Temas espinosos

            En general se consideran temas espinosos o delicados aquellos que suelen levantar ampollas sociales o exabruptos verbales de personas que - a veces desgraciadamente – se acompañan de cabreos, tensiones psicológicas e incluso agresiones o daños físicos.
Hablar con cierta tranquilidad del aborto, de fútbol, de homosexualidad, de cuotas de participación de la mujer, de emigración, del gobierno de turno, de eutanasia, de no pagar el IVA en las chapuzas caseras, de terrorismo, de religión o de nacionalismos parece ser una quimera en nuestro país. Creo que era Adolfo Suárez el que decía que el español escupe por la boca lo que le entra por los sentidos sin pasar por el cerebro. Afortunadamente alguna gente tiene sentido común, capacidad de escuchar y capacidad de reflexionar para decir las cosas con claridad, sin insultar y con el debido respeto. En este sentido echo de menos la beneficiosa pedagogía que la clase política debería practicar en el día a día ante la necesidad social de buenas formas y debates sosegados y - no por eso - menos eficientes. Siempre me parecieron mal – y me parecen – los insultos y falsos testimonios que algunas personas lanzan con el fin de debilitar o destruir al adversario o de arrancar – en política -  un puñadito de votos.

            Familiarmente resulta difícil conversar sobre herencias, alcoholismo de algún familiar, defectos de los hijos o la homosexualidad de alguien. También son frecuentes los choques en el ambiente familiar por opiniones de política o de religión. Sobre todos los temas siempre hay alguien que pontifica, sabe más que nadie y lleva más razón que nadie. Como guinda están las ganas y la necesidad de convencer a otras personas. Para mí resulta evidente que este país, los españoles necesitamos mejorar nuestra educación para conversar. Una educación que ayude a escuchar, que respete las relatos de los demás y que rebata con argumentos – sin gritos, insultos ni mentiras.

            La sociedad es un conglomerado de personas donde la diversidad de opiniones, gustos y preferencias se hace muy patente. Hoy más que nunca, en un mundo globalizado, las personas necesitamos afirmar nuestra presencia como individuos y ante cualquier asunto tratamos de imponer nuestra opinión por encima de la de cualquiera. Los egos están a flor de piel en políticos, deportistas, cineastas, tertulianos, artistas de todo tipo, medios de comunicación etc. Resulta difícil poder dialogar respetando el turno de palabra y escuchando a los otros.

             Es cierto que nuestras opiniones individuales, con frecuencia, están absorbidas por partidos, colectivos o asociaciones. Al formalizar nuestra pertenencia a grupos reforzamos nuestra presencia pero hemos aceptado que sea el portavoz del grupo el que hable. El colectivo refuerza nuestro ego pero absorbe personalidad y matices. Para canalizar nuestro pensar es conveniente que los puntos de vista se expongan en sesiones y debates del colectivo. Esta especie de disolución en el grupo no puede ser excusa para no dialogar sin un mínimo de educación y respeto. La eclosión de la participación en las redes sociales y el teléfono móvil responden, creo, al deseo individual de estar presente en un mundo donde decimos muchas cosas pero decidimos muy pocas. Sustituimos la calidad por la cantidad. El caso es que la mayor parte de las personas nos conformamos con hablar, siempre que alguien nos escuche.

             Personalmente no entiendo del todo esos grandes debates, broncos y maleducados. Hace mucho tiempo que comprendí que nadie está en posesión de la verdad y me resulta difícil aceptar que alguien convenza a alguien. Sin embargo, partiendo de posiciones diferentes podemos ponernos de acuerdo para trabajar juntos y conseguir éxitos colectivos, tanto en la familia , en el centro de trabajo como en el país.

Tenemos que aprender a tratar temas espinosos desdramatizando para que no se conviertan en tabú, para que no generen malos rollos, para que se encuentren soluciones. Aclarar opiniones y matices en muchos temas es una muestra de respeto y confianza hacia los demás y debería ser punto de encuentro. Lo políticamente correcto debemos dejarlo para los políticos. Si no aumentamos nuestra capacidad de autocrítica  y de sinceridad sin interés, tampoco creceremos como personas.